Corfo recibió US$ 1.831 millones en el primer semestre por el litio: SQM baja 17% y Albemarle triplica aportes
Según las cifras de Corfo, la producción aumentó cerca de un 3% en el primer semestre, pero los pagos totales crecieron 13%. El resultado se explica por Albemarle, que triplicó sus aportes en relación al año anterior, gracias a cambios en sus contratos de suministro y a un rezago en la captura del boom de precios que Corfo cree se normalizará en los próximos meses. SQM pagó un cánon de arrendamiento de casi US$ 1.200 millones.
La producción del litio sigue dejando cuentas alegres al Fisco, pero con marcados contrastes. Así lo revelan los pagos realizados a la Corfo de las dos únicas empresas que explotan el mineral, SQM y Albemarle, por el arrendamiento de sus pertenencias en el Salar de Atacama.
Al primer semestre, los aportes de ambas compañías sumaron US$ 1.831 millones, un 13% más que en el primer semestre del año pasado. Las ventas reportadas por ambas compañías se empinó hasta las 107.526 toneladas métricas de carbonato de litio, marcando un crecimiento de 2,7% frente al mismo período anterior.
De la cifra total, US$ 1.180 millones correspondieron a los pagos realizados por SQM y US$ 651 millones a los de Albemarle. Pero ahí las variaciones fueron opuestas. Mientras La estadounidense más que triplicó sus aportes en lo que va de 2023, con un crecimiento de 229%, los de SQM se redujeron en un 17%. La diferencia estuvo en los precios: Albemarle los mejoró, mientras SQM los redujo, en promedio.
En el caso de SQM, en el primer semestre de este año, los precios de venta promediaron las US$ 42 mil la tonelada, versus los US$ 46 mil de la primera mitad de 2022. El salto más relevante se produjo en el segundo semestre, cuando vendió a un promedio de US$ 57 mil cada tonelada. En el segundo trimestre, SQM ya redujo su precio de venta a US$ 34 mil, una tendencia que augura un descenso de los aportes para el cierre de 2023.
En el caso de Albemarle, la mejora responde a un tema comercial, ya que Albemarle hasta el año pasado mantenía varios contratos de suministro cuyos precios eran fijos, estrategia que mutó en 2021 a una basada en índices que sigue los precios en el mercado de corto plazo. Así, los sucesivos vencimientos de los contratos con fijación de precios han ido incrementando la recaudación lograda con las transacciones de litio.
La propia compañía dio cuenta de ello en una reciente presentación a inversionistas. “Comisiones progresivas pagadas en Chile, aumentan con el precio al cliente”, explicó, estimando que el pago de royalties representaría cerca del 15% de sus costos en 2023.
Consultada por Pulso, la compañía profundizó: “Albemarle ha desarrollado alianzas estratégicas de largo plazo con las principales empresas de la cadena de suministro de vehículos eléctricos. Nos hemos movido de manera exitosa desde precios fijos a la fijación de precios basados en índices, por lo que, tal como anunciamos el año pasado, nuestros precios aumentaron de manera importante a fines del año pasado, generando mayores ingresos al país”, dijo.
Albemarle agregó que los contratos de largo plazo “capturan el precio de mercado, con un retraso de tres meses”. Así, recordó que “desde mediados de 2022 y hasta comienzos del 2023, los precios del litio estuvieron cerca de o en niveles récord, lo que explica en el aumento en el aporte hasta la fecha”.
Por su parte, la Corfo explicó esto así a Pulso: “La diferencia responde fundamentalmente a los precios. Albemarle viene con un cierto rezago (en general de uno a dos trimestres) con captura de precios por sobre los niveles actuales, dada su estructura de comercialización”, indicaron, agregando que para el caso de la estadounidense, “problablemente veremos esta normalización de precios en los siguientes trimestres”.
Tras reportar su resultados a junio, Albemarle detalló que el 80% de sus contratos ya siguen tendencias del mercado de corto plazo.
El valor del litio en el mercado de corto plazo ha bajado notoriamente. En el año, acumula una caída del 69% y su último precio en China marcó US$ 20.975 la tonelada el 27 de septiembre. Pero los valores promedio del semestre fueron mucho mayores. Según datos de la plataforma financiera Investing, el precio promedio entre enero y junio este año fue de US$ 40.425 la tonelada versus los US$ 58.120 de la primera mitad de 2022. Así, la preocupación se instala para lo que queda de 2023.
La producción
Los mayores pagos de la estadounidense a la Corfo contrastan con su desempeño productivo. A junio de 2021, las ventas reportadas al dueño de las pertenencias en el Salar de Atacama llegaron a 24.073 toneladas LCE. En los seis primeros meses del año previo la cifra era de 24.401 toneladas. Una disminución anual de 328 toneladas, o una baja de 1,3%.
Lo anterior, refuerza una idea que tanto Corfo como Albemarle han explicado en base a una misma argumentación: el canon de arrendamiento está fijado en base a los precios de venta y no a la producción.
Los contratos de arrendamiento de la Corfo fijan una escala de tasas que gravan las ventas en forma creciente. Así, cuando el valor de la tonelada es menor a los US$ 4.000, el pago corresponde al 6,8% de lo comercializado, pero cuando los precios suben sobre los US$ 10.000, cada compañía debe pagar el 40% de las ventas.
En el caso de SQM, la caída en los pagos por su contrato de arriendo con Corfo en el Salar de Atacama, que expira en 2030, se da a pesar del incremento en la actividad de la minera privada. En los seis primeros meses de 2023, la compañía declaró ventas por 83.453 toneladas, un salto sobre las tres mil toneladas al comparar dicha cifra con lo reportado en el mismo período del año anterior. En términos relativos, un alza del 3,9%.
Las cifras que SQM reportó a Corfo, eso sí, difieren de la producción informada por la misma compañía. De acuerdo a la presentación de sus resultados a junio, la minera privada sumó ventas por un total de 75 mil toneladas métricas.
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