Tras su última operación, se podría decir que en el imperio empresarial de Eduardo Elberg Simi no se pone el sol. El ingreso del empresario viñamarino como accionista a la matriz de Astara, la distribuidora automotora española con presencia en tres continentes -que se conoció a mediados de semana-, reforzará sus operaciones en América, Asia y Europa, donde en los años recientes ha concentrado sus negocios, especialmente inmobiliarios. Siempre acompañado por su brazo derecho, Andrés Solari, y con un silencio casi hermético como norma, el exdueño de Santa Isabel ha estado en los últimos años internacionalizando su portafolio, que hoy abarca propiedades, hoteles, berries, bodegas, automóviles y un banco. Sus fichas están puestas de manera directa en Estados Unidos, Perú y España, pero sus inversiones ya son globales.

A sus 75 años, el ingeniero comercial de la U. de Concepción, que en 1997 vendió el 36,96% de la cadena de supermercados Santa Isabel en US$229 millones -en 2011 dijo a El Mercurio que al final había recibido US$150 millones después de los ajustes-, ha construido un patrimonio que en el mercado calculan en más de US$1.200 millones, con la sociedad Algeciras como portaaviones de más de 20 entidades en las que participa junto a la madre de sus hijos, Magda Sheward Mardones, y a sus descendientes Paula (49), Karla (46) y Andrés (51). Javiera, la menor de los Elberg Sheward, falleció en enero de 2017 en un accidente de aviación en Lican Ray en la Región de La Araucanía, a los 24 años. En varios de los vehículos de inversión familiares también participa su cuñado Iván Sheward Mardones.

En todo caso, en el mercado hay quienes estiman, incluso, que la fortuna de Elberg superaría ya los US$2 mil millones, si se consideran sus inversiones financieras y apuestas en tecnología y nuevos negocios.

El empresario dirige personalmente las grandes líneas de sus negocios desde sus oficinas en la calle Libertad, en Viña del Mar. A veces se le ve en actividades relacionadas con algunas de las fundaciones -principalmente educacionales o de desarrollo regional- en las que participa y es considerado uno de los empresarios clave de la Región de Valparaíso, donde un exintendente regional destaca que pese a su enorme patrimonio, ha seguido ligado a la zona. Es miembro de la Cámara de Comercio de Valparaíso, donde recuerdan que el primer Santa Isabel, con su característico oso panda como emblema, se abrió en el puerto en la calle Cochrane, a un costado de su entonces competencia La Bandera Azul.

Con los “mejores”

A través de Algeciras, Elberg ha creado una red de negocios que tiene presencia en cuatro grandes sectores de la economía y el consumo, lo que le permite asegurar ingresos, rentabilidades y oportunidades de manera balanceada: inmobiliario, agroindustria, banca y automotriz. En todas esas industrias tiene socios. Una de sus “máximas” ha sido buscar siempre a partners conocidos y relevantes de cada sector.

Partió en Chile, después se instaló en Perú, donde entró incluso al rubro textil y terminó peleado con uno de sus máximos ejecutivos, Juan Luis Bacigaluppi, en un caso que llegó a los tribunales. Después se aventuró en Miami, antes del boom inmobiliario pospandemia -lo que le permitió conseguir muy buenas valorizaciones- y en los últimos años se ha decantado especialmente por Europa.

En 2009 se asoció a las familias Barros y Silberberg para crear Bodegas San Francisco en Perú, que fue un verdadero exitazo comercial.

En 2013, entró al pacto de control de la agroindustrial Hortifrut, luego de que VitalBerry -donde era socio con los Del Río- se integrara a esa compañía, convertida hoy en una gigante de la agroindustria con operaciones en todos los continentes.

A continuación, en 2017, Elberg ingresó a la propiedad del grupo Patio y también lo hizo a través de un pacto de accionistas con los entonces controladores, la familia Jalaff. En 2023, en medio del escándalo de las facturas falsas reveladas por el caso Audio, ese acuerdo se rompió. Los Jalaff dejaron la compañía y después de un aumento de capital el empresario viñamarino quedó con un 23% del grupo inmobiliario, donde también se sientan Paola Luksic y su marido, Óscar Lería. Hasta ahora no existe un pacto de actuación conjunta.

En A3 Property Investments, que invierte en hoteles, Elberg tiene el 42,4% y es socio con Accor Hotels, Inversiones Siemel (Angelini) e Inversiones Torca (Ignacio del Río). La firma posee 11 hoteles operados por Accor Hotels, con más de 2.045 habitaciones ubicadas en Chile, Perú, Colombia y Estados Unidos.

