La caja con la pizza que te comiste. La lata de cerveza con la que acompañaste esas mascadas de masa y queso. El plástico del chocolatito que necesitabas para bajar la ansiedad. Las tres servilletas que tuviste que ocupar para no dormirte todo manchado. Y así, suma y sigue: el tacho de la basura se va llenando rápido y, luego, no sabes qué hacer con la bolsa, porque estamos en cuarentena y el camión recolector no pasa hasta en dos días más.
En Chile, cada persona genera cerca de 1,3 kg de residuos diarios —promedio más alto que el per cápita nacional, que llega a los 1,13 kg—, según datos de un estudio realizado por la Fundación Chile Sin Basura (MMA). De esa cifra, si tomamos en cuenta empaques y plásticos, sólo se recicla un 4%.
Sí, tenemos una responsabilidad por delante, no solo como sociedad en general sino que también individualmente. ¿Es una tarea compleja? Sí, requiere un trabajo, pero sólo al comienzo, hasta que uno forma un hábito que te permita producir menos basura y gestionar mejor la que generes.
Es un proceso y bien lo sabe Tamara Ortega, bióloga marina y directora ejecutiva de Fundación Basura, una ONG que opera a nivel nacional, pero que forma parte de la cultura “basura cero” que, entre otros, tiene a referentes mundiales como la escritora francesa y activista ambiental Bea Johnson, o el académico estadounidense, y destacado crítico de la fluoración del agua, Paul Connett.
“En la naturaleza, la basura no existe como tal, porque todo es cíclico. Entonces, ¿por qué los humanos la creamos y producimos? Nosotros aspiramos a poder vivir sin basura, a través de un proceso paulatino en el que vayamos cambiando poco a poco los hábitos”, explica Ortega. Para lograrlo, se apunta al uso eficiente de los recursos. “Por ejemplo, el plástico ya existe. No por eso vamos a botar todo el plástico que hay y después crear nuevas cosas ocupando nuevos recursos. Eso es contraproducente. Más bien, la idea es ser responsables en el uso y en lo que se va a generar”, profundiza.
Así como “basura cero”, una infinidad de otros movimientos han ido surgiendo durante las últimas décadas, en la medida en que el medio ambiente y el cambio climático se han ido posicionando como una de las grandes preocupaciones de la humanidad. La economía circular —un concepto al que el MMA está promocionando— es uno de ellos, y propone procesos circulares de producción que permitan maximizar “la utilización de los recursos naturales que se extraen para fabricar los productos y servicios, minimizando el impacto ambiental que genera dicha extracción”.
Así lo describe Mitzy Lagos, gerenta del área en Midas Chile, una empresa que desde hace 20 años ofrece soluciones integrales de reciclaje a nivel industrial y que, en los últimos años, ha extendido sus servicios a comunidades y domicilios. “Muchas veces se confunde el reciclaje con la economía circular, pero este último es un concepto mucho más amplio. El reciclaje es sólo uno de los principios de la economía circular”, comenta la ingeniero ambiental.
Medirse en el consumo de agua y energía, preferir reparar antes de desechar y comprar “uno nuevo”, son algunos ejemplos de la economía circular aplicada en lo cotidiano, que permite, por un lado, generar menos residuos y, por otro, alivianar la carga del bolsillo.
Ahora, como se mencionó antes, hacer más eficiente la producción y gestión de los residuos en casa es parte de un proceso. “Hacerse el hábito”, diría la figura paternal/maternal. Pero acá hay algunos consejos que, de paso, evitarán que tu hogar se transforme en el vertedero de Springfield, luzca como los océanos según Seaspiracy ni, al mismo tiempo, que te embrolles en esa apasionante batalla con tus vecinos por quién expele el olor más asqueroso del barrio.
Utilizar composteras
Los expertos aseguran que entre el 50% y el 80% de la basura que generamos diariamente son residuos orgánicos. Por ello, se recomienda separarlos y trabajarlos en composteras, donde se pueden descomponer de forma controlada, para que se transformen en abono ecológico para plantas. “Así estás ayudando a completar un ciclo”, dice Tamara Ortega.
