Covid-19 termina con los 56 años de historia de Johnson’s en el retail nacional
El impulso de su fundador, Marcelo Calderón y las confecciones hechas en Chile marcaron gran parte de la existencia de la marca. En 2011 la compra Cencosud y ese mismo año se destapa el “perdonazo” por $59 mil millones del SII. En 2013 venden la fábrica y este año, con el Covid-19 de telón de fondo, cerrarán 25 de las 35 tiendas Johnson y despedirán a unos 1.500 trabajadores.
Uno de mis primeros trabajos fue envolver regalos navideños. Ropa, televisores y cuanto artículo vendiera Johnson’s en el Mall del Centro (hoy Mall Vivo El Centro).
Al son de los villancicos, que tras jornadas enteras y día tras día parecían una letanía, sumado a las alarmas que nunca dejaban de sonar, en un mesón detrás de las cajas de pago -todas al final de la tienda, como un supermercado- y con mi pañolín en el cuello, trataba de dar mi mejor sonrisa al tiempo que enfundaba con papeles de motivos navideños los artículos de los compradores que buscaban desesperados salir del paso de sus compras. A cambio, yo ganaba unos pesos para irme de campamento con mi grupo scout a Argentina, que fue la primera vez que salí de Chile.
Sin querer, viví in situ un momento que para la multitienda era clave. Un año antes de esto, en 2001, los socios de la multitienda habían creado la marca Mega Johnson’s, que era un formato más grande en espacio y también más variado en la gama de artículos que ofrecía la cadena, que desde 1999 inició su camino de diversificación y de salir del formato exclusivo de ropa. Pero en ese entonces aún quedaban resabios del sello que siempre tuvo Johnson’s: la sastrería o confecciones propias de ropa formal. Todavía había vendedores que ayudaban con las tallas y medidas -con huincha en mano-, que les relataban a los clientes las bondades de la confección chilena.
Johnson’s nació como marca en 1964 y acogió el nombre en honor al expresidente de EEUU, Lyndon B. Johnson. La multitienda fue fundada por Marcelo Calderón, empresario fallecido en 2015 y que con el paso del tiempo, junto a su familia, se han mantenido como socios de Ripley. La antecesora de Johnson’s fue Calderón Confecciones, que se inició en 1950.
Esta semana Cencosud, holding ligado al empresario Horst Paulmann y que controla a Johnson’s desde 2011, anunció una completa reestructuración a su negocio de tiendas por departamento, donde decidieron cerrar la cadena Paris en Perú y darle fin a las tiendas de formato Johnson -que dejó atrás en su nombre la apóstrofe y la “s” al final desde que la compró Cencosud-, para dar paso a Paris Express.
Las razones del cierre y la reconversión con Paris Express
Las medidas conocidas recientemente por Cencosud son de las más relevantes que ha implantado Matías Videla desde que asumiera la gerencia general del grupo el 1 de diciembre del año pasado.
La decisión del fin de Johnson se enmarca en un plan de ir cada vez más a un escenario omnicanal, al cual esa cadena nunca se adaptó, a diferencia de Paris, que ha mostrado un crecimiento explosivo en el e-commerce.
De hecho, el reporte del primer trimestre del grupo muestra un incremento de triple dígito en las ventas por internet del formato retail, principalmente por productos de tecnología, hogar y deporte, el que se explica en su totalidad por la operación de Paris.
De los 35 locales que opera Johnson, un número indeterminado de ellos pasará a denominarse Paris Express, un nuevo formato que estará enfocado en vestuario, calzado y deporte, informó Cencosud. Los locales a reacondicionar no han sido definidos oficialmente.
Sin embargo, la presidenta del Sindicato Nacional de MegaJohnson’s, Gloria Quiroz, entrega a Pulso mayores detalles sobre el devenir de los cerca de 2.500 trabajadores de la cadena.
“Comenzamos con las suspensiones de los contratos de trabajo en abril, después de eso la empresa se retractó por los cuestionamientos del reparto de utilidades, por lo que entramos en un modo stand-by. Pero la noticia fulminante para nosotros llegó el jueves pasado, donde nos informaron que cerrarán las secciones de líneas duras -muebles, electrónica y línea blanca-”, detalla la dirigenta. Tras anunciarles eso, la empresa inició despidos de alrededor de una cincuentena de trabajadores de esas áreas a lo largo del país, pero Quiroz confirma que “habrá 1.500 desvinculaciones, que podrían ser más si los que quedan no aceptan las nuevas condiciones económicas. Eso se concretaría de aquí a septiembre”.
