Hace un año, comencé a dedicarle más tiempo a aprender sobre inteligencia artificial (IA), intrigado por diversas publicaciones y la fama de ChatGPT. Lo que inicialmente me parecía una tecnología más lejana, demuestra ser una revolución tan significativa como lo fue internet.
Una publicación de McKinsey & Co, realizada a comienzos de este año a 1.363 empresas globalmente, indicó que la adopción de IA en al menos una función de su organización pasó en un año de 55% a 72%, y sorprendentemente en el caso de la IA generativa, de 33% a 65%. La misma consultora analizó las mejoras de productividad en las empresas llegando hasta un 40%.
Estudios de Goldman Sachs y PwC calculan una contribución de la adopción de IA de entre 7 y 14% del PIB mundial, respectivamente, en los próximos 10 años.
¿Pero cómo aterrizo esto? En una charla de IA de la que participé con varios líderes de empresas, un experto norteamericano presentó varios casos de éxito de aplicación de IA en empresas. Me llamó mucho la atención la simple respuesta del experto a la pregunta de uno de los ejecutivos sobre cómo incorporar estas tecnologías: “Ustedes tienen que aprender de IA”. Los líderes tenemos la responsabilidad de aprender sobre IA, para comprender su potencial y no solo delegar su implementación.
Actualmente, aplicaciones como Netflix, las rutas optimizadas de Waze, y las aplicaciones con Procesamiento de Lenguaje Natural (o NLP en inglés) como Meta AI en WhatsApp, ya son ejemplos de cómo la IA ya es parte de nuestro día a día.
Así, decidí “aprender”, tomé un curso online de IA y descubrí la tremenda magnitud de esta tecnología. Aplicaciones prácticas incluyen modelos de lenguaje natural para interacción con grandes bases de datos, visión computarizada para reconocimiento de imágenes e incluso estados de ánimo, co-piloting para personal técnico, y hasta herramientas de coaching para asegurar las mejores prácticas en los equipos.
En Empresas Iansa comenzamos a definir proyectos específicos donde estas soluciones pueden agregar valor. Nos hemos conectado con startups con talento joven, que han aportado mucho. Pero en general estamos convencidos de que nuestros profesionales tienen que saber más de IA, capacitando y disponibilizando herramientas.
Adoptar la IA presenta desafíos como la confidencialidad de la información y la precisión en operaciones con alto riesgo. Sin embargo, los beneficios pueden ser enormes, transformar nuestras operaciones, mejorar la productividad y abrir nuevas oportunidades de negocio.
Aprender de IA es un importante inicio para entender su potencial y saber conducirlo.