Claudio Muñoz liderará Aguas Andinas y se busca otro presidente para Essal

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El expresidente de Telefónica, empresa donde trabajó 30 años, tendrá la misión de superar la crisis en que está envuelta la sanitaria Aguas Andinas por los cortes del servicio en Osorno, donde opera su filial, Essal. Recuperar las confianzas con el gobierno y la ciudadanía serán sus principales tareas.


Claudio Muñoz, hombre histórico del grupo Telefónica, fue el escogido por el directorio de Aguas Andinas para contener la crisis desatada tras los cortes de agua en Osorno, donde opera su filial Essal.

Se trata de la primera responsabilidad mayor fuera de ese grupo de telecomunicaciones que asume Muñoz tras renunciar, en abril de este año, a la presidencia de Telefónica Chile.

A esa compañía -que por entonces era estatal y se llamaba CTC- llegó a hacer la práctica en la década del 80 como analista y, tras una larga carrera que incluyó la gerencia general de Telefónica y un paso por la matriz en España, terminó ejerciendo la presidencia.

A Aguas Andinas arribó como director independiente en abril de este año, tras renunciar a la presidencia de Telefónica, donde quedó como director y presidente de la filial Móviles.

Desde su posición, Muñoz desarrolló una importante red de contactos, tanto en el mundo privado como público. Apadrinado por Bruno Philippi, expresidente de Gener, Telefónica Chile y Sofofa; conocedores no lo identifican con ningún bloque político en particular.

De hecho, en el gobierno pasado fue nombrado directamente por la expresidenta Bachelet como consejero de la Comisión Nacional de Productividad, en reemplazo de Rafael Guilisasti cuando este arribó a la presidencia de las sociedades cascadas de SQM.

También ha participado en diversas instituciones con objetivos más allá de lo estrictamente corporativo. Además de Icare, Muñoz participó o participa aún en la Protectora de la Infancia, Fundación País Digital, la Red Alta Dirección, el Fondo de Inversión Estratégica de Chile (FIE) y la ya citada Comisión Nacional de Productividad.

Pero también ha tenido algunos tropiezos. Su arribo al consejo de la Sofofa a comienzos de esta década estuvo cargado de expectativas, pues junto con Alfonso Swett Opazo -actual presidente de la CPC- buscaban renovar la cúpula y darle un perfil más técnico. Pero en 2014, el expresidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, dio un polémico discurso en medio del debate por la reforma tributaria que impulsaba el exministro de Hacienda Alberto Arenas. Allí, advirtió que si se aumentaban los tributos, las inversiones se irían "a otro país".

El terremoto que se generó entonces en Sofofa solo se calmó cuando Swett y Muñoz abandonaron el gremio, un par de años antes del plazo para el que fueron electos.

Presidencia de Essal

En Essal, en tanto, el presidente se elegirá el 9 de septiembre. En esa fecha, en Puerto Montt, se realizará una junta de accionistas donde primero se renovará el directorio y luego se elegirá al presidente.

La idea, trascendió, es que ese cargo no lo ejerza el mismo Muñoz, sino que se buscará otro nombre, con el fin de separar aguas.

En relación con Muñoz, fuentes del mundo corporativo lo describen como un hombre negociador, poco confrontacional, con muchas redes y buscador de consensos. Resaltan sus habilidades blandas, que se juntan con un alto perfil técnico. No se identifica con algún sector político -a diferencia del saliente presidente Guillermo Pickering, histórico DC-, lo que le permite transitar de manera más libre entre los diversos sectores.

"Es un hombre con amplia experiencia en el manejo de empresas reguladas de capitales españoles. El encargo es liderar la compañía en forma completamente aislada de sus filiales", cuenta un alto ejecutivo que comparte asiento en uno de los directorios que ocupa Muñoz.

Y eso, en medio de la crisis que tiene a su filial Essal, con un expediente de caducidad de su concesión en Osorno, es clave para Aguas Andinas.

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