
Contraria a la lógica económica y difícil de implementar: la mirada de Claudio Agostini a los aranceles de Trump
El economista y profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez estima que la medida del Presidente Donald Trump atenta con lo que sugieren los hechos y que no existiría el beneficio que busca la medida.
Los aranceles que impuso el gobierno de Estados Unidos al mundo han generado importantes pérdidas en los mercados, principalmente en la renta variable, y la medida no tiene respaldó más allá de la Casa Blanca y los partidarios del Presidente Donald Trump. Así, entre los críticos, está Claudio Agostini. El economista y profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) calificó a la política de aranceles como un error que se advierte a estudiantes de primer año y que la implementación de la medida de Trump presenta serias dificultades.
“Los consumidores van a comprar todo lo que se ha importado más caro. Los productos nacionales que se han fabricado en Estados Unidos, pero con insumos extranjeros también van a estar más caros, van a subir el precio de los insumos. Ese es un primer efecto no menor. El segundo es que pierdes en la asignación de recursos. Esta es la parte probablemente que los economistas más sabemos de hace 200 años”, dijo Agostini en conversación con Money Talks de La Tercera.
El economista apuntó que la medida de Trump empuja a las naciones a no producir lo que cada país es más eficiente, generando productos que terminen siendo de una menor calidad y más caro. “El resultado de eso no es solo que los dos estamos peor, sino que tú creces menos y yo crezco menos”, explicó a modo de ejemplo.
“Al final tú quieres dedicarte a producir para lo que tú tienes ventajas comparativas, que es lo que decimos los economistas, e importar las cosas que otros producen mejor que tú. Y en el neto no tiene por qué ser 1 a 1. Es muy infantil eso”, comentó en relación con el objetivo de Trump con los aranceles, de que no exista déficit comercial entre la superpotencia y las distintas naciones del mundo.
En tanto, Agostini apuntó que, de haber impulsado la medida de aranceles, dentro de lo malo que es para su juicio, lo mejor habría sido a un arancel igual para todo el mundo. “No distorsionan los precios relativos entre las cosas”, comentó, en línea de ser una medida como el impuesto al IVA que se aplica a los productos y que simplifica su aplicación.
En esa línea, el economista también apuntó a la dificultad que tendrá Estados Unidos para aplicar los aranceles a los productos que lleguen a su territorio. “Imagínate que para las personas que están en la aduana en Estados Unidos, llega un barco con containers y tienes que ver de dónde viene cada container, cada producto que viene, de qué país y qué producto (...) es una locura de fiscalizar, de administrar y te abre este espacio de fraude”, apuntó.
La política de aranceles de Trump también busca potenciar la industria automotriz de Estados Unidos, pero Agostini estima que no es un efecto real. El economista apunta que las ventas del sector podrían mejorar, pero que el arancele a insumos extranjeros que necesite y el alza en otros factores de la economía diluiría dicha ganancia. “Los que son dueños de las automotoras y los que trabajan en las automotoras podrían estar un poquito mejor, pero después van a tener un país que crece menos, con una inflación mayor, y vas a ir al supermercado y va a estar todo más caro. Entonces, en el neto ni siquiera es evidente que van a estar mejor”, comentó.
Además, el economista rechazó la idea que la política de aranceles sea la respuesta correcta para cumplir la promesa de bajarle el impuesto a las personas. “Hay una propuesta, que está consensuada entre economistas hace mucho rato, que para Estados Unidos sería bueno tener un IVA federal. Y eso te permitiría recaudar más. Y la alternativa A, te permite bajar el déficit fiscal. Alternativa B, mantienes el mismo déficit fiscal y bajas impuestos que distorsionan más, como el impuesto a las empresas o que te genera distorsión en la inversión. Entonces, si ese fuera el objetivo de Trump, hay alternativas mejores todavía”, comentó.
“Es inimaginable esto, en esta magnitud, en un país que uno tomaba como relativamente serio, con una política económica relativamente razonable. Y la paradoja, como me decía hoy un colega economista, un amigo mío en Estados Unidos: ’Yo jamás pensé que iba a ver al Partido Comunista chino tratando de convencer al Presidente de Estados Unidos de las ventajas de la apertura comercial, citando a (Ronald) Reagan (expresidente de Estados Unidos y miembro del Partido Republicano)‘”, comentó.
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