El Gran Hermano chino sigue avanzando en sus pasos hacia el control de los ciudadanos. Ha sido el país pionero en probar el sistema de rating entre sus habitantes, lo que ellos llaman el Sistema de Crédito Social que, utilizando big data puntuará a los más de 1.300 millones de habitantes del país asiático para juzgar si son o no unos ciudadanos fiables. China es el país de las videocámaras. Meses después de que esta iniciativa apareciera en todos los medios de comunicación, se conoce el siguiente paso: el país ya puede identificar a sus ciudadanos por su forma de caminar. Una vuelta de tuerca a la inteligencia artificial que se utiliza para vigilar.
Las autoridades chinas ya han empezado a desarrollar y probar esta nueva herramienta de vigilancia: se trata de un software que utiliza las formas del cuerpo de la gente y su manera de caminar para identificarlos, incluso cuando sus caras no están visibles a las cámaras (China es el hogar de la red de cámaras CCTV más grande del mundo, cuenta con más de 170 millones).
Este sistema ya se utiliza por la policía en las calles de Beijing y Shanghái, junto con el reconocimiento facial, para identificar a las personas en las multitudes y atrapar a delincuentes. Además, está desarrollando un sistema nacional integrado de datos de cámaras de vigilancia, según la agencia de noticias AP.
La startup Watrix ha sido la responsable de su desarrollo. Su CEO, Huang Yongzhen, explica que se pueden identificar los andares de personas que se encuentran a una distancia de hasta 50 metros, incluso de espaldas o con la cara cubierta. "Esto puede llenar el vacío del reconocimiento facial, que requiere imágenes de primer plano y alta resolución de la cara de una persona para funcionar". El propio Yongzhen reconoce que "no es necesaria la cooperación de la gente para que puedan reconocer su identidad". Tal cual. Además, el sistema no se puede trolear cojeando, caminando con las piernas extendidas o encorvado, porque analiza todas las características del cuerpo. No podemos engañar al Gran Hermano.
Aunque el lado positivo es que se puede usar para atrapar a delincuentes, el Gobierno chino ha sido muy criticado por implementar estos sistemas de vigilancia para propósitos más siniestros que incluyen el control de su ciudadanos (también tiene defensores). En particular, es sospechosa la forma en que utiliza sus bases de datos y su tecnología de reconocimiento facial para vigilar a las minorías étnicas. "Un sistema desplegado en Xinjiang, una provincia occidental con una población de unos 10 millones de musulmanes, está diseñado para notificar a las autoridades cuando los individuos objetivo van más allá de su casa o lugar de trabajo", según Bloomberg.
Ahora es más real que nunca, pero las aplicaciones de esta tecnología no son nuevas. Científicos de Japón, Reino Unido y la Agencia de Sistemas de Información de Defensa de Estados Unidos han estado investigando el reconocimiento de la marcha durante más de una década, intentando superar el escepticismo de que las personas puedan ser reconocidas por la forma en que caminan.