La relación entre la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y el gobierno se deteriora cada vez más. A la fallida tramitación del salario mínimo, ahora se suma el anuncio de una nueva reforma laboral que vendría a cambiar aspectos fundamentales de la legislación promulgada por la ex Presidenta Bachelet.
El Presidente Sebastián Piñera, en la cena anual de la Minería realizada el jueves recién pasado,señaló que "vamos a enviar una reforma para también modernizar nuestra legislación laboral".
Según confirmó el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, este nuevo proyecto se presentará al Congreso durante septiembre y traerá cambios en los contratos individuales y colectivos.
"Es necesario despejar incertidumbres que hoy deja la reforma laboral (...) como saber cuándo se termina la huelga y su impacto, eso hay que corregirlo y sin temores", dijo Monckeberg, quien agregó que otro tema de este proyecto serán los grupos negociadores y su eventual reconocimiento.
Ante esto, la Presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa señaló que "esto da cuenta del interés del gobierno por imponer un veto para no negociar con los trabajadores, no es una conducta aislada, no sólo tiene que ver con el debate de salario mínimo, es parte de la ofensiva antisindical de este gobierno, que primero busca vía dictámenes hacer cambios a la reforma laboral, pero no siendo suficiente eso hoy anuncia una reforma a la reforma laboral".
Ante esto y el proceso de reajuste salarial, la CUT se ha declarado en estado de alerta. Por su parte, las autoridades del gobierno se sigue reuniendo. De hecho, ayer el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, se reunió por cerca de media hora con el Presidente Piñera. Se espera también que las tratativas se mantengan durante el fin de semana para lograr un acuerdo con la oposición.