Hace 50 años hablar de comunicación e instantaneidad parecía una fantasía. Sin embargo, en la última década hemos sido testigos de la relevancia de las habilidades STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemática por sus siglas en inglés) para el desarrollo de los países. Sobre todo, hoy cuando vemos el ritmo de crecimiento vertiginoso que tomó la digitalización y el impacto que ha tenido en nuestro quehacer diario. En ese sentido, toma especial relevancia impulsar la integración de mujeres en el mundo STEM para que todas seamos partícipes de la revolución digital.
Sin duda, uno de los grandes desafíos que tenemos a nivel industria es potenciar la integración de mujeres al sector. Mientras el 81% de las empresas tecnológicas dice tener interés en incorporar mujeres, el 69% señala que apenas representan el 10% de su equipo. No sólo estamos perdiendo una oportunidad como industria, sino que estamos dejando pasar la capacidad de potenciar el desarrollo-país. Accenture a través del estudio “Women Matter” es categórico: lograr una proporción equitativa de hombres y mujeres en todos los sectores económicos aumentaría el PIB mundial en 26% para el 2025 y el PIB anual de América Latina en 34%.
En paralelo, hoy el mercado laboral necesita de nuevas habilidades vinculadas a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), que permean a las distintas áreas que están siendo digitalizadas. Por ello es tan relevante superar la segmentación en el mundo laboral y lograr que las nuevas posibilidades de la economía digital vayan acompañadas de la transformación de los roles de género, para avanzar hacia una autonomía económica de las mujeres que resulte más efectiva.
Para comprender este contexto, resulta imprescindible mirar el camino educativo. En 2018, una de cada cuatro matrículas de educación superior en áreas STEM correspondía a mujeres, representando apenas el 5% de la fuerza laboral del sector, por lo que parece necesario revisar como sociedad qué estamos haciendo para que, desde pequeñas, las niñas vean a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas como un sector viable en el que desarrollarse y en el que prevalezca un mayor balance de género.
En ese sentido, desde las empresas tenemos el deber de descubrir, atraer, mantener e impulsar de manera oportuna el talento femenino en un contexto que hoy es distinto, pero lleno de oportunidades. Así, miles de mujeres estudiantes, trabajadoras, emprendedoras, científicas y programadoras, entre otras, podrán acceder a mejores puestos de trabajo e instancias de formación que les darán las herramientas necesarias para fomentar un futuro prometedor.
Es el momento de actuar en forma articulada y multidimensionalmente desde el mundo público, privado y la sociedad civil, para entregar herramientas STEM, que nos permitan crecer, encontrar nuevos rubros o emprender, reduciendo así la brecha y promoviendo una mayor equidad.