El ímpetu del rebote postpandémico está perdiendo tracción en la segunda economía mundial. Así quedó de manifiesto con el crecimiento de 7,9% anotado en el segundo trimestre del año y que acade de informar la Oficina Nacional de Estadísticas de China.
La desaceleración, desde el incremento del PIB de 18,3% registrado en los primeros tres meses de 2021, no toma por sorpresa al mercado, que de acuerdo a los datos compilados por Bloomberg estaba apostando por una expansión de 8%.
Los expertos veían venir esta ralentización, que en gran medida tiene que ver con una base de comparación que cambia. Mientras que en el primer trimestre de 2020, cuando el coronavirus causaba estragos en las metrópolis chinas, la economía se contrajo 6,8%, en segundo el golpe se aminoró y la actividad creció 3,2%.
Adicionalmente, la baja en las expectativas también se atribuye a algunos vientos en contra que enfrenta la recuperación, que van desde un alza en el precio de los commodities hasta brotes localizados del coronavirus en el país que vio nacer la pandemia. La escasez de chips que presiona a sus sectores de tecnología y automotriz, también se ha transformado en una fuente de preocupación.
“El rápido impulso económico de China desde el año pasado después de contener con éxito la propagación local de Covid-19 puede perder fuerza gradualmente”, dijo Jianwei Xu, economista senior de la Gran China de Natixis, en un reciente informe. “Uno de los temas clave para la segunda mitad es qué tan favorables se volverán las políticas gubernamentales después de darse cuenta de la posible desaceleración económica en el futuro”, indicó.
Justamente, se espera que los ojos del mercado estén puestos en las definiciones respecto a si mantendrá el soporte de política monetaria y fiscal para la economías del gigante asiático.
Lo anterior teniendo presente las otras cifras dadas a conocer en la jornada correspondientes a junio, como el alza de 8,3% en la producción industrial, de 12,6% en las ventas al por menor y de 16% en la inversión en activos fijos.
Al respecto, el Banco Popular de China ha asegurado que seguirá brindando apoyo, aunque un reciente recorte del coeficiente de reservas obligatorias, justificado como una operación de liquidez por la autoridad monetaria, generó dudas respecto a la política que seguirá el Central chino.
Por otra parte, de cara al futuro “la estabilización económica y la prevención de riesgos serán las principales tareas para el segundo semestre de este año”, de acuerdo a lo señalado a South China Morning Post por Tang Jianwei, analista jefe del Bank of Communications,
En ese marco, está última entidad ha asegurado que China cuenta 19,4 billones de yuanes (US $ 3 billones) de capital fiscal disponible en la segunda mitad del año, lo que significa que el gasto fiscal debería acelerarse.