China respondió este sábado a la disputa comercial con el presidente Donald Trump aumentando sus propios aranceles a una lista de bienes que importa de Estados Unidos por un valor total US$34.000 millones, que incluyen granos de soya, vehículos eléctricos y whiskey.
El gobierno chino dijo que está respondiendo en la "misma escala" al incremento ordenado por el gobierno de Trump a los bienes chinos en un conflicto por el superávit comercial de Beijing y la política tecnológica que preocupa a las compañías de que pueda escalar rápidamente y congelar el crecimiento económico mundial.
China "no quiere una guerra comercial" pero tiene que "responder con fuerza" dijo el Ministerio de Comercio en un comunicado, donde agregó que el país también eliminará los acuerdos que ya había aceptado para reducir su multimillonario superávit comercial con Estados Unidos, bajo los cuales iba a comprar más bienes estadounidenses agrícolas, gas natural y otros productos.
Ambos países tienen la mayor relación comercial del mundo, pero los lazos oficiales se están tensando cada vez más debido a las quejas que dicen que las tácticas de desarrollo industrial de Beijing violan las promesas de libre comercio y dañan a las empresas estadounidenses.
Europa, Japón y otros socios comerciales han presentado quejas similares, pero Trump ha sido inusualmente directo para desafiar al gigante asiático y amenazar con interrumpir tal cantidad de exportaciones.
"En esta guerra comercial, es Estados Unidos quien juega el papel de provocador mientras que China juega a la defensiva", dijo el Global Times, un periódico en inglés publicado por el gobernante Partido Comunista y que se centra en temas internacionales desde la perspectiva de Beijing. "China es un poderoso guardián y tiene suficiente munición para defender las reglas comerciales existentes y la equidad", agregó.
Beijing aplicará un arancel adicional del 25% a partir del 6 de julio a 545 productos estadounidenses que incluyen soya, automóviles eléctricos, jugo de naranja, whiskey, langostas, salmón y cigarros, según el Ministerio de Finanzas.
La mayoría son alimentos y otros productos agrícolas, golpeando con más fuerza a los partidarios rurales de Trump.
Parece que Beijing está tratando de minimizar el impacto en su propia economía eligiendo productos estadounidenses que pueden ser reemplazados por importaciones de otros proveedores, como Brasil o Australia.
Los reguladores chinos también están sopesando aumentar los impuestos de importación a 114 productos adicionales, incluidos equipos médicos y productos energéticos, dijo el Ministerio de Finanzas. La decisión se anunciaría en fecha posterior.