La Reina, Peñalolén, Macul y Ñuñoa son las comunas por las que pasará Vespucio Oriente II, tramo que completará la autopista a través del tradicional anillo santiaguino. La obra, cuya inversión es de US$800 millones, que contempla la construcción de 2 túneles mineros con tres pistas expresas por sentido, bajo dos líneas de Metro distintas, en uno de los sectores más congestionados de Santiago.
La empresa a cargo de la iniciativa, que pertenece a Grupo Costanera, ha estado trabajando en los estudios y proyectos de ingeniería que requiere esta autopista de 5,2 kilómetros.
Aunque el contrato de concesión se encuentra en fase de ingeniería, los avances son varios. En enero pasado, la concesionaria realizó la entrega del proyecto de ingeniería de detalle del proyecto vial, cuya revisión por parte de la inspección fiscal finalizó en febrero. Con esto, se cumplió el primer hito de la revisión de dicho estudio.
En el intertanto, la empresa trabaja en la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que espera ingresar este año al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). En un comienzo la compañía tenía previsto ingresar el estudio a trámite ambiental durante el primer trimestre de este año. Según trascendió, se quiere llegar previamente a ciertos consensos respecto a requerimientos de las comunas.
Según cercanos al proceso, ronda el fantasma de los más de dos años que estuvo en tramitación el proyecto de AVO I en el SEA.
La empresa también busca acercamiento con las comunas que colindan con el proyecto. En enero, la concesionaria inició una ronda de reuniones con la Municipalidad de Peñalolén, en las que se trató el efecto de las obras y desvíos de tránsito en calles y áreas verdes, así como las expropiaciones consideradas.
Diálogo comunal
En paralelo, avanzan las conversaciones del MOP con las comunas. El 1 de febrero, en una visita en terreno, se llevó a cabo una reunión en la que participó la alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao, el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, y la inspección fiscal con el fin de analizar algunos requerimientos.
Tres fueron los principales temas que se trataron. Entre ellos, la proposición de la alcaldesa para que se privilegien mayores anchos de veredas por el lado oriente de Américo Vespucio, ello, con el propósito de tener en dicho sector un paseo peatonal desde el Metro Los Orientales hasta la Rotonda Grecia; la expropiación que el proyecto contempla realizar a una fracción de terreno donde la municipalidad planea construir un Centro de Formación Técnica para la comuna; y el proyecto de áreas verdes que se implementarán en la faja de Américo Vespucio.
"Siempre una obra genera dificultades y externalidades negativas en cualquier lugar, por lo tanto, es muy importante la mesa de trabajo que nosotros estamos manteniendo con el ministerio para poder planificar la obra y visualizar cuáles son las intervenciones que se van a tener en terreno", señala Leitao. Aunque agrega que "siempre va a haber problemas en una construcción, imposible no dañar o no tener consecuencias en una construcción", explica que por ello es importante que haya coordinación para enfrentar las externalidades negativas.
Desde el municipio de Ñuñoa señalan "la mayor preocupación" planteada por esta comuna dice relación con el tratamiento y solución vial en superficie, específicamente, la ubicación de los carriles de la locomoción colectiva, los cuales se solicitó estuvieran ubicados lo más próximo a las veredas, con la finalidad de que se proyecte una franja de área verde lo más amplia posible en el centro de la vía.
La autopista abarcará mayormente La Reina y Ñuñoa. Consultada si existe preocupación por las consecuencias que está teniendo la construcción de AVO I en Vitacura, desde Ñuñoa plantearon que la metodología de construcción es radicalmente distinta, por lo que el impacto de la construcción debiera ser distinto.