Pese a ser uno de los elementos más abundantes del planeta, el hidrógeno no es fácil de obtener, pues no se encuentra de forma aislada en la naturaleza. Producirlo directamente del agua -mediante la electrolisis, y no a partir de combustibles fósiles- es un proceso costoso, que requiere de mucha energía eléctrica. Sin embargo, la proyección -y la esperanza- está en hacerlo mediante fuentes renovables y sin emisiones asociadas a su producción, para luego almacenarlo y utilizar todo su potencial en el proceso de descarbonización.

Chile tiene cualidades excepcionales para desarrollar una industria de hidrógeno verde gracias a su potencial de energía renovable y contribuir a la descarbonización de sectores en los que la electrificación no es viable, como en el sector industrial, el transporte pesado (camiones), de larga distancia (aviación, transporte marítimo), o cuando la operación continua es prioridad (buses, taxis). Además, puede mejorar su propia seguridad energética, ya que, al poder almacenarse durante largos períodos, el hidrógeno facilita la integración de las energías renovables en la red. Se estima que este combustible podría llegar a cubrir hasta el 24% de la demanda energética global a 2050.

La Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde tiene como meta producir este combustible al menor costo del mundo para 2030 y estar entre los tres principales exportadores mundiales de hidrógeno para 2040, generando hasta US$ 330 mil millones en oportunidades de inversión privada. Allí, el rol de los privados será fundamental.

En Copec, a través de Wind Garage, estamos comprometidos con el hidrógeno y lo demostramos desarrollando diversas alianzas estratégicas para apoyar este desarrollo, siempre de la mano de la innovación. En 2022, suscribimos un acuerdo de colaboración con Nuevo Pudahuel y un grupo de empresas con el propósito de explorar el uso de hidrógeno en el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez. Formamos parte de un consorcio, que con apoyo de Corfo, desarrolla el proyecto “Antofagasta Minería Energía Renovable” (AMER), iniciativa que espera producir 60.000 toneladas anuales de metanol verde, hidrógeno verde y CO2 capturado desde una fuente fija. En conjunto con GIZ, realizamos un análisis de la capacidad técnica de fuel cells para el transporte. Y junto a Linde, Andes Motor, Buses Hualpén y Anglo American, implementamos la hidrolinera que suministrará el hidrógeno para el primer bus interurbano impulsado por este combustible en Chile.

En paralelo, desde Copec Wind Ventures hemos invertido en dos startups especializadas: H2Pro, empresa israelí de electrolizadores de alta eficiencia, y ClearFlame, firma estadounidense que adapta motores diésel para funcionar en un 100% con metanol, derivado del hidrógeno verde. Con todas estas inversiones y alianzas, y de la mano de una visión innovadora y capital local, nos encaminamos en una ruta que apuesta en grande al desarrollo de una industria de hidrógeno made in Chile.