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Columna de Gonzalo Restini: “Endeudados en un mundo peligroso”

“La vida es misteriosa, nadie sabe qué trae el futuro. En 2010 tuvimos terremoto y éramos más ricos, más dinámicos y más optimistas. No por casualidad, sino porque hacíamos las cosas bien. Y salimos. Hoy una gran crisis nos pillará endeudados, sin ahorros y desmoralizados. Frágiles, en un mundo que no es el que conocíamos… y que no se siente tan bien”.

Gonzalo Restini, emprendedor y panelista de Información Privilegiada de radio Duna.

“It’s the end of the world as we know it… and I feel fine”. REM, 1987

La frase ya no es solo himno de estadio. El mundo entero vive al ritmo frenético de Trump. Despliega un nuevo poder cósmico, enorme como el que ningún ser humano tuvo antes. Ni emperadores ni reyes ni dictadores pudieron intervenir global e impredeciblemente. En tiempo real. Sin restricciones aparentes. Pisoteando alianzas históricas, tratados solemnes y héroes planetarios como Zelensky. No respetando la palabra empeñada por sus antecesores. Traicionando la defensa de los valores liberales que han hecho de Estados Unidos una potencia moral y económica que ha liderado Occidente. La Tierra de los Libres olvidando su esencia… Una pérdida estructural para el mundo.

La errática teleserie de los aranceles a sus aliados, México y Canadá, además de China, muestra qué tan lejos puede llegar. Todos saben que serán una carga para el consumidor norteamericano y que harán a Estados Unidos menos competitivo. Warren Buffett lo dijo con todas sus letras: Son un impuesto. Y no lo pagará el Hada de los Dientes (nuestro Ratoncito Pérez), sino el consumidor norteamericano. El viejo Warren vio venir un mercado caro y con volatilidad (el VIX superó los 25 puntos el jueves) y disminuyó drásticamente su posición en acciones, algo muy inusual para un tipo que se ha hecho rico tomando posiciones estructurales de largo plazo. Por algo será.

Se vienen tiempos complejos e impredecibles. Pero nosotros seguimos gastando alegre y despreocupadamente. Como país en guerra, pero sin guerra. Pulverizamos el pronóstico de déficit fiscal: 3,2% del PIB. La Deuda/Producto en 42% y subiendo, como ascensorista. Vertical. Nadie se hace responsable. El mayor fail presupuestario de la historia de Chile, en cualquier institución y con distancia. Pero no se mueve ni una hoja. Una cosa de locos. Hay que reconocerlo: la mayor habilidad de “la generación que nos gobierna” es no hacerse responsable por nada. El concepto de “accountability” no lo conocen o simplemente lo desprecian.

Además de la liquidación de US$3.500 millones del patrimonio de Corfo, se sigue hablando de condonar el CAE, que cuesta US$12.000 millones. Se aprobó el pago Deuda Histórica de los Profesores, que son US$270 millones. Ambos son una compra de votos desembozada. Así, se acumulan señales de descontrol en el gasto por todas partes. Hace unos días “La Segunda” publicó una lista que desafía la lógica y el pudor. El Plan de Compras de la Presidencia de la República considera 102 millones de pesos para en tarjetas de vestuario, 926 millones en compras de Bodega, 215 millones en pasajes aéreos, 143 millones en beneficio de Sala de Cuna. Gastos versallescos para un país a punto de entrar en la zona roja de endeudamiento. Millones para acá y millones para allá: 603 para campañas comunicacionales del Ministerio de la Mujer, 138 para vehículos del Ministerio del Interior, 450 papara campañas del Ministerio de Previsión Social, 200 para difusión de la ley Karin, 400 para salones del Ministerio de RR.EE., 58 para regalos en actividades oficiales. El festival del gasto.

Todo esto sin hablar de las Fundaciones, de las compras de casas a discreción para museos, de los gastos millonarios en celulares en el Congreso, de los amigos del asado y los operadores sobrepagados en embajadas, subsecretarías y reparticiones, que una vez terminado el engaño del sobrepago estatal se transformarán trabajadores frustrados seguros y probables saboteadores dispuestos a todo para volver a disfrutar de la piñata del Estado. Mientras, los hospitales no tienen plata para operaciones de cáncer y la reconstrucción del incendio de Valparaíso avanza a ritmo de 8 casas por año. Qué imagen dolorosa de divorcio entre la gente y las elites.

Es verdad, lo de Elon Musk, su DOGE y su motosierra no se ven tan bien. Ronald Reagan se retorcería en su tumba al ver esa imagen del Presidente acompañado de un Tony Stark de carne y hueso y su hijo X firmando decretos en la sala oval. Pero hay que sacar lecciones. Nos encaminamos a una crisis de deuda latinoamericana de manual. Vamos en ritmo de colisión. A menos que nos pongamos las pilas, crezcamos y gastemos menos de verdad. No nos van a salir de nuevo con subir impuestos. Ese veneno, administrado en diversas y prolongadas dosis, nos ha llevado de ser acreedores netos al purgatorio de los países chantados y en trayectoria de quiebra. La vida es misteriosa, nadie sabe qué trae el futuro. En 2010 tuvimos terremoto y éramos más ricos, más dinámicos y más optimistas. No por casualidad, sino porque hacíamos las cosas bien. Y salimos. Hoy una gran crisis nos pillará endeudados, sin ahorros y desmoralizados. Frágiles, en un mundo que no es el que conocíamos… y que no se siente tan bien.

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