Con reuniones diarias a través de la plataforma Zoom, el grupo de expertos de distintos ámbitos comenzó a dar forma a su propuesta para volver al trabajo minimizando las posibilidades de contagio por el Covid-19.
Según cuenta Alex Galetovic, de la Universidad Adolfo Ibáñez, y uno de los impulsores de la propuesta, la idea era “cómo vuelve la economía de tal de manera que se mantenga el empleo y no tengamos una recesión enorme, y dentro de eso surgió lo de los testeos masivos y cómo hacer que esos testeos masivos se hicieran y se partió tratando de entender cuál es la capacidad de hacer test que tiene el Ministerio de Salud y el sistema público”.
De esta forma, Galetovic, que es doctor en Economía de Princeton, y el exministro Eduardo Bitrán se contactaron con el Grupo Bios -una empresa especialista en temas de diagnóstico clínico y laboratorio, fundada hace tres décadas por el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas, Pablo Valenzuela-, para analizar cuáles eran los mejores test. Tal como indica la propuesta del grupo, la idea es que esta idea converja a una coordinación público-privada y que sea aceptada ampliamente.
La gerenta general del Grupo Bios, Cetna Skorin, indica que la firma “siempre ha hecho investigación, desarrollo y producción de reactivos para diagnóstico, por lo que tenemos mucha experiencia en validación de productos, y como hoy están saliendo muchos productos al mercado para diagnóstico rápido de Covid-19, que no necesariamente cumplen con las especificaciones mínimas necesarias para tener un resultado confiable”, se han abocado a validar los test, “lo que no es fácil hoy, porque son test demasiado nuevos”.
Ragheb Massouh, médico asesor de Grupo Bios y parte del staff del hospital San Borja Arriarán, ha estado a cargo de la investigación de la parte técnica de los test y del comportamiento del virus, y de desarrollar cómo aplicarlo en este sistema de testeo masivo. El profesional dice que “creemos que las empresas sí los pueden aplicar y que es bastante sencillo. Más que el apoyo del Estado, lo que queremos es que lo acepte y lo valide, contar con la certificación del Estado”. Esto, señala, porque parte del proceso incluye que los pacientes tienen que llegar a los servicios de salud, por lo que debe haber una coordinación público-privada.
Susana Mondschein, académica de la UAI y PhD en Investigación de Operaciones del MIT, fue quien modeló matemáticamente el efecto de los testeos en las empresas. La experta señala que “con toda la ayuda de los médicos y bioquímicos que están en este comité, modelamos para una empresa en particular y vemos cómo va a evolucionar la población de la empresa, es decir, los trabajadores. Y esa evolución depende de las políticas que uno adopte. Comenzamos a probar políticas, como hacer testeos cada 3 días, cada 4 días, combinarlos con turnos, etc., y vemos el beneficio de cada uno. Lo modelamos, considerando que hay un montón de incertidumbre”.
También en este grupo estuvo desde el inicio Antonio Díaz Araujo, gerente general de Unholster, quien destaca la relevancia del manejo de los datos de las personas por parte de la autoridad y agrega que el número del RUT facilita esto. Con todo, plantea que “todo esto se tiene que hacer un con eje central, que es la privacidad. No se quiere crear un mecanismo que el día de mañana sea usado para cualquier otra cosa que no sea la pandemia”.
La propuesta del comité ya se conoce en parte del gobierno, en especial en el Ministerio de Hacienda, donde también están interesados en lograr algún tipo de reactivación de la actividad y evitar más pérdidas de empleo, siempre y cuando se proteja la salud de las personas.
En lo que viene, Galetovic indica que “ya hay empresas que están interesadas en aplicar los testeos masivos. Una vez que ya haya casos prácticos la autoridad podrá evaluar cuánto le creen al sistema y que se acepte. Lo que hay que lograr es un estándar de testeo masivo que sea creíble”.