La colaboradora de Fundación Basura explica que hoy existen diversas alternativas de composteras, pensadas para distintos tipos de hogares. “Hay desde pequeñas, para departamentos sin balcón o terraza, hasta otras más grandes, para casas y familias numerosas”.
Trabajar los residuos orgánicos, según los entrevistados, permite disminuir al menos la mitad de la basura que se genera en el hogar. Además, se evitan los malos olores o la generación del percolado —como se le llama a ese líquido negro y maloliente de la basura— asociados a la descomposición de los materiales. “Así, la basura podría durar hasta dos meses adentro de la casa y no va atraer mosquitos”, afirma Ortega.
Infórmate de los horarios del camión recolector
Es un clásico la imagen del perrito husmeando entre las bolsas de basura en la calle, en busca de comida, mientras dispersa todo el resto de los desechos que hay en el interior. Y se da, sobre todo, cuando los residuos pasan más tiempo del recomendado en el exterior.
Saber qué días pasa el camión recolector por tu casa es clave. Los horarios se pueden averiguar directamente con los municipios, aunque en el último tiempo han surgido proyectos que apuntan a la digitalización del sistema de recolección de basura, en pos de optimizar la tarea de todos.
Es el caso de BasurApp, una plataforma digital, social y colaborativa, que consta de una app de descarga gratuita para la ciudadanía y un repositorio de datos para las empresas recolectoras y los municipios, servicio por el que deben pagar una tarifa.
“Tiene varias funcionalidades. La primera es que te avisa cuándo pasará el camión, a través del GPS del teléfono”, explica Nicholas Herbekian, cofundador de BasurApp junto a Juan Pablo Rivacoba. “Puedes ingresar la dirección de tu casa y cuando el camión se encuentre cerca te avisa para que saques la basura y, así, tiene menos interacción con animales, plagas, insectos y humanos. Eso es importante, porque con la pandemia la gente bota las mascarillas, guantes, etcétera, y eso puede ser riesgoso”,
La aplicación —que ya opera con municipios de la Región de Valparaíso y algunos de la Metropolitana— cuenta, además, con un sistema de mensajería que permite estar al tanto de diversos pormenores, como que el servicio no fuera operar tal día por cierta razón. También con una función para reportar la aparición de microbasurales en el barrio, y de esa forma ayudar al municipio a identificar dichas situaciones y reaccionar de manera más expedita. “Tener ciudades más limpias no es un privilegio, es un derecho”, afirma Herbekian.
Recicla: separa y segmenta los residuos
El reciclaje es una práctica cada vez más abrazada por la población. “Los niños son los que más empujan por hacerlo”, dice Mitzy Lagos. Sin embargo, suelen aparecer otros factores que juegan en contra. “Muchas veces tenemos las ganas, pero lamentablemente se está lejos de tener una solución local. Sobre todo en las comunas rurales”, ejemplifica la gerenta de Midas Chile.
Es importante ubicar los puntos de acopio cercanos, pero además entender que el hogar se puede organizar para reciclar de forma ordenada y utilizando el menor espacio posible.
Desde el año pasado, por ejemplo, Midas Chile ofrece un kit de segregación (plástico, cartón, vidrio, etc.), que consiste en unos contenedores hechos con residuos plásticos —de tapas de botellas, principalmente—, que además son apilables, lo que permite ocupar poco espacio. “Para los niños es súper fácil, porque son de colores y tienen los isotipos bien claros”, afirma Lagos.
El kit cuesta $21.990, con despacho incluido en la RM, y para el resto del país con envío por Starken.
Hoy, a propósito del confinamiento, no se encuentran todos los puntos verdes habilitados, por lo que se hace necesario mantener los desechos reciclables separados, segmentados y limpios en casa, hasta que sea posible deshacerse de ellos. “Como le suelo decir a los niños: basura unida, jamás será vencida”, dice la ingeniero ambiental.
