A medida que la penetración de internet aumenta en Chile y que los usuarios privilegian las plataformas digitales, se hace cada vez más necesario reflexionar sobre cómo podemos contribuir a la protección de los derechos digitales de las personas y evaluar cómo lo estamos haciendo quienes formamos parte de este ecosistema.
Para dimensionar el impacto, en 2022 la conexión a internet en los hogares en nuestro país llegó al 89,2%, según el estudio “Acceso y uso de internet y computadores, habilidades digitales y necesidades de capacitación”, de la UC y OTIC CChC, muy por sobre el 75% registrado en la Encuesta Casen de 2017. Pero el mayor acceso de la ciudadanía al ecosistema digital implica también un mayor sentido de responsabilidad. Sin ir más lejos, apenas el 20% de las personas afirma saber qué son los derechos digitales, según detalla el informe Chilenografía, elaborado por La Vulca.
A pesar de este amplio desconocimiento, existe consenso respecto de la importancia de resguardar los datos. De hecho, el 80% de las personas en Chile dice estar preocupada por su privacidad y seguridad en línea, según cifras recientes de Google. Pero el desafío es mucho mayor porque -según el mismo análisis- el 74% de las personas en Chile cree que es importante contar con una experiencia personalizada cuando compran en internet.
Por ello, no solo se trata de que las personas sean conscientes de lo importante que es el cuidado de sus datos, sino de que las empresas nos hagamos parte de ello a través de un compromiso que se traduzca en el fortalecimiento de protocolos en torno al manejo de esta información, que garantice altos estándares de privacidad digital. En esa línea, la ONG Derechos Digitales revisa cada año la labor de los proveedores de internet y, en su última versión, destacó a Claro como líder en el resguardo de la información de clientes.
A nivel nacional podemos apreciar que si bien en los últimos años se han tomado medidas para reforzar la Ley de Protección de Datos y, actualmente, hay más de 50 proyectos relacionados con esta materia en el Congreso, se trata de un tema en que parece urgente avanzar rápidamente para seguirle el ritmo al desarrollo tecnológico, que no se detiene.
En un mundo globalizado como el que vivimos -y altamente tecnologizado-, el tratamiento de datos y la protección de ellos se convierte en una materia crucial. No solo para evitar filtraciones o ciberataques, sino que también a la hora de prevenir el mal uso de esa data. Es indispensable que como país aportemos en la generación de una cultura de protección de datos personales que nos permita avanzar en materia de desarrollo digital de manera coherente y segura para todos.