Siguen los coletazos de la agudización de la guerra comercial. Es que la depreciación de yuan no dejó indiferente a ningún mercado y por supuesto Chile no fue la excepción.

Aunque ayer el peso chileno tuvo un respiro del aumento de $23,5 que acumuló en las tres jornadas previas, al registrar una baja de $4,6 para cerrar $716,2, los riesgos que enfrenta son relevantes. De hecho, una señal de aquello se vio reflejado en que poco a poco el consenso del mercado se va convenciendo de que en septiembre el Banco Central recortará la tasa de interés en 50 puntos base.

A nivel global, una de las preocupaciones latentes entre los principales analistas es que se desate una guerra de divisas. "El presidente Trump afirma que las guerras comerciales son fáciles de ganar, pero ese alarde parece peor que nunca en medio de la carnicería financiera de su última amenaza de aranceles sobre los productos chinos. Su guerra comercial ahora se ha convertido en una guerra de divisas, lo que eleva el daño económico potencial a otro nivel", se lee en la principal editorial de ayer de The Wall Street Journal.

La preocupación es de marca mayor. Pese a que las operaciones del martes el yuan no siguió cayendo, al establecerse un precio que permitió un alza de 0,64% frente al dólar, Beijing dejó enviado su mensaje. Si no tiene importaciones de EEUU que gravar en respuesta a las barreras que enfrentan sus envíos hacia ese país, será el yuan su arma para el contragolpe.

Aunque China negó haber hecho algo para que su divisa retrocediera 2% el lunes hasta un mínimo de 11 años de 7,09 por dólar, descartando que sea un "manipulador de divisas" -como lo tildó oficialmente EEUU-, lo cierto es que el brusco movimiento le viene bien a Xi Jinping, en el marco de la confrontación con Donald Trump.

La devaluación en el marco de una guerra da divisas otorga ventaja en el mercado internacional a las exportaciones del país, justamente las que están bajo el fuego estadounidense.

Además, se trata de una respuesta que la Casa Blanca no puede igualar, porque el poder para una devaluación reside en los bancos centrales, en este caso, en la Reserva Federal.

"Para el presidente de Estados Unidos, por supuesto, con sus preocupaciones acerca de que el dólar sea demasiado fuerte, será una fuente de irritación significativa", sostiene Kit Juckes, estratega macroeconómico de Societe Generale. "El debate sobre la intervención cambiaria de EEUU se calentará significativamente", agregó en una nota a sus clientes.

Más allá de China y EEUU

En este escenario quedan en fuego cruzado tanto Japón y Europa, que ya enfrentan una debilidad económica, como los mercados emergentes, incluido Chile.

"El movimiento de la divisa China tendrá efectos en la economía global, la industria manufacturera global, ampliamente encadenada a los círculos de producción, y los mercados financieros", señala el social de "Velasco, Rioseco & Asociados" y experto en política comercial internacional, Rodolfo Vílchez. "Una extensión o guerra de divisas no hará más que prolongar y recrudecer el escenario", subraya.

Quinn Markwith, economista de mercados emergentes de Capital Economics, señala que "si las tensiones comerciales siguen subiendo, como esperamos, deberíamos ver una mayor debilidad en el peso chileno".

Efectos en Chile

La agudización de la guerra comercial también está provocando efectos colaterales a nivel global. El más inmediato: el cambio en las perspectivas del mercado para la política monetaria. Si bien el lunes el mercado de activos financieros -tasas swap- esperaba un recorte de 50 puntos base en septiembre, ahora a esa visión se sumaron los Operadores Financieros, quienes también prevén un recorte de esa magnitud, llevando a la tasa de interés a finalizar el año en 2%. Martina Ogaz, economista de EuroAmerica afirmó que la visión más expansiva para la política monetaria responde tanto a factores externos como internos. "Es mezcla, pero los principales son internos, con una inflación de servicios en mínimos históricos por el tema migración y una actividad local desacelerada, esto último contagiado por factores internos como externos".

Devaluación competitiva

¿Qué es una guerra de divisas?

Se refiere a cuando los bancos centrales usan la política monetaria para reducir deliberadamente el valor de sus respectivas monedas. El objetivo es obtener una ventaja comparativa en el comercio global, ya que devaluando consiguen que las exportaciones sean menos costosas en los mercados internacionales. También conocida como devaluación competitiva.

¿Cómo se lleva a cabo?

Los países con tipos de cambio fijos simplemente establecen un nivel para la moneda, frente al dólar, tal como lo habría hecho el lunes China según lo que acusa EEUU y niega Beijing.

En las naciones con tipo de cambio flotante, incluyendo a Chile, se requiere aumentar la oferta monetaria para reducir el valor de la moneda.

¿Hay antecedentes?

"Guerra de divisas" fue una frase acuñada por Guido Mantega, quien era el ministro de Hacienda de Brasil en 2010, cuando el Banco Central de su país, así como el de Japón, Corea del Sur y Taiwán, intervinieron en varias ocasiones para detener la apreciación de sus monedas, en el marco de la agresiva flexibilización monetaria que desplegaba la Reserva Federal.