El Consejo del Banco Central evaluó la opción de aumentar la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 25 puntos en su última reunión pero finalmente optó por mantenerla en 2,5% por undécima vez consecutiva a la espera de mayores señales de recuperación en la economía que pudieran impulsar la inflación, de acuerdo a las minutas del encuentro dadas a conocer este jueves.

"Varios consejeros indicaron que tomar una opción como esta (subir la TPM) dependía de si se evaluaba que era necesario adelantar el proceso de normalización del estímulo monetario", señala el documento.

Al respecto, "se mencionó que parecía aún prematuro si se consideraba que el escenario base del Ipom contemplaba una inversión que, aunque creciendo más que lo previsto en marzo, aún estaba en una etapa inicial de dinamismo,  con algunas señales mixtas en construcción y a la espera de que se consolidara el proceso a nivel de grandes proyectos".

Ante ello la minuta indica que los consejeros consideraron que por el impacto directo en la demanda y la actividad, era necesario esperar la evolución del ciclo antes de tomar una opción de política monetaria como esta. Se señaló también que una opción así se justificaría si había certeza de que la recuperación económica estaba tornándose nítidamente más fuerte, más duradera, más persistente, y también que estaba empujando la inflación al alza.

"Por ahora, todavía era muy prematuro para tener certeza respecto de la forma que iba a tomar esta recuperación hacia los próximos trimestres, por lo que decidir sobre la forma y el momento del retiro del estímulo monetario requería de uno o dos trimestres más de información", precisa la minuta.

Respecto a la opción de mantener la TPM todos los consejeros coincidieron en que esta posibilidad era plenamente coherente con el escenario base del IPoM de junio y, en particular, con la estrategia de política monetaria allí delineada. Se reforzaba también al considerar el fuerte anclaje de las expectativas de inflación a mediano plazo en la meta de política y las expectativas de los agentes para la decisión de política monetaria en esta oportunidad. Además, ofrecía espacios para una reacción oportuna en caso de darse algunos de los escenarios de riesgo. En todo caso, los riesgos para la inflación se percibían balanceados, evaluándose que los costos de que la inflación se desviara de su trayectoria de convergencia por arriba o por abajo eran simétricos.

Si bien el instituto emisor incluyó dentro de sus opciones una reducción en la tasa de interés todos los consejeros coincidieron en que dadas las condiciones económicas actuales, la convergencia de la inflación a 3% en el horizonte habitual era coherente con un estímulo monetario que se mantendría en torno a sus niveles actuales al menos hasta fin de año, como lo indicaba la última Encuesta de Operadores Financieros, y que comenzaría a reducirse hacia sus niveles neutrales en la medida que las condiciones macroeconómicas siguieran impulsando la convergencia de la inflación hacia 3%.

En efecto de acuerdo a la última Encuesta a Operadores Financieros dada a conocer el 8 de junio, el Banco Central mantendría la tasa de interés en 2,5% al menos hasta octubre de 2018 y ésta se ubicaría en 2,75% en diciembre y 3% en junio de 2019.