Esta semana el Banco Central redujo la tasa de política monetaria menos de lo esperado y suspendió la compra de dólares. La medida fue interpretada como una “sorpresa”. No sé si fue tan sorprendente en realidad.
En mi experiencia, poca gente realmente entiende lo que hace el Central, el rol crucial que cumple y el difícil equilibrio que deben manejar. No está mal invertir una columna en explicar.
Todos entendemos que el objetivo del Banco es mantener baja la inflación. Famosamente, el Central tiene un rango meta de 2%-4%. Lo que no todo el mundo tiene presente es que ese rango no es para la inflación propiamente tal, sino para la expectativa de inflación. Ésa es su verdadera meta.
La razón es que el Banco sabe que la inflación, a veces, sube por razones que no tienen que ver con la política monetaria. Una helada fuerte puede encarecer los alimentos o las furias de Medio Oriente pueden hacer subir la gasolina. Estas cosas generan inflación, pero el Banco sabe que, primero, no es muy evitable, y segundo, no es permanente si las expectativas están, como dicen los economistas, “ancladas”.
Lo que preocupa al Central es la inflación que sí es generada por la economía o la política chilena. La inflación generada por nosotros mismos. Se preocupa porque sabe que esa sí que puede “desanclar” las expectativas.
El Central lleva dos años combatiendo la inflación que dejó la pandemia y los retiros con una tasa de política monetaria (TPM) bastante alta. Fue una política dolorosa, pero muy exitosa. La inflación bajó antes y más rápido de lo anticipado. Entonces, desde fines de julio que el Banco viene bajando la tasa y muchos pensábamos que lo seguiría haciendo a una alta velocidad. La razón era que a pesar de que la inflación aún no llegaba al rango de 2%-4%, en realidad el Banco Central ya había cumplido con su verdadera meta. Todos los indicadores de expectativas inflacionarias: las encuestas a economistas y operadores financieros o el spread entre tasas nominales y reales, están en torno al 3%. El Central había cumplido su meta, tenía que normalizar rápido las condiciones monetarias. Por eso algunos esperaban un recorte de 75 puntos base, incluso 100 en la TPM. Fue sólo de 50.
La razón es Estados Unidos. El desempeño de la economía gringa a la salida de la pandemia ha sorprendido. Ese dinamismo ha significado que nunca llegó la esperada recesión post retiros de ayudas Covid que nosotros estamos viviendo; y además que la inflación no ha bajado a la velocidad que esperaban. Las señales son, entonces, que la tasa del Central gringo (la Fed) no sólo no va a caer, sino que incluso podría volver a subir.
El problema es que si los gringos tienen sus tasas altas y nosotros las bajamos fuerte, se nos enreda la cosa. La explicación es simple: los dólares buscan tasas altas como polillas a la luz; y si los dólares se van, hay menos acá; y si hay menos, se encarecen; y si sube el dólar, todo lo que se importa sube generando inflación. Es por eso que el Banco Central de Chile suspendió el programa de compras de dólares, para no añadir a la escasez de dólares innecesariamente; y es por eso que redujo la velocidad de normalización de su tasa, para evitar aumentar demasiado el descalce con las tasas gringas.
El problema es que si el Banco no baja sus tasas, estará frenando la economía local. Por otro lado, si las baja rápido, alivia la economía local, pero puede causar, vía el dólar, inflación importada. Palos porque bogas y porque no bogas. No queda otra que establecer un balance.
En mi opinión, el acto de equilibrismo del Banco de esta semana es el correcto… por el momento. Como ocurre con todo equilibrista, tiene que estar atento a corregir si siente que se le va el cuerpo hacia un lado u otro. Es un acto de equilibrismo, pero no se puede decir que es sorprendente.