Este año, Congreso Futuro nos ha vuelto a recordar que la tecnología no es un fenómeno aislado ni un privilegio exclusivo. Al contrario, es una fuerza transformadora que moldea economías, redefine industrias y, más importante aún, incide directamente en la calidad de vida de todas las personas. Pero ¿estamos realmente preparados para que la tecnología se convierta en un motor de desarrollo que beneficie a todos por igual?

A nivel de industria, es imperante que entendamos que nuestro papel trasciende la provisión de servicios: tenemos la responsabilidad de acercar a nuestros clientes las tendencias emergentes y preparar a las organizaciones para el impacto que estas tendrán en su futuro.

Mike Bechtel, chief futurist de Deloitte, fue uno de los speakers más esperados del encuentro de divulgación, y su charla fue reveladora al delinear las tendencias tecnológicas que marcarán el 2025, con la inteligencia artificial a la cabeza. Su mensaje fue claro: la IA está destinada a ser tan fundamental como la electricidad. Sin embargo, integrar estas herramientas no se reduce a la adopción de soluciones puntuales; se requiere una cultura de colaboración y la convicción de que la humanidad debe seguir siendo el eje central de cada avance.

Es importante tener en cuenta que en un entorno cada vez más conectado, los negocios no operan en un vacío. Forman parte de un ecosistema que evoluciona a un ritmo vertiginoso, donde la adopción de tecnologías como la IA, la nube y el IoT trasciende los límites de lo meramente productivo y se proyectan hacia la creación de valor social y económico. Este progreso no ocurre de manera automática; exige un trabajo conjunto entre empresas, gobierno y sociedad civil, para que el desarrollo tecnológico sea responsable, ético y accesible.

En ese sentido, el Congreso Futuro constituye una plataforma esencial. Más allá de sus ponencias y debates, es un espacio donde se cruzan visiones diversas que apuntan a un futuro sostenible e inclusivo. La presencia de líderes y expertos -junto a la sociedad civil- refuerza la idea de que la transformación digital debe estar profundamente anclada en la colaboración y el diálogo abierto. Para Claro empresas, participar de este tipo de iniciativas es una reafirmación de nuestro compromiso con nuestros clientes y con Chile, para prepararlos ante los desafíos y oportunidades de la cuarta revolución industrial.

Sin duda, la gran enseñanza que deja el Congreso Futuro es que el destino de la innovación no depende únicamente de la velocidad con que se despliegan las nuevas tecnologías, sino de cómo elegimos utilizarlas. Conectividad, innovación y empatía pueden convertir la tecnología en un puente hacia mayores oportunidades. Es un llamado urgente para que los distintos sectores -público, privado y ciudadanía- diseñemos, de manera conjunta, el camino hacia un futuro que potencie el bienestar de las próximas generaciones.