El Grupo Gloria finalmente concretó este jueves, luego de un proceso de más de un año, la operación de compra de Soprole a la neozelandesa Fonterra por un monto cercano a los US$640 millones, siendo esta la mayor inversión realizada por un grupo empresarial peruano en nuestro país en los últimos años, donde destacan los rubros cementero, gastronómico, minero, entre otros.
Para Karla Flores, directora de InvestChile, la adquisición de Soprole por parte de Gloria “da cuenta del dinamismo que tiene la inversión extranjera no solo en Chile, sino a nivel global. El hecho de que algunas empresas estén reordenando sus activos alrededor del mundo, motivados por los cambios en la economía internacional y la evolución de sus propios sectores, abre oportunidades para que nuevos actores se incorporen a mercado atractivos como el nuestro”.
Por su parte, Jaime de Orbegoso, presidente de la Cámara Chileno Peruana de Comercio, asegura que “el intercambio de inversiones entre los dos países favorece a las economías y el intercambio de todo tipo. Y sin duda esta es una inversión que es relevante para Chile. Es algo muy positivo”.
Según los últimos datos de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) la inversión peruana en Chile desde el 2012 hasta el 2021 asciende a los US$ 587 millones, mientras que la inversión de Chile en Perú, en el mismo periodo, alcanza los US$ 12.238 millones, es decir, toda la inversión del país del norte en Chile equivale al 4,8% de la chilena allá. Con la compra de Soprole, ese porcentaje sube al 10%.
De Orbegoso explica que la gran diferencia en los montos de las inversiones entre ambos países se explica “porque las empresas chilenas se expandieron antes. Para las grandes empresas, Chile era un país en que el mercado era limitado, y la única manera de seguir creciendo era saliendo regionalmente. (...) En cambio, Perú inició las privatizaciones y un cambio hacia la economía de mercado después de Chile. Yo te diría que unos 20 años después”.
Sobre los sectores en los cuales han invertido las empresas peruanas en Chile, De Obregoso menciona especialmente la minería, servicios financieros y gastronomía. “En gastronomía hay mucha inversión, y no necesariamente de un grupo grande, sino que hay por lo menos mil restaurantes peruanos, y muchos de ellos son con capital peruano que han hecho inversiones aquí. No de los niveles de la transacción que cerró el grupo Gloria, pero yo te diría que es bien diversificada la inversión peruana”.
Las otras grandes inversiones peruanas en Chile
Uno de los primeros grupos empresariales peruanos en ingresar al país fue el grupo Brescia en 2009, cuando adquirió Cementos Melón a la francesa Lafarge. El acuerdo incluyó la venta de activos de cemento, agregados y concreto al conglomerado peruano, en una operación valorizada en US$ 555 millones.
El grupo francés vendió su participación en la firma, que alcanzaba el 84,2% a través de las sociedades Blue Circle Chilean Holdings Limitada y Cementos Overseas Holding Limited, con los cuales controlaba la cementera.
La segunda inversión de Brescia en Chile ocurrió en 2011. Dos años después de la compra de Cementos Melón, el holding decidió ingresar en el rubro de las pinturas, con la adquisición de Tricolor. El acuerdo permitió a Brescia adquirir a los accionistas mayoritarios de la compañía -la familia Larraín más Leonidas Vial- el 80,42% de la firma, y lanzar luego una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA) para alcanzar el 100% de Tricolor. La operación fue valorizada en US$ 96 millones.
Los compradores materializaron dicha operación a través de la sociedad chilena Inversiones Pinturas del Sur III Limitada, filial de Corporación Peruana de Productos Químicos S.A. (CPPQ), controlada por la familia Brescia y que produce y comercializa pinturas, sistemas de recubrimientos de protección, adhesivos y otros productos químicos, en Perú.
También en el rubro del cemento, antes de Soprole, el grupo Gloria había concretado otra inversión en Chile. En octubre de 2020 el grupo, a través de su subsidiaria Yura Chile, compró el 19,05% que las hermanas Anita y Loreto Briones tenían en Cementos Bío-Bío por unos US$ 46,8 millones.
En tanto, en el sector de la minería, el 2013 el Grupo peruano Oben (Oben Holding Group), del empresario Yamal Zaidan, firmó un acuerdo de compra por el 100% de la propiedad de Sigdopack Chile y Sigdopack Argentina, firmas controladas por Sigdo Koppers (SK). Ambas compañías producen film plástico, por lo que dicha operación marcó la salida del grupo nacional del rubro.
Sobre la operación, que fue acordada en US$ 51,6 millones, el gerente general de Sigdo Koppers, Juan Pablo Aboitiz, en ese entonces explicó que la venta de Sigdopack “es consistente con la decisión adoptada en el año 2010 de potenciar nuestro desarrollo en dos sectores que presentan fuerte dinamismo y en los cuales mantenemos una presencia relevante como proveedor estratégico en toda su cadena de valor, como son la minería e industria, sentando en ellos las bases del crecimiento futuro”.
Otra de las grandes inversiones que ha hecho una empresa peruana en Chile fue en 2012, cuando el holding financiero peruano adquirió el banco de inversión IM Trust, al que renombraron luego como Credicorp Capital.
El rubro gastronómico no se queda atrás en cuanto a las inversiones del país vecino en Chile. En agosto de 2017, Civitano, el brazo gastronómico del grupo peruano Wiese, entró al país junto con socios locales con la inauguración de Zambo, sanguchería peruana que se ubicó en el barrio de Bellavista, antes de su cierre. A eso le siguieron el primer restaurante La Nacional, en Mall Vivo Los Trapenses y luego un segundo local en Mall Plaza Los Dominicos al que ahora se suma un local en calle Nueva Costanera, Vitacura, dedicado únicamente al delivery.
Más tarde, en mayo de 2018, Civitano adquirió la cadena de restaurantes de carnes Santabrasa. Actualmente, son nueve locales ubicados la mayor parte en centros comerciales de Santiago (Parque Arauco, Costanera Center, Alto Las Condes, Mall Vivo Los Trapenses, Mall Plaza Egaña, Mall Plaza Los Domínicos), además de locales en Concón, Coquimbo y el Aeropuerto de Santiago.