El segundo trimestre fue particularmente duro para las constructoras debido a la pandemia. Es por ello que el sector adoptó políticas para resguardar su liquidez y así poder sortear de mejor manera el desplome de la actividad y las ventas del rubro, que ya venían con cierto rezago producto del estallido social de 2019.
El paso del covid redujo a la mitad las ganancias del sector en el segundo trimestre, con Moller y Pérez-Cotapos mostrando pérdidas e Ingevec cerca de los números rojos. Salfacorp registró una caída de 60% en su última línea. Besalco y Socovesa tuvieron un incremento en el trimestre.
Las ventas, por su parte, descendieron 37,6% en 12 meses en el segundo trimestre. Todas las empresas tuvieron retrocesos. El desistimiento de las compras se incrementó. En Salfacorp, por ejemplo, pasó de 7,4% a 22,3%.
Adicionalmente, las cuarentenas decretadas por la autoridad hicieron complejo el normal funcionamiento de las operaciones. “La aplicación de cuarentenas impide el avance normal de las obras ubicadas en las comunas afectadas, lo que implica mayores costos y atrasos en las fechas de término programadas. Al 30 de junio de 2020, la compañía tenía la totalidad de sus obras en Chile en esta situación (16 en la Región Metropolitana)”, menciona Paz.
Con el impacto siendo casi imposible de esquivar por el lado de las ventas y la última línea, el esfuerzo de las empresas se centró en mantener la operación con teletrabajo y ventas en línea, así como mejorar su posición de liquidez para soportar el ventarrón. Lo segundo se refleja particularmente en una línea de los estados financieros reportados a junio: la caja de las empresas que reportan a la Comisión para el Mercado Financiero prácticamente se duplicó (+92,3%) frente a igual mes de 2019.
Lo anterior se hizo con una economía de guerra que incluyó el freno de las inversiones y el congelamiento de la compra de terrenos. “Se ha revisado el plan de inversiones a realizar durante el año, considerando (i) un nuevo calendario de inicios de construcción de nuevos proyectos inmobiliarios, (ii) postergaciones de compras de terrenos para Edificios y (iii) disminuir y postergar inversiones o renovaciones de maquinarias y equipos”, informa Salfacorp.
En Socovesa, en tanto, decidieron “congelar la compra de tierra a partir del 15 de marzo de 2020, con la excepción de aquellos terrenos que les faltaba comprar alguna propiedad pequeña para completar el paño y terrenos en los cuales existiesen compromisos contractuales de compra de los cuales la compañía no se pudiera sustraer”.
En Moller y Pérez-Cotapos también reafirman la idea: “Hemos congelado la compra de nuevos terrenos y postergado el inicio de nuevos proyectos, los que iniciaremos cuando las condiciones de nuestro stock y del mercado inmobiliario lo ameriten”.
Pero también se adoptaron medidas adicionales. Trabajadores suspendidos, disminución de dotación e incluso medidas financieras.
Salfacorp reporta la “disminución de la dotación mediante la reducción permanente o transitoria de jornadas de trabajo y reducción temporal de sueldos del personal indirecto y de ciertos beneficios”. Según sus estados financieros, el personal total disminuyó en 32% hasta 8.148. En Moller el alza del costo de las indemnizaciones fue $224 millones mientras e 2019 no hubo.
“Se aumentó la caja para asegurar la liquidez durante este periodo y se concentraron los esfuerzos en lograr escriturar las promesas que ya estaban firmadas (...) La compañía inició un plan de ajuste organizacional buscando responder a los nuevos volúmenes de demanda que se estiman serán los que se enfrentarán en los próximos años, como consecuencia del impacto de mediano y largo plazo de la crisis”, precisaron en Socovesa.
En tanto, el 22 de junio Salfacorp acordó con los siete bancos participantes del crédito sindicado firmado en 2017, extender su plazo de amortizaciones de capital de 3 a 5 años hasta 2024, con lo que logró más liquidez en UF450 mil y UF200 mil en 2020 y 2021.