Este martes, cuando se hizo pública la noticia del cierre y reconversión de Johnson, se les explicó a los cuatro sindicatos que 25 de las 35 tiendas a nivel nacional se cerrarán. Quiroz detalla que las 10 que continuarían bajo el nombre de Paris Express serían las de Vallenar, San Felipe, Quillota, San Miguel, Macul, Puente Alto, Melipilla, Coronel, Talcahuano y por confirmar Calama.
“Hay tiendas que tenían gran superficie en electrónica y hogar, como Quilín, por lo que me imagino que esos metros cuadrados se convertirán a vestuario o subdividirán las tiendas para arrendar espacios libres a locales más pequeños”, comenta la presidenta sindical.
Reacciones desde la familia Calderón y perdonazo del SII
“Estamos con la emoción encima (…) pese a que fue una historia que cerramos hace mucho tiempo. Será una marca que siempre va a estar presente en la memoria de muchos porque es eterna, histórica, que dejó una huella importante”, expresan a Pulso Domingo fuentes de la familia Calderón.
En el clan hoy ligado ciento por ciento a Ripley, agregan que “nos desvinculamos monetaria y emocionalmente de la marca hace un tiempo. Solamente sabemos que Marcelo Calderón fue un gran empresario, que inició este negocio a punta de pura hambre, y que Johnson’s fue un gran orgullo para la familia”.
Ese esfuerzo del que se habla de Marcelo Calderón al iniciar su negocio de sastrería, se refleja en lo que dijo el empresario en 2009 a El Mercurio, donde dejó en claro que la empresa de sus amores era Johnson’s, la que montó desde cero y que convirtió en una cadena de más de 50 locales y una facturación mayor a los US$ 500 millones.
“Partí cantando en la micro prácticamente. Partí en la nada, y me dolería tener que botar esto, porque yo nunca le he quedado debiendo un peso a nadie”, afirmó en ese entonces el empresario, quien ese mismo año dijo a Qué Pasa que “antes que todo, existió Johnson´s. Es mi proyecto personal, mi pasión, mi proyección. Vengo todos los días, converso con mis ejecutivos, con la gente”.
En esa época la empresa estaba pasando por serios aprietes económicos. Negociaba un crédito de US$ 250 millones con la banca y estaba vendiendo el 20% de sus acciones en Ripley, lo que significaba casi la mitad de su participación.
Pese a sus esfuerzos, en 2011 Marcelo Calderón termina vendiéndole un 85,5% de la empresa a Cencosud en unos US$ 63 millones -US$ 30 millones de este monto se dirigieron a pagar el 25% de la deuda bancaria que contraía la firma-, más otros US$ 15 millones que se desembolsaron en el tiempo para completar el ciento por ciento de la propiedad.
Apenas Johnson’s cambió de dueño, ese mismo 2011, se destapó uno de los episodios más complicados por la que ha atravesado la marca en cuanto al escrutinio público: la condonación de cerca de $59 mil millones de intereses y multas originadas por deudas tributarias que le hizo en diciembre de 2011 el Servicio de Impuestos Internos (SII), lo que fue catalogado como el “perdonazo” más grande de los últimos tiempos hecho por la entidad fiscal tributaria.
Aquel hito se transformó en una discusión nacional y política, que terminó con la salida del director del SII de ese tiempo, Julio Pereira, y del subdirector jurídico de la entidad, Mario Vila.
Fuentes de la familia Calderón recalcan hoy que “el perdonazo del SII no tuvo nada que ver con nosotros, no queríamos manchar el nombre de la firma”, aunque reconocen que “de todos modos, don Horst Paulmann ha manejado muy bien a Johnson, pero esta pandemia ha hecho que todo se vuelva a repensar. Lo más probable es que lo que está haciendo don Horst Paulmann sea lo mejor para la marca, fusionarla y darle mayor protagonismo al canal online”.
Lo cierto, es que desde que Cencosud tomó el control de Johnson, la marca fue en declive. Primero, con el impacto que le significó a su imagen el perdonazo del SII, y luego con el mazazo que significó para sus trabajadores el cierre de la fábrica de trajes ubicada en calle Ñuble en 2013, lugar que en sus mejores tiempos recibía hasta visitas de ministros que querían tomarse las medidas para sus trajes.
De ahí en más, Cencosud terminó tomando esta decisión de bajarle las cortinas a la marca, habiendo recibido a la multitienda con 53 locales y dejándola con 35, sin un canal de comercio electrónico.
Pero para la historia, quedará que Johnson fue una de las marcas de retail icónicas que recibió la estocada final del Covid-19.
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