"Cuando hicimos esa proyección era un poco superior, pero vamos a tener otras oportunidades para poder revisarla". Con esas palabras el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, se refirió ayer a la trayectoria a la baja del precio del cobre en las últimas semanas, en un contexto de creciente incertidumbre respecto de los efectos en Chile de la guerra comercial entre China y EEUU.

El jefe de las finanzas públicas encabezó una reunión con sus pares económicos del gabinete para analizar la escalada arancelaria entre el gigante asiático y la administración Trump.

La preocupación sobre la trayectoria bajista del cobre se agudizó ayer luego que el metal acumulara su octava caída consecutiva, cerrando en US$2,71 la libra. Se trata del precio más bajo desde julio de 2017, equivalente a un retroceso mensual de 10%, con un promedio de US$2,848 en julio y de US$3,108 en lo que va del año. Esta última cifra está por debajo de los US$3,12 la libra estimado por la cartera para el promedio del año en su exposición de la semana pasada ante la comisión mixta de Presupuestos.

La baja de la materia prima se da en un contexto en que el dólar sigue fortaleciéndose a nivel local, cerrando ayer en $662,5, con un alza diaria de $9 y su valor más alto también desde julio de 2017.

Larraín destacó que si bien "un centavo de dólar menos de cobre en términos fiscales es en torno a US$60 millones", indicó que " afortunadamente tenemos una política fiscal de largo plazo. Por lo tanto, aunque baje, eso no significa que tengamos que contener el gasto fiscal en la misma proporción que el cobre en el mercado spot". Enfatizó en todo caso que "tengo la sensación que el precio del cobre está hoy en un nivel inferior al que va a tener el promedio en los próximos meses".

Monitoreo y oportunidades. Consultado acerca de si se habrían subestimado los potenciales impactos de la guerra comercial, Larraín lo negó rotundamente. "No, no se subestimó. Una muestra de que no estamos subestimando es que vamos a tener un monitoreo preciso y coordinado", sostuvo, razón por la cual detalló que se reunirán en forma periódica con el resto de los ministros económicos para monitorear el tema.

En ese contexto, el jefe de las finanzas públicas insistió en un llamado a la tranquilidad para la ciudadanía frente a la escalada arancelaria.

"Más que alarmarse es un llamado a la tranquilidad, en el sentido de que estamos ocupados del tema y estamos haciendo lo que hace un gobierno responsable para enfrentar un escenario internacional que puede ser más adverso", dijo, y estimó que, de concretarse un incremento arancelario de 10%, el crecimiento mundial podría verse mermado entre 0,3% y 0,5%, aunque no necesariamente la proyección de 3,8% para el crecimiento doméstico.

Incluso, agregó que existe la posibilidad de que la guerra comercial abra nuevas oportunidades de negocios, especialmente en Asia Central, aprovechando los tratados de comercio suscritos por Chile con 64 países del mundo, tema que se abordará con Direcon la jornada de hoy.

"Es un momento para buscar diversificación y profundizar nuestros lazos con países y regiones con los cuales tenemos tratados", planteó y aprovechó de adelantar que durante esta jornada se concretará la primera reunión del Consejo de Ministros para el Desarrollo Económico, la que será encabezada por el Presidente Piñera en La Moneda.

Sobre las oportunidades de negocios también se refirió el ministro de Agricultura, Antonio Walker, quien sostuvo que "el portafolio de mercados que tienen todos los productos silvoagropecuarios de Chile es muy amplio, llegamos a más de 140 países y hay otros para explorar, como los del norte de África o Asia Central", poniendo como ejemplo las exportaciones chilenas de manzanas, dado China impuso aranceles al mayor productor de mundo que es EEUU.

Sofofa insiste con rebaja de impuestos

Tras reunirse ayer con el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, por la agenda de modernización del Estado, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Bernardo Larraín, se refirió a la guerra comercial y reiteró la solicitud de reunión con el embajador de Estados Unidos en Chile, la cual se concretaría en las próximas semanas, para expresar la preocupación del sector privado. En esa línea, Larraín dijo que "la guerra comercial siempre es una preocupación porque somos una economía inserta en el mundo (...) eso implicaría que Chile debe estar entre los países más competitivos y eso significa una rebaja de impuestos a las empresas, una rebaja a las utilidades reinvertidas". PT