La producción chilena de cobre crecerá a un ritmo más lento durante esta década y requerirá además que se materialicen todos los proyectos en cartera, reveló un informe