Después de un año y tres meses de tramitación, la Cámara de Diputados aprobó la reforma a la Ley General de Bancos, y la iniciativa queda lista para ser promulgada por el Ejecutivo.
El ministro de Hacienda valoró lo ocurrido en la cámara baja y dijo que "esta ley tiene varios beneficios. Va a mejorar la estabilidad financiera, porque establece mayores requerimientos de capital y una adecuación de los normas. Chile ha adoptado estos estándares en materia de adecuación de capitales, para responder a eventuales problemas en el sistema financiero".
La normativa se adecuará a las exigencias de capital a Basilea III, y cambiará el gobierno corporativo de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) la cual pasará a formar parte de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), entre otros temas.
Fue en octubre de 2014, en medio del Chile Day, cuando el entonces ministro de Hacienda de la administración de Michelle Bachelet, Alberto Arenas, anunció que enviarían una reforma a la Ley General de Bancos al Congreso. Sin embargo, aquello se postergó en medio de nuevas reformas al sistema financiero.
Recién en abril de 2017 el ex jefe de la cartera, Rodrigo Valdés, anunció que la iniciativa sería despachada al Congreso antes de julio. Y en definitiva, el proyecto fue enviado en junio del año pasado al Parlamento.
La reforma que iguala estándares internacionales y que cambia la regulación de la industria, podría costar a la banca miles de millones de dólares
En cuanto a los requerimientos de capital que impone el proyecto, los cálculos difieren dependiendo de cuál será el capital requerido dado los ponderadores de riesgo, que serán determinados por el Banco Central con la CMF, la existencia de bancos sistémicos y de colchones adicionales de capital.
Por su parte, BancoEstado necesitaría hasta US$2.260 millones de capital adicional para cumplir los nuevos estándares del proyecto.