Preocupante, tremendamente peligroso, quiebras completamente evitables, problema de liquidez en la banca. Esas son algunas de las frases que usan los economistas Rodrigo Valdés y Fernando Coloma, y el comisionado de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Mauricio Larraín, para describir un proyecto de ley que actualmente se discute en el Congreso.
En concreto, sólo en la Cámara de Diputados hay cinco mociones parlamentarias que buscan obligar a los bancos, el retail financiero, y otras instituciones financieras, a suspender de forma masiva y automática el cobro de deudas por entre tres y doce meses, sin intereses, para personas, y micro y pequeñas empresas. De hecho, ayer los diputados de la Comisión de Economía acordaron fusionar las mociones. También hay iniciativas en ese sentido en el Senado.
“Es central evitar malas políticas y populismos que son super tentadores, y que nos pueden dejar mucho peor. Con mucha preocupación veo que avanza un proyecto de ley en el Senado, en el que básicamente se obliga a toda institución financiera que se otorgó crédito, a postergar seis cuotas sin interés”, dijo ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en un seminario virtual organizado por la Escuela de Administración UC sobre “Financiamiento de empresas hibernando durante el coronavirus”.
Valdés agregó que si esto “se hiciera por uno o dos meses, obligatorio a la banca, y si se hubiese hecho dos meses atrás, habría sido un problema por los intereses, pero era manejable, de hecho, era mi diseño preferido, hacer algo de liquidez de corto plazo con los bancos, y después la parte de las garantías. Pero seamos claros: los que no son bancos, no tienen acceso a liquidez para poder soportar esto, y si ese proyecto de ley llega a ver la luz, vamos a tener quiebras completamente evitables, y que van a ser producidas completamente por este proyecto”.
Por su parte, Larraín dijo que ayer plantearon a los diputados sus inquietudes respecto de este tipo de políticas. “Quiero enfatizar, en el rol de regulador, lo fundamental es velar por la estabilidad del mercado financiero, y tenemos que asegurarnos que los bancos y las instituciones financieras sean solventes y resilientes”, comentó.
Larraín agregó que los ingresos que se dejarían de recibir las instituciones producto de estas postergaciones automáticas y masivas, son del orden de miles de millones de dólares, “y eso le produce un problema de liquidez a los bancos. Pero también hay otro tema, que es más difícil de cuantificar: el banquero siempre tiene que poder hacer un seguimiento muy cercano a sus créditos, eso es lo que se llama hacer una adecuada gestión de riesgos de crédito a los clientes, y con estas medidas, en que se postergan los pagos por seis meses, se deja de hacer un monitoreo, cobranza, a los créditos por seis meses. Eso no permite a los bancos hacer lo esencial, que es una adecuada gestión de riesgo”.
Así, el comisionado concluyó que “por esas dos razones, el mayor ingreso de flujo producto de intereses o amortizaciones de capitales, y por la imposibilidad de hacer una adecuada gestión de riesgo, eso le pone presión a la banca, al sistema financiero en general, y es algo que queremos evitar a toda costa, para que esto no se transforme en una crisis financiera”.
En tanto, Coloma, ex superintendente de la SVS, dijo que hay “que ser tremendamente conservador y estar consciente de la preocupación por la estabilidad del sistema financiero, que lo tiene ahora explícitamente la CMF como tal, y no amparar situaciones en que claramente esto se puede ver afectado. Que la banca entre en problemas podría ser dramático (...) es tremendamente peligroso”.
Valdés también afirmó: “Seamos bien cuidadosos con los remedios, porque muchas veces, en este mundo complejo, los remedios pueden ser mucho peores que las enfermedades”.