La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió este jueves que no se dejará intimidar por las críticas del Tribunal Constitucional alemán a la política de compra de deuda soberana en la zona euro de la entidad.
El BCE seguirá haciendo "todo lo necesario para cumplir nuestro mandato" de estabilidad de precios en la zona del euro, explicó Lagarde, en una mesa redonda organizada por la agencia Bloomberg.
De esta manera, Lagarde dejó claro que tiene la intención de mantener la política de compra masiva de deuda de los Estados y empresas de la zona euro a golpe de centenas de miles de euros, para socorrer a una economía que ha entrado en una recesión histórica por el impacto del nuevo coronavirus.
El BCE es una "institución europea, que responde ante el Parlamento Europeo y está bajo jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE", espetó, enviando al Tribunal Constitucional alemán el mensaje de que la institución no tiene por qué responder ante ninguna jurisdicción nacional.
El martes, el Tribunal Constitucional alemán dio un ultimátum al BCE, al pedirle que justifique en un plazo de tres meses las compras de deuda pública que realiza desde 2015, al considerar que tienen efectos nocivos en sectores de la economía, en particular en los ahorradores penalizados por los tipos de interés muy bajos.
En caso contrario, los jueces del tribunal amenazan con prohibir la participación del banco central alemán, Bundesbank, en los programas de ayuda del BCE, lo que los privaría de su eficacia.
El problema, según el Financial Times del jueves, es que varios gobernadores de bancos centrales de la zona euro se oponen a que el BCE responda al tribunal alemán, alegando la independencia de la máxima autoridad monetaria europea.
"Lagarde va a buscar una solución diplomática que proteja la independencia del BCE al tiempo que satisfaga las exigencias de los jueces", explica a la AFP una fuente cercana a los bancos centrales.
El tribunal alemán exhorta al BCE a que explique de manera "comprensible y detallada" antes de agosto que los efectos positivos de su programa de compra de deuda pública, que se elevan a 2,2 billones de euros desde 2015, son mayores que los inconvenientes, según el fallo del martes.
El BCE lanzó a principios de año una gran revisión estratégica, que ha quedado aparcada de momento por la pandemia, para "evaluar la eficacia y los efectos secundarios potenciales de la gama de instrumentos de política monetaria concebidos en los últimos diez años".
Las compras de deuda entran en esta categoría, lo que sería, según la fuente consultada por la AFP, una forma de satisfacer a la justicia alemana sin que el BCE le responda directamente.