Aunque todavía no logra salir del terreno “muy pesimista”, con el registro del undécimo mes del año la confianza de los consumidores anota su segunda alza consecutiva. Todo esto, alentado en noviembre por mejores perspectivas económicas y en medio de la discusión sobre un segundo retiro de los fondos de pensiones.
Una menor contracción de la actividad económica informada el mes pasado para el Imacec de septiembre, la recuperación de puestos de trabajo en los dos últimos trimestres, sumado a un escenario mejor a lo esperado en términos de la pandemia tras el anuncio de Pfizer, fueron también los factores que hicieron que el Índice de Percepción del Consumidor (Ipeco) avanzara 2,7 puntos, hasta situarse en 79 puntos en noviembre. En los últimos doce meses, ha aumentado 9,8 puntos.
Aunque el avance es marginal respecto del mes anterior, el dato de noviembre se inscribe como el más alto desde que estalló la crisis social del 18 de octubre del año pasado cuando el indicador elaborado por el Centro de Estudios en Economía y Negocios (Ceen) de la Universidad del Desarrollo (UDD), se desplomó hasta los 65,73 puntos, alcanzando en ese entonces su nivel más bajo desde que se realiza el sondeo, considerando que el siguiente peor registro fue el de enero de 2009 en plena crisis subprime.
La confianza en la actualidad (índice coyuntural) avanzó 10,3 pp hasta situarse en los 68,38 puntos. Pese a ese avance, no logró salir del nivel “muy pesimista”. De acuerdo a la medición, este salto se debió a “a una disminución de las visiones neutrales y un aumento de las optimistas”, explicadas principalmente por el alza de 15,5 puntos en la percepción del desempleo actual y de 7,9 puntos sobre la situación económica actual. Visto en doce meses, la confianza en la actualidad ha disminuido 21,9 puntos.
Por su parte, la confianza en el futuro (índice de expectativas) disminuyó marginalmente, 0,1 puntos, manteniéndose en el nivel pesimista. Esto se explicó principalmente, por una caída de 8,3% en la percepción del desempleo futuro, que fue compensada por una mejora de 4,4% en la percepción de la situación económica de largo plazo, y un incremento marginal de 0,8% en la percepción de los ingresos.
En tanto, los estratos ABC1, C2 y C3 se mantuvieron en el nivel pesimista, no obstante los dos últimos registraron los mayores saltos en el mes, con 7,2pp y 7,7 pp respectivamente. Mientras que el D retrocedió 14,2 puntos para ubicarse en el nivel “muy pesimista” y el E aunque disminuyó 0,1 puntos, se mantuvo en el nivel “moderadamente pesimista”.
Hacia adelante
Para el director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la UDD, Cristián Echeverria, la fotografía sobre el último mes del año es clara: “el anuncio de retroceso a Fase 2 va a afectar la confianza de los consumidores en diciembre”.
Él explica que “estas medidas sanitarias tienen efecto en la recuperación de la economía, el mercado del trabajo y la generación de ingreso de los hogares”, en todo caso, dice que es más probable que sea el índice de coyuntura el que más salga afectado, por cuanto el de expectativas, responde más bien a tendencias de mediano plazo.
Ante este escenario, el factor del segundo retiro del 10% actuará como un contenedor, dice Echeverría, quien precisa que lo hará de forma muy leve. “Así como el primer retiro, es previsible que sólo una fracción de este segundo rescate vaya directamente a estimular la economía”.
Echeverría sostiene que “el índice de expectativas se ha mantenido estable desde agosto a la fecha, pero las grandes variaciones se han dado en el índice de coyuntura (que es el que recoge estas variables de corto plazo) el que ha ido mejorando, por lo que es previsible pensar que en diciembre o primer trimestre de 2021, se produzca un cambio de nivel”, dejando atrás el “muy pesimista”.