Los precios del cobre subían este martes por cuarta sesión consecutiva, impulsados por unos sólidos datos de consumo en China, nuevas medidas de apoyo monetario por parte de Pekín y un dólar más débil.
El cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subía un 1,3% a US$8.384,5 por tonelada métrica.
“Hay un repunte de corto plazo en el sentimiento hoy”, dijo Dan Smith, jefe de investigación de Amalgamated Metal Trading. “Los últimos datos de consumo de cobre en China muestran sorprendentemente que la demanda se ha mantenido. Los inversores que antes se mostraban pesimistas ahora están reevaluando el escenario”, agregó.
La demanda aparente china de cobre refinado creció alrededor de un 9% en el primer semestre de este año, a pesar de que el mercado mundial pasó a ser excedentario, dijo el lunes el Grupo Internacional de Estudios del Cobre (ICSG).
La demanda aparente se deriva de los indicadores de los principales sectores del cobre, como las plantas de cables, la red eléctrica y las industrias de la construcción.
Los mercados de metales también se vieron impulsados por las continuas medidas de apoyo de las autoridades chinas. El lunes, los principales bancos estatales chinos absorbieron activamente el yuan en los mercados internacionales, y el martes el yuan encontró un respiro, ya que los esfuerzos de las autoridades por frenar su caída cobraron cierta fuerza.
La correlación del cobre con el yuan se ha reforzado recientemente debido a la atención que prestan los inversionistas a la lenta recuperación económica de China.
Entre otros metales básicos, los precios del plomo en la Bolsa de Futuros de Shanghái (SHFE) saltaron el martes a máximos de más de 17 meses. Se espera que miles de toneladas de plomo vendidas en la SHFE para su entrega el mes que viene desencadenen una subida de los precios, ya que las existencias actuales de la SHFE no bastan para cubrirlas y el mercado físico está ajustado.
El plomo a tres meses en la LME subía un 0,8% a US$2.182 la tonelada.
La caída del índice dólar también hacía que los metales que cotizan en el billete verde resulten más baratos para los tenedores de otras divisas.