El último esfuerzo de Argentina para asegurarse efectivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) con medidas que debilitarán el peso podrían aumentar aún más la inflación de tres dígitos y enojar a los votantes a tres meses de las elecciones generales.
Economistas dijeron que las medidas dadas a conocer el lunes por el ministro de Economía, Sergio Massa, quien es precandidato a la presidencia, probablemente empeoren una inflación que ya supera el 115% anual.
“El gobierno apuntaba a las dos leves caídas en la inflación mensual como una señal de éxito, pero es probable que eso cambie”, dijo el economista radicado en Buenos Aires Eduardo Levy Yeyati.
Con la mira puesta en las elecciones de un nuevo presidente, legisladores del Congreso y algunos gobernadores provinciales en octubre, el partido peronista gobernante está intentando asegurar fondos de su acuerdo de US$44.000 millones con el FMI, mientras evita una gran devaluación o mayores aumentos de precios.
La inflación anual en el país sudamericano ya supera el 115% y es una de las principales preocupaciones de los votantes de cara a las elecciones, con primarias en agosto.
Como parte de esa búsqueda, el gobierno anunció esta semana una serie de nuevos tipos de cambio vinculados al comercio, manteniendo bajo una controlada devaluación al tipo de cambio oficial del peso.
Con casi el 40% de la población bajo la línea de pobreza por una crisis económica que ha empeorado durante el último año, el costo de vida será un factor clave para los votantes en los comicios, que comenzarán con las primarias presidenciales el 13 de agosto.
“La inflación de agosto se acelerará”, dijo la economista Marina dal Poggeto, de la consultora local EcoGo, principalmente debido a que el tipo de cambio preferencial del dólar se extenderá a cereales como el maíz. Esto encarecerá la alimentación animal para los productores de carne y provocará un alza en los costos de producción.
Al introducir las nuevas medidas económicas esta semana, el gobierno espera satisfacer las demandas del FMI y ayudar a Argentina a desbloquear US$4.000 millones de financiamiento, que están pendientes de revisión.
La fecha límite para un acuerdo se acerca rápidamente. Alrededor de US$3.400 millones en obligaciones vencen el 1 de agosto y sin fondos frescos del FMI, Argentina corre el riesgo de incumplir los pagos al prestamista con sede en Washington por un préstamo anterior.
Dar y recibir
La tensión entre Buenos Aires y el FMI ha ido aumentando a medida que Argentina incumple repetidamente objetivos establecidos en el programa de préstamos, incluida la reducción del déficit fiscal y la acumulación de reservas del banco central.
“La administración actual está haciendo todo lo posible para cruzar la línea de meta (las elecciones generales de octubre) sin mayores contratiempos económicos”, según Alejo Czerwonko, director de inversiones para mercados emergentes de América en UBS.
Analistas dicen que el objetivo central de estos ajustes económicos es mostrarle al FMI que Buenos Aires está comprometida con el programa: “El riesgo (para el gobierno) es que las medidas presionen los precios, cuando aún no está claro si el FMI liberará los desembolsos”, agregó Yeyati.
La administración peronista de centroizquierda ha estado enfrascada en negociaciones con el FMI durante meses sobre la liberación de tramos retrasados de un programa de préstamo de US$44.000 millones.
Ambas partes dijeron el domingo que un acuerdo sobre la quinta revisión del FMI estaba cerca, pero aún no se había finalizado.
Una fuente del Ministerio de Economía del país sudamericano dijo a Reuters que se acordó el programa de desembolsos para el segundo semestre de 2023 y que un nuevo acuerdo final a nivel de staff podría sellarse el miércoles o jueves.
Una aguda escasez de dólares hizo que Buenos Aires recurriera a realizar su pago de US$2.700 millones al FMI a fines de junio con yuanes chinos de una línea de intercambio con Beijing y activos de reserva del FMI, conocidos como derechos especiales de giro.
Los críticos dicen que el acuerdo de reestructuración de la deuda ha estado fuera de lugar desde que se firmó por primera vez en marzo del año pasado y es poco probable que dure hasta su fecha de vencimiento actual, que es 2026.
“Ambos están jugando este juego de extender y pretender con el objetivo de llegar a octubre, noviembre y una vez que sepamos quién estará en el poder, se sentarán nuevamente y negociarán”, dijo Czerwonko en UBS.
El próximo presidente argentino asumirá el cargo a inicios de diciembre.