Al reciclar, no olvides lavar los envases
“Si eres de los que recicla y no lava los envases, no lo estás haciendo bien”, dice Herbekian. “Siempre hay que limpiar los residuos, sobre todo aquellos que contienen alimentos. Porque sino, se van a generar malos olores y la idea es que el reciclaje sea un lugar de encuentro familiar y no ese del que nadie quiere hacerse cargo, como la ingrata misión de llevar la bolsa de basura al frontis de la casa”, agrega Lagos.
Ya lo sabes: tener limpios y secos los desechos reciclables te evitará sentirte en Chernobyl y no tendrás el apuro por ir a dejarlos al punto verde.
Compacta latas y cajas
“Hay muchas familias que no reciclan porque piensan que ocupa mucho espacio”, dice Tamara Ortega. Pero el aplastar latas, botellas y cajas Tetra Pak, y desarmar las otras —después de lavarlas, claro—, te servirá para mantener mejor el orden y el uso eficiente del espacio.
Los electrodomésticos y muebles se pueden reciclar
Cuando no queda otra y hay que dar de baja un refrigerador, una lavadora, una cama o un sillón, siempre aparece el fantasma de “y, ahora, ¿qué hago con esto?”. Resulta que los electrodomésticos y los muebles también se pueden reciclar.
Midas Chile, por ejemplo, ofrece el servicio de retiro de “voluminosos” en hogares. Lo puedes requerir directamente con la empresa y el servicio tiene un valor de $29.990.
Reutiliza antes de desechar
Antes de deshacerte de las cosas, piensa, ¿se puede reparar? ¿Servirá para algo más? “La idea es ingeniárselas con lo que uno ya tiene”, dice Ortega.
Los restos de café, por ejemplo, sirven como fertilizantes de plantas; los cepillos de dientes maltrechos, para la limpieza de baños, cocina, o incluso de joyas; las cajas de electrodomésticos, para organizar documentos, libros o chucherías. También como tu propio kit de segregación para el reciclaje. La ropa y los zapatos muchas se pueden reparar o donar, y así…
No mezclar restos verdes ni escombros con la basura
Estamos empezando el otoño y, poco a poco, las hojas y ramas empezarán a copar las calles, veredas y patios de casa y departamentos, lo que suele derivar en algún problema con el alcantarillado. Nicholas Herbekian advierte que no se debe mezclar ese tipo de desechos, que se conoce como “restos verdes”, con la demás basura. Se debe acopiar en bolsas exclusivamente destinadas para este tipo de materiales.
Asimismo, los escombros también deben ser separados del resto de los desechos, pues deben ser retirados por camiones distintos a los recolectores de basura. “Si los aplastan con su pinza, pueden destruirles el motor”, dice el cofundador de BasurApp.
“El mejor residuo es el que no se produce”
Así lo dice Tamara Ortega. “Si yo rechazo algo que no tengo cómo gestionarlo, después no me tengo que preocupar de esa basura, por decirlo de alguna manera. Al final es consumir lo estrictamente necesario”, dice la bióloga marina.
Para ello, dice, hay que hacer el ejercicio de preguntarse, cuando se está de compras, ¿realmente lo necesito? “Hay que cortar de raíz esta idea de que el consumo lleva a la felicidad”, agrega.
Herbekian agrega que hay que ser conscientes, optando idealmente por envases reciclables o biodegradables al comprar. Y en el caso de las bebidas o cervezas, “mejor llevar las botellas retornables”.
Puedes apoyarte en otros
Si tienes las ganas de reciclar y/o trabajar tus desechos orgánicos, pero no sabes cómo empezar ni tienes mucha idea de qué hacer con lo que has acumulado, no desesperes. Hoy existen cientos de emprendimientos especializados en cada una de estas áreas —e incluso más específicas y sofisticadas—, que prestan servicios de retiros, tanto mensuales como de una única vez.
Si la economía del hogar no lo permite, siempre estarán los recicladores de base —conocidos popularmente como cartoneros— para hacerlo gratuitamente. Como se ve, las condiciones son más favorables y amigables de lo que se suele pensar.