Un nuevo hito se cumplió ayer en el marco de la implementación de los estándares de Basilea III, los que buscan dotar a la banca chilena de mayor capital propio y liquidez para evitar escenarios de crisis como la de la década de los 80 a nivel local o como la subprime a nivel global.
Lo anterior porque la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) puso en consulta la primera norma para la implementación de Basilea III, consistente en la metodología para la determinación de bancos de importancia sistémica. Este proceso culmina el 26 de septiembre.
En una conferencia de prensa realizada para anunciar el hito, Nancy Silva, directora de Estudios de la CMF, explicó el costo total que tendrá para la banca el proceso.
A los US$3.000 millones que requerirá la banca en general para cumplir con los mayores estándares que impone Basilea III, indicó que se sumarán otros US$2.500 millones para los bancos que sean considerados sistémicos, donde según cifras calculadas a diciembre de 2018 serían seis los bancos sistémicamente importantes en el país. En ese sentido, precisó que ese será el piso mínimo que requerirá el sector para adaptarse a las normativas.
En ese contexto, indicó que se utilizarán cuatro variables para determinar qué bancos son sistémicos. Una de ellas es el tamaño de cada entidad, que pesará 30% en la ponderación, la interconexión (30%), la sustitubilidad (20%) y la complejidad (20%).
"Si tu importancia relativa en el mercado, con estos cuatro factores, es mayor al 10%, entonces tu eres sistémicamente importante", aclaró Silva.
La resolución que establecerá cuáles son los bancos sistémicos se publicará en marzo de 2021. Con todo, los seis bancos que ingresarían a esta categoría son justamente los más grandes del país, es decir, Santander, Banco de Chile, BancoEstado, Bci, Scotiabank, e Itaú.