Hoy se cumple un hito relevante para nuestra historia republicana. Más de 15 millones de chilenos estamos llamados a participar en un plebiscito que permitirá cerrar el proceso constitucional iniciado hace poco más de tres años. Y esperamos que, cualquiera sea el resultado, seamos capaces como país de iniciar una nueva etapa.
¿Y qué podemos hacer a partir de mañana? Lo primero es que empresas y autoridades empecemos a hablar el mismo idioma y colaboremos en torno a los desafíos urgentes que enfrenta y reclama nuestra sociedad, para avanzar en materias que son claves para incentivar la inversión, aumentar la productividad y reactivar la economía.
Al menos así lo espera la ciudadanía. Un reciente estudio realizado por la Cámara Chilena de la Construcción, la consultora Feedback y la fundación Pacto Social, mostró que uno de cada 4 chilenos (26%) cree que la característica más importante para enfrentar de mejor forma los desafíos del país es la colaboración, por sobre aspectos como el liderazgo, la competitividad, la autoridad, el conocimiento y la innovación.
El gobierno dio algunas señales recientes que parecen caminar en esa dirección. Hace algunos días, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, señaló que el Ejecutivo espera ingresar próximamente tres proyectos al Congreso que son relevantes para avanzar en este camino y las empresas también tenemos algo que decir para aportar en esta nueva etapa.
Una de las iniciativas de ley es la que racionaliza la llamada permisología que enfrentan los proyectos de inversión. El compromiso del Ejecutivo es eliminar trabas burocráticas y reducir la tramitación en los distintos servicios.
El tema ha estado presente en el debate público-privado y su resolución será un incentivo para que se materialicen las inversiones ya anunciadas. Sin duda, permitirá entregar mayores certezas para que nuevos capitales puedan llegar al país. Con ello resuelto, desde las empresas debemos ser capaces de proponer proyectos que tengan una visión de largo plazo, consideren criterios de sostenibilidad y aporten a un desarrollo más inclusivo.
El otro de los proyectos anunciados por el ministro Marcel es el que fortalece el cumplimiento tributario, aspecto clave para avanzar en un “Pacto Fiscal”. Es claro que dadas las urgencias sociales del país, será necesario introducir cambios a nuestra estructura tributaria, ya sea en este o en futuros gobiernos. Pero es importante considerar que una real negociación implica tomar en cuenta la visión de todos los actores, gremiales, empresariales y políticos para el bien del país. La mayor parte de las reformas que se han implementado han tenido como factor común tratar de aumentar la recaudación a través de mayores impuestos, sin embargo, la institucionalidad también puede ser un instrumento que incentive la formalización del empleo, lo cual facilita el cumplimiento tributario.
En esa línea, creo que en esta nueva etapa, empresas y sector público debiéramos potenciar iniciativas en pos de este objetivo, especialmente en el caso de las mujeres, quienes además presentan una menor participación laboral, lo que se acrecentó producto de la pandemia y que no se ha recuperado a la fecha.
Según el INE, la tasa de informalidad alcanza a un 28%, lo que equivale a aproximadamente 2 millones 600 mil personas, muchas de ellas mujeres, que no tienen la protección de un trabajo formal. Cambiar esta situación, requiere avanzar en distintos frentes para que el mercado laboral formal entregue mayor capacidad de compatibilizar la vida familiar y personal. Pero también, una mayor formalización permitirá que el Fisco cuente con más recursos -a través de la tributación correspondiente- para hacer frente a las numerosas necesidades sociales del país.
A su vez, el gobierno espera ingresar un proyecto que regule de manera permanente la participación de la sociedad civil en políticas públicas. La voz de la ciudadanía es imprescindible a la hora de decidir sobre aquellas políticas que inciden en su bienestar actual y futuro.
Con todo, creo que si queremos que el día después del plebiscito implique efectivamente iniciar una nueva etapa para el desarrollo del país, dependerá en gran parte de que podamos encontrar un lenguaje compartido que esté a la altura de los urgentes desafíos que necesitamos abordar. La tarea nos involucra a todos. Públicos y privados.