Más allá de la opción que triunfe en las urnas, el referéndum de hoy marcará el término de un ciclo constituyente que se alargó por cuatro años y que afectó duramente las expectativas económicas. Pero si bien el término del ciclo disminuye la inquietud sobre transformaciones de alto tonelaje en la institucionalidad política y económica, la incertidumbre podría seguir siendo una incómoda y molesta acompañante durante los próximos años, independiente de la opción que hoy resulte victoriosa.
Tras el estallido social de octubre de 2019, el primer proceso constituyente estuvo marcado por la crispación política y un ambiente refundacional, lo que elevó con fuerza los niveles de incertidumbre en la economía. El deterioro de las expectativas de los inversionistas fue acompañado también por los efectos de los intentos en el Congreso por retiros desde los fondos de pensiones.
De hecho, el índice de incertidumbre económica (IEC) que mide Clapes UC mostró su máximo nivel histórico en momentos en que se discutía la primera propuesta constitucional, para bajar con fuerza tras el rechazo a la propuesta en septiembre de 2022. A medida que se ha ido acercando el plebiscito de este segundo intento constituyente, el indicador ha mostrado un aumento en los niveles de incertidumbre, aunque lejos de los datos logrados en 2022.
En el último mes, el propio ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha reconocido que con el referéndum de hoy termina una etapa en que se buscó sustituir la Carta Magna a través de procesos constituyentes ad-hoc como los vistos en los últimos dos años. “La incertidumbre que ha estado asociada a eso durante los últimos cuatro años se va a reducir o desaparecer, sea cual sea el resultado”, afirmó el ministro a El Mercurio.
Sin embargo, la optimista visión del jefe de las finanzas públicas sobre los efectos de los eventuales y nuevos procesos de cambios a la Constitución, ya sea a la vigente o la que se apruebe hoy, es matizada por los analistas.
El riesgo latente
El escenario posplebiscito también es una preocupación del mundo empresarial. El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes, reconoce que en los últimos cuatro años el país ha estado inmerso en una discusión constituyente que ha generado incertidumbre en personas, agentes económicos e inversionistas.
“A raíz de esto, se han visto detenidos importantes proyectos de inversión a la espera de tener un texto definitivo que entregue certezas sobre lo que será el orden económico, político y social que nos regirá como nación. Esto ha producido un tremendo daño al crecimiento económico y la creación de empleos, acentuando el enfriamiento y la paralización de la economía. Hoy debe quedar cerrado el proceso constitucional y debemos dar vuelta la página para enfocarnos en lo que más preocupa hoy a las personas: crecimiento, empleo y seguridad”, afirmó a Pulso Ricardo Mewes, quien hace dos meses se inclinó por aprobar el nuevo texto constitucional.
“Si no aprobamos, va a mantenerse la incertidumbre y será más complejo el tema”, dijo entonces el líder gremial.
Sin embargo, los analistas van más allá y desmenuzan los escenarios y las aristas posplebiscito. Si bien el economista y socio de Gemines, Alejandro Fernández, cree que la incertidumbre se mantendrá luego de la jornada de hoy, proyecta que su nivel dependerá de la actitud que tome el mundo político para el escenario que viene.
“La incertidumbre puede o no disminuir dependiendo del resultado específico y la diferencia entre el apoyo a una u otra alternativa. Es probable que, más que disminuir la incertidumbre, ésta salga del primer plano por un tiempo, en la medida que los resultados de hoy generan efectos prácticos. Ya sea que se inicie la campaña para reformar la Constitución actual, en el caso que gane el ‘En contra’, o para aprobar las leyes que vuelvan operativa la nueva Constitución, en caso de ganar el ‘A favor’. Crucial va a ser la actitud que asuman las elites políticas en cuanto seguir polarizando la situación o, muy improbable, que decidan pensar en el país y busquen de verdad caminos de encuentro”, sostiene el economista.
De rechazarse hoy el texto constitucional, proyecta que las propuestas de reformas a la actual Carta Magna se iniciarán prontamente o serían parte de la campaña presidencial de 2025. “No me sorprendería, incluso, que ya aparezcan durante la campaña municipal del próximo año”, proyecta Fernández.
En la oposición han alertado por la facilidad con que se puede modificar la Constitución vigente a raíz de la reciente modificación que permite reformar la Carta Magna con 4/7 de diputados y senadores en ejercicio, quórum que sería clave en el proceso que se inicia si gana la opción “En contra”.
