Cine arte Normandie: fieles a su línea editorial

-Reabrieron la sala de cine recién hace tres días, con cerca de 200 personas sentadas en las butacas. Algo que no pasaba desde el 18 de marzo, cuando este clásico lugar, con más de 38 años de vida, cerró debido a la pandemia.

“Con el estallido social tuvimos que cambiar mucho nuestra dinámica. Modificar horarios, suspender algunas funciones, y sobre todo, terminar más temprano, pero nunca suspendimos (del todo)”, recuerda Scarlett Bozzo, gestora cultural del Cine Arte Normandie, negocio perteneciente a la familia Doll. Su fundador fue Alex Doll y hoy está a cargo de su hermana Mildred. “Por suerte estamos en una calle que no es tan principal, por lo que no sufrimos daños a la infraestructura. Y el público fue muy respetuoso con todas las modificaciones que hicimos”, agrega Bozzo.

Pero llegó el Covid y se cerró la boletería. Se acogieron a todas las posibilidades que existían para sobrevivir, como la Ley de Protección al Empleo y se ganaron un fondo de $18 millones que entrega el Ministerio de la Cultura, pero el cual recién ahora que abrieron pueden comenzar a ejecutar. También postularon a un fondo de Sercotec y han pedido varios créditos, entre otras alternativas para sobrevivir. “Así nos hemos mantenido, pero no podemos seguir mucho tiempo así, por eso, el paso de la comuna de Santiago a Fase 4 es una excelente noticia”, indica entusiasmada desde este lugar ubicado en Tarapacá 1181, a minutos de que se realice la primera función después de más de ocho meses.

Su principal problema -sostiene- es que mientras no abran las cadenas de cine, no habrá películas de estreno. Pero ya tienen una programación que están armando. A diferencia de las cadenas, el negocio de este tipo de cine independiente no está en la comida y bebestibles que venden antes de entrar a sentarse a disfrutar de un filme. Sus ganancias están casi por completo en la venta de entradas.

Con respecto al aforo, de los tres cines independientes del centro es el menos complicado, ya que posee una sala para 650 personas. “Con el 50% de ocupación nos sentimos satisfechos. Estamos muy confiados, por todos los comentarios que hemos visto en redes sociales, sobre la reapertura”, explica Bozzo, enfatizando que ya tienen todos los elementos de seguridad sanitaria para funcionar. Además, la idea es que vuelvan al trabajo las 10 personas que actualmente están en suspensión laboral.

No se han involucrado en la exhibición de películas online. “Siempre nuestra apuesta ha sido exclusiva en las salas de cine y así lo vamos a mantener”, explica la gestora cultural.

Eso sí, desde el año pasado tienen un convenio con Fidocs, que este año funcionará 100% online, donde están estudiando hacer algún tipo de conversatorio en línea. “Nosotros jugamos mucho con las obras que han sido importantes en la historia del cine en diferentes épocas y queremos seguir fieles a esa línea editorial”, concluye Scarlett Bozzo.

Cine Arte Alameda: La adaptación física y en el mundo online

-”Lo que el viento se llevó” sería una frase que queda corta para el Cine Arte Alameda durante los primeros meses del estallido social y de la pandemia, con un antes y un después ocurrido en una calurosa tarde del 27 de diciembre de 2019, donde lo consumió un incendio.

En agosto de este año, este recinto con 27 años de historia, lanzó un canal de cine arte online por suscripción (centroartealameda.tv) que ya lleva más de 1.000 inscritos. Tiene dos valores, un plan de $3.890 mensuales que se renueva automáticamente por tarjeta de crédito, o un sistema manual que se paga una vez al mes por $4.280. En total son más de 40 películas. Y justo hace unos días lanzaron una variante donde, aparte del sistema de pago, existe un “canal liberado” con varios títulos disponibles.

“Las empresas culturales siempre estamos surfeando”, dice Roser Fort, directora del Centro Arte Alameda (que incluye el cine), con respecto a las primeras semanas del 18-O, y agrega: “Estamos en la zona cero, pero nos reinventamos, abriendo al público y realizando diversas actividades. Pero vino el incendio y tuvimos que pensar qué hacíamos, porque seguíamos vivos en la memoria”.