Lo mismo pasa en Alta Developers en EE.UU., una inmobiliaria creada en 2010, en la que Elberg es socio con Cristián Alliende, Alfonso Peró, Fernando García, Roberto Angelini, Raimundo Onetto y Patricio Kreutzberger. La empresa desarrolla edificios y condominios para arriendo y a fines de 2023 levantó US$240 millones para un proyecto en el centro de Miami.

También participa en el Banco Internacional, asociado a Andrés Navarro y Christoph Schiess en la sociedad Baninter y al brazo de inversiones de la Cámara Chilena de la Construcción que planea comprarles su participación en 2027. Su hijo Andrés Eduardo Elberg Sheward fue durante algunos años director de esa entidad.

En febrero de este año, Elberg vendió al grupo Santander su participación en la financiera automotriz Mundo Crédito, donde estaba asociado al grupo Penta y al empresario Fernán Gazmuri.

El ingreso de Elberg a Astara, que distribuye en Chile vehículos ByD prevé la salida de SK.

Fichas en Europa

Diversos movimientos societarios realizados entre 2022 y el primer semestre de este año dan cuenta de la decisión de Elberg de mover sus negocios a Europa. Según los registros mercantiles, en octubre de 2022 la sociedad constituida en Luxemburgo, Luxees Group, a través de la cual el empresario maneja una serie de negocios en el Viejo Continente, absorbió a la sociedad chilena Inversiones Olfox SpA que, con un capital de unos US$15 millones, contenía a su vez a Inversiones Elsan, una sociedad formada en España que es la que protagonizó el deal con Astara que se informó este martes 15.

El negocio con Astara es uno de los últimos movimientos de Elberg destinados a asegurar una presencia global y diversificada. El acuerdo considera la salida de Sigdo Koppers de Astara Latam, con lo cual la firma hispana -ahora con Elberg integrado a su propiedad- podrá consolidar el control total de su operación en América Latina. El chileno, además, conoce bien el negocio en la región con sus participaciones en Autosummit y Lima Autos.

La compra aún está sujeta a aprobación de las autoridades y considera que Inversiones Elsan se incorpore como accionista del 17,6% de la matriz de Astara, lo que le dará al viñamarino poder para sentarse en el directorio de esta compañía.

En Chile, Argentina, Bolivia, Colombia y Perú, Sigdo Koppers era socio de Astara Latam desde el 2000 en la distribución de automóviles Fiat, Jeep, Chery, JMC, Exeed y BYD.

A su vez, en Europa, Elberg era socio desde 2017 con Astara, donde vendía vehículos de 13 marcas en Alemania, Holanda, Bélgica, Suiza, Austria, Luxemburgo, Polonia, Finlandia y Suecia. Las acciones de esa sociedad fueron canjeadas por la matriz de Astara, lo que dejará ahora a Elberg como el tercer accionista global de Astara, después de Bergé y Mitsubishi.

La sociedad Luxees Group figura hoy en los registros europeos como la principal accionista de varios de los vehículos de inversión con los que Elberg encara sus negocios: Inversiones Racc, Inmobiliaria Algeciras, Inversiones Alicante, Inversiones ASC, A3 Property Investments, A3 Newco y Nueva AH, entre otras.

En el mercado inmobiliario se dice que la cartera de propiedades de Elberg es una de las más grandes a nivel local, que cuenta con ubicaciones privilegiadas y un gran banco de terrenos, elegidos en parte por él mismo. Hoy Europa, tras Estados Unidos, es su mercado favorito para estas adquisiciones. Ladrillo sobre ladrillo, el viñamarino se está convirtiendo en un empresario global.

El brazo derecho

Ingeniero comercial de la Universidad Adolfo lbáñez, Andrés Solari Urquieta (51) se ha convertido en las últimas décadas en el brazo derecho de Eduardo Elberg. También oriundo de la Región de Valparaíso, el ejecutivo inició su vida laboral en Santa Isabel. Estuvo allí un tiempo, luego la cadena fue vendida a los holandeses de Ahold y en 2007 se reencontró con Elberg, quien lo invitó a su oficina de inversiones.

En Algeciras, Solari convirtió las inversiones financieras en reales, empujando la entrada a nuevos negocios y mercados como Perú, sostiene un ejecutivo cercano al grupo.

Los cuatro pilares del grupo: agroindustria, finanzas, automotriz e inmobiliaria, se han ido consolidando con los años y Solari es considerado como el hombre de los números en ese trabajo. Sus habilidades comunicativas, además, lo han convertido en una suerte de vocero del grupo y es usual verlo representar a Elberg en algunas actividades.

A fines del año pasado su nombre volvió a estar en los medios, luego de ser nombrado presidente de Patio, en reemplazo de Darío Calderón, tras el cambio en el control del holding inmobiliario que encabezaba la familia Jalaff.