El recommerce es un concepto que todavía no es familiar en Chile. Pero este modelo de negocios sustentable ha empezado a cobrar vida en Europa y Estados Unidos, al punto de que se estima que su crecimiento es 16 veces más rápido que el del comercio minorista tradicional, según un informe de Top1000 de 2023.
Esta nueva fórmula de negocio, que se centra en la reventa de artículos usados, devueltos o restaurados a través del ecommerce; al mismo tiempo que fomenta un ciclo de consumo más consciente y reducido, explicó Verónica Díaz, doctora en sistemas de ingeniería y académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Universidad Adolfo Ibáñez.
“Es fundamental para la sustentabilidad, ya que minimiza los residuos manteniendo los productos en circulación más tiempo, reduce la necesidad de recursos naturales y disminuye las emisiones de carbono de la producción y el transporte. También permite a las marcas fortalecer su imagen corporativa y conectar con consumidores preocupados por el medio ambiente”, dijo la académica a Pulso La Tercera.
En Chile, el recommerce aterrizó de la mano de la startup Bloom Reuse hace unos meses. Amin Guenim y Florencia Valladares, gerente general y directora de tecnología de la empresa, respectivamente, dicen que vieron un espacio en blanco respecto a esta nueva tendencia de comercio en el país.
Si bien el crecimiento del mercado de ropa de segunda mano triplica al de vestimenta nueva, las marcas no están participando en este negocio, destacó Guenim. “Nosotros somos diferentes a las empresas que ya están en la industria, por ser pioneros con nuestra plataforma, que está desarrollada para las marcas y digitaliza los dolores de la operación asociada al secondhand, haciendo que sea fácil y rápido de implementar. Somos el primer recommerce en la región en trabajar en colaboración con las marcas para que participen de este mercado”, recalcó.
Esta startup, además, está impulsando un proyecto de ecoetiquetado, que sería el primero en implementarse en la industria de la moda chilena.
Con el objetivo en la economía circular
Los fundadores de Bloom Reuse afirman que implementaron el modelo de reventa para marcas de ropa con el objetivo de impulsar la economía circular en la industria de la moda en Chile. “Un problema grave que tenemos hoy es el fast fashion (moda rápida), que consiste en la compra de prendas que quedan en tu closet tras ser usadas poco. Algunas personas las acumulan o se deshacen de estas, finalmente terminando en un relleno sanitario. Cuando aplicas el recommerce se tiene un impacto positivo en el medioambiente porque se reutiliza algo que ya tiene una huella de carbono”, señaló Guenim.
Según datos de la Conferencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el Comercio y el Desarrollo, la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. Sólo en el rubro del vestido se utiliza 93.000 millones de metros cúbicos de agua anualmente, y también se desecha medio millón de toneladas de microfibras al mar cada año.
La contaminación generada por este negocio no es un problema lejano. Sólo el año pasado circularon por todo el mundo imágenes con montañas de ropa usada y nueva desechadas en el desierto de Atacama.
Guenim, basándose en datos de la ONU, indica que al utilizar ropa de segunda mano se evitaría un 25 % de las emisiones de carbono (CO2) que emite la industria de la moda. “Este negocio es el futuro porque hay una oportunidad económica y una demanda de los consumidores por comprar estos productos”, subrayó.
Interés por la sostenibilidad
Aunque la incursión del recommerce en Chile es muy incipiente por ahora, tanto Guenim como Díaz consideran que este mercado podría tener mayor auge a mediano plazo.
En el país, la conciencia ambiental enfrenta desafíos notables, pero simultáneamente revela oportunidades de crecimiento significativas, especialmente en un contexto económico marcado por la inflación y preocupaciones sociales como la delincuencia y la salud mental, indicó Díaz.
El estudio “Reciclando-ando” de GfK Chile apunta a que, aunque estas preocupaciones han eclipsado temporalmente los temas medioambientales, el interés por la sostenibilidad ha mantenido una tendencia ascendente entre los ciudadanos en los últimos años. “Sin embargo, este interés a menudo se ve frustrado por una percepción de acción gubernamental y corporativa inadecuada en la gestión ambiental, reflejada en una infraestructura de reciclaje insuficiente y en deficiencias en la educación ambiental”, acotó la académica.
Díaz aclara que, a pesar de estos obstáculos, el panorama para el recommerce y otras prácticas sostenibles es prometedor, presentando una excelente oportunidad para integrar estos métodos más efectivamente en la educación formal y fomentar un cambio cultural hacia un consumo más responsable. “Al superar las barreras estructurales y de información, y con un compromiso reforzado tanto del sector público como del privado hacia la sostenibilidad, Chile está en una posición favorable para realizar progresos significativos en prácticas sostenibles que beneficien tanto a los consumidores como al planeta”, concluyó.