Se ganaron dos fondos para proyectos. Uno era sobre formación de audiencias del Ministerio de Cultura, y el otro, del Programa Otras Instituciones Colaboradoras (POIC) de la misma entidad. El primero fueron $94 millones y estaba destinado a administración, compra de películas, implementación de lámparas para proyectores y personal, entre otros elementos, con lo que lograron, además, no despedir a sus 15 trabajadores.

Esos dineros también los ayudaron para la segunda parte de la estrategia: funcionar temporalmente de forma física en el Centro de Extensión Instituto Nacional (Ceina), lo que comenzaron a hacer justo antes de la pandemia. Hicieron el piloto el 27 de febrero con la película colombiana Monos, donde fueron 500 personas. Sin embargo, llegó el Covid. Ahora que Santiago pasó a Fase 4, ya están listos para comenzar en el Ceina, en una sala de 200 butacas.

“Claramente las ganancias del online están muy por debajo del sistema presencial, pero es un canal que llegó para quedarse y buscando modelos de negocio como alianzas con empresas para poner publicidad en el sitio”, dice Fort.

Como sea, son optimistas con la reapertura en el espacio del Instituto Nacional. “Estamos esperando al público con todas las medidas de seguridad que se requieren”, señala la directora.

¿Y la reconstrucción en la Alameda? Fort explica: “Aunque muchos nos preguntan para qué vamos a reconstruir en una zona tan devastada, nos parece que es una obligación el pensar en levantarla. Estamos viendo varias alternativas. Hemos hablando con autoridades y contamos con la ayuda de la oficina de arquitectos Iglesis y Prat, mientras buscamos los recursos”.

Si bien no hay una fecha clara, ya que depende mucho del apoyo, la compra del terreno y su reconstrucción es un proyecto de aproximadamente 140.000 UF.

Cine El Biógrafo: preparando la apertura para dos semanas más

-Con cerca de 40 años de vida, Cine el Biógrafo es uno de los recintos de este tipo más antiguos que aún quedan en Chile. Su fundador y actual dueño, Daniel Escrigna, está preparando todo para su reapertura, planificada para unas dos semanas más. Mientras, cualquier vecino o visitante del barrio Lastarria puede ir a tomarse un café al local de homónimo nombre y aprovechar de ver la fachada recién pintada de este clásico del centro de la capital.

“Nuestra principal ventaja es que -a diferencia del Cine Arte Alameda o el Normandie- somos dueños del inmueble, algo que ha amortiguado el tema económico durante estos meses”, dice Carolina González, encargada de Comunicaciones de El Biógrafo.

Cinco de sus empleados se acogieron a la Ley de Protección Laboral, a excepción de su proyeccionista, quien a pesar de tener 80 años y estar jubilado, sigue recibiendo su sueldo y ha pasado por todas las tecnologías a partir de sus 16 años -edad desde la que se dedica a este oficio-, del celuloide a los formatos digitales.

González reconoce que si bien han estado afectados desde el 18-O debido a su posición geográfica, no ha habido grandes daños, más que los grafitis. “La gente adora este sector y lo cuida. En realidad estuvimos complicados durante el estallido social porque no se podía asistir cuando había manifestaciones, pero no ha habido destrucción de locales”, cuenta.

El Biógrafo espera reabrir con la misma programación que cuando cerraron en marzo y se darán unas semanas de marcha blanca para ver la reacción del público. Hicieron una encuesta en redes sociales, donde el 75% de 500 personas respondieron que irían a la sala apenas abrieran. Tienen medidas de sanitización pre y post función, dispensadores de alcohol gel a lo largo y ancho de todo el hall de entrada y toma de temperatura.

Con respecto al aforo, la separación interlineal entre fila y fila, de más de un metro, es una buena noticia para ellos. Además tendrán un sistema de separación de dos butacas por cada persona (o grupo de personas que vengan juntas) que se siente. Al tener la venta numerada es más fácil esta modalidad. Una “buena función” en términos de rentabilidad serían 100 butacas ocupadas, de las 180 que existen en total.

“Durante estos ocho meses de pandemia todo el mundo ha aumentado el uso del streaming, pero la magia del ir al cine es algo único e invaluable, especialmente para los amantes de este mundo. Y aunque todo es aún muy incierto, debido a lo nuevo de esta situación, espero que realmente la gente tenga muchas ganas de volver”, señala Carolina González.