El economista y asesor de EuroAmerica, Luis Felipe Alarcón, cree que el nivel de disminución de la incertidumbre dependerá de la opción que triunfe hoy en las urnas. “Si gana el ‘A favor’, debiese constatarse una disminución de la incertidumbre mayor, ya que se daría por cerrado definitivamente el capítulo constitucional, a pesar de que habrá cierto ruido por la probable intención de sectores que querrán modificar algunos de sus aspectos. Si gana la opción ‘En contra’, la disminución de la incertidumbre es más relativa, ya que si bien hay intenciones de no volver a abrir un nuevo proceso, al menos en el corto plazo, es evidente que se intentará modificar la Constitución vigente dado el bajo quórum que se requiere para ello actualmente. De ser este último el escenario, los niveles de incertidumbre se mantendrían elevados”, explica Alarcón.
Coincide la economista principal de BCI, Francisca Pérez. Si bien reconoce que el cierre de cuatro años de proceso constituyente evita un mayor deterioro de las expectativas económicas, cree que la incertidumbre posplebiscito se mantendrá, dadas las dudas que hay sobre el camino que tomará el mundo político con la opción que gane hoy el referéndum. “Si gana el ‘En contra’ habrá muchas fuerzas que buscarán hacer reformas en el Congreso. El oficialismo ha dicho que no hay por ahora energías para otro proceso, pero eso deja la puerta abierta a que, quizás, a futuro o al final de este gobierno pueda haber otro proceso (...) Pese a la baja de la inquietud en el corto plazo, hay cierta incertidumbre que se va a mantener luego del plebiscito. Hay varias interrogantes sobre qué va a pasar”, añade Pérez, quien precisa que si se aprueba el nuevo texto constitucional, es posible que se busque cambiar algunos aspectos de la nueva Carta Magna. “Hay que redactar nuevas leyes (asociadas a la nueva Constitución) y eso también puede tener un impacto”, anticipa la economista de BCI.
La nueva Constitución que hoy se plebiscita incluye la dictación o actualización de al menos 30 leyes para implementar la eventual nueva Carta Fundamental. El periodo más intenso para este proceso está dentro de los 12 meses siguientes a la promulgación de la nueva Carta Magna, es decir, todo el año 2024. Hay un total de 15 leyes que deben legislarse para crear nuevos órganos o para adaptar las instituciones que ya existen a las nuevas reglas fijadas por la Constitución.
Los nuevos riesgos
Hermann González, coordinador macroeconómico de Clapes UC, recuerda que desde 2019 en adelante hay tres eventos que han generado una mayor incertidumbre económica medida por el IEC de Clapes UC: el estallido social y todo lo ocurrido en torno a esa fecha, las elecciones presidenciales de 2021 y el plebiscito constitucional de septiembre del año pasado.
“Es decir, con excepción de las elecciones presidenciales, vemos que los aumentos de incertidumbre tienen un denominador común que es el debate constitucional que se instaló en Chile a fines de 2019 y que sigue hasta ahora. En esa línea, esperamos que el nivel de incertidumbre que genera este proceso disminuya tras el plebiscito, tal como lo vimos a fines del año pasado y durante gran parte de este año, tras el rechazo de la propuesta anterior”, sostiene el economista de Clapes UC.
Con todo, Hermann González cree que hoy existen fuentes de incertidumbre en el país adicionales al proceso constituyente y que debieran ir disipándose.
“Me refiero a la situación económica, que se ha caracterizado por una alta inflación, altas tasas de interés, elevado desempleo y estancamiento económico. Estos factores de alguna u otra forma aparecen destacados en los reportes mensuales de incertidumbre económica y podrían seguir presentes en los próximos meses. Se suma a lo anterior, la incertidumbre que genera el debate tributario y que podría acentuarse el próximo año con la presentación de un nuevo proyecto que elevará los impuestos. Adicionalmente, durante los próximos dos años tendremos elecciones y la evidencia muestra que en torno a estas suele aumentar la incertidumbre”, afirma González.
Pero los economistas Luis Felipe Alarcón y Francisca Pérez van más allá y coinciden en que los problemas por los que atraviesa la salud privada y el sistema de isapres, la reforma de pensiones y, en menor medida, la eventual reforma tributaria, son focos de incertidumbre que seguirán presentes luego del plebiscito.
Ricardo Mewes coincide y añade al menú de incertidumbres los problemas de seguridad por los que atraviesa el país como otro factor importante que incidirá en las expectativas futuras.
“También debemos despejar la incertidumbre tributaria y avanzar en un acuerdo que no incluya alzas de impuestos ni nuevos tributos, sino que se enfoque en agilizar trámites, dar mayor certidumbre regulatoria, modernización del Estado, mayor eficiencia del gasto público y mejora en la fiscalización para combatir la evasión y la informalidad. Otras reformas que hay que despejar son las de pensiones, salud y algunas de índole laboral”, concluye el timonel del máximo gremio empresarial del país.