“Hay que decirlo. México nos ganó. En Chile hoy está frenado el ecosistema emprendedor. Hay temas políticos, de negocios y una cierta inestabilidad. Un resquemor que nos afectó”. De esta manera, Claudio Barahona, socio del venture capital enfocado en América Latina (VC), Alaya Capital, explica cómo está el panorama de las startups chilenas en comparación con las de la región. Estas declaraciones fueron realizadas en el programa de TV online 1:1 de Pulso Startup.

Ingeniero de profesión, Barahona lleva más de una década ligado a este mundo. Durante ocho años lideró el programa de innovación abierta Wayra de Telefónica y ahora ayuda a emprendedores a crecer y escalar en América Latina. “Actualmente, se observa un cierto freno para las startups chilenas que ya lleva unos tres años”, dice, pero sigue creyendo en su crecimiento. Además, agrega: “Pero todo está muy claro. Si tú eres un emprendedor con una buena compañía, siempre vas a tener capital, porque dinero hay”. El experto se refiere a que las empresas que han cuidado su caja y han sido estables en sus finanzas, hoy están bien. Las que tienen problemas son aquellas que “se volvieron locas gastando y nunca llegaron a tener un negocio de verdad por detrás”.

Cuenta que 2022 fue el año donde más fondos de VC se fundaron. “Eso significa que fondos como el nuestro tienen dinero guardado para invertir, pero de manera responsable”.

Los comienzos de Alaya están relacionados con capitales ángeles de Latinoamérica, según cuenta Barahona. Nace el 2010 por el interés de un grupo de personas con ganas de invertir en emprendimientos tecnológicos. Se dieron cuenta de la similitud de intereses, impulsando a inversionistas de varios países que decidieron unirse y lanzar un fondo. Recuperaron la inversión de manera exitosa. Y a ese primer fondo se sumó una mirada regional, aumentando el capital.

Actualmente, son cuatro socios, entre ellos Barahona, que se dedican a buscar startups donde invertir. Según indica el ingeniero, su trabajo consiste en buscar empresas candidatas: “Al año reviso unas 500 startups, con media hora de pitch por cada una. Hay que escuchar muchas buenas compañías, para invertir en muy pocas. El año pasado escuchamos a 1.200 empresas e invertimos en cuatro. El filtro es muy importante”.

En términos simples, explica cómo es el trabajo que realizan dentro del ecosistema: “En una primera etapa está evaluar e invertir. Luego hay que apoyar el portafolio invertido, ayudarlo a escalar, porque somos un socio más de esa compañía. La tercera etapa es desinvertir. Es decir, vender la participación, que es parte del ciclo de vida que nosotros tenemos con las startups”, señala.

Barahona cuenta además qué aspectos consideran para decidir por una startup. En primer lugar, se fijan “en los equipos, en sus fortalezas. La idea es que no hagan lo mismo. Después, en el factor de ambición global versus disrupción. O sea, que el negocio sea crear algo distinto, porque serán un actor más del ecosistema: es decir, qué tan innovador puede ser el producto y también la proyección global que podría tener el emprendimiento”, señala. “Incluso para nosotros, Alaya ya dejó de ser un VC con fondos nacionales, chilenos, argentinos o mexicanos. Porque responde a un trabajo con mirada regionalista, pero con proyección global”.

Mirada global

El socio de Alaya cuenta que la pandemia tuvo un gran impacto en los emprendimientos tecnológicos, donde se vieron beneficiados los latinos, ya que se logró “aplanar la cancha”, dice, y continúa: “El emprendedor boliviano, de Nueva York o chileno, tiene exactamente la misma oportunidad de hacer un pitch frente a un fondo mundial de forma telemática”. Por lo que, “el acceso al capital se facilitó y el consumo de tecnología también aumentó y, todo esto ayudó a que el ecosistema creciera”, afirma.

Alaya estima que su experiencia viviendo fuera de Chile durante su infancia le dio una perspectiva más global para los negocios. “Yo pienso siempre en el mundo. Eso te abre la mente, pues hoy en Chile tienes un problema que se puede resolver con tecnología y lo más probable es que haya otra persona que tenga ese mismo problema en otra parte del mundo. Entonces, ¿por qué no vamos a poder proveer una solución? Esa es la ventaja de las startups. No requieren fábricas, ni un gran número de personas en otros países y eso la hace grande y muy escalable. Es una oportunidad”. Aclara que “hacer una compañía solo para Chile no es malo, pero las exitosas están pensando en la región”.

Sobre las recomendaciones para los nuevos emprendedores, el experto indica que, en primer lugar, el negocio sea de algo que se domine bien. Un área conocida y, segundo, diferenciarse de los demás. Con respecto a las áreas que pueden tener una buena proyección, menciona a las empresas relacionadas con inteligencia artificial donde, a su juicio, “se están solucionando problemas reales de la gente”. También considera que no hay muchos emprendedores que brinden soluciones relacionadas con ciberseguridad y, en tercer lugar, menciona que también le entusiasman las iniciativas que desarrollen herramientas tecnológicas para la productividad de las pymes.