El Consejo de Estado de China anunció ayer recortes de impuestos que disminuirán los costos de las empresas este año en más de 45.000 millones de yuanes (US$6.590 millones), según informaron medios locales. La noticia llega en momentos en que Beijing busca apoyar el crecimiento, en medio de una escalada en la guerra comercial con EEUU que amenaza a los exportadores.
"Reducir los impuestos y reducir los costos son iniciativas clave para implementar una política fiscal activa y garantizar una economía estable", señalaron desde el gobierno, al entregar detalles del primer recorte en siete años. Se espera que hoy el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional selle definitivamente la iniciativa, que también contempla rebajas impositivas para los individuos, para que entre en vigencia el 1 de enero.
En la reunión presidida por el primer ministro Li Keqiang, el Consejo de Estado también decidió subir la tasa de devolución de los gravámenes a la exportación para algunos productos, y aumentó la cantidad que los bancos pueden prestar a pequeñas empresas y no tienen que pagar impuestos sobre los ingresos por intereses.
La administración de Xi Jinping ha prometido apelar a una política fiscal más proactiva ante una desaceleración del crecimiento económico y los problemas de las empresas frente a una ajustada liquidez y una débil demanda debido, al menos en parte, a una campaña de desapalancamiento que apunta a reducir los riesgos.
En ese marco, se está acelerando el gasto en infraestructura y ofreciendo ayuda a las empresas más pequeñas a medida que la economía china se enfría y las tensiones comerciales con Estados Unidos se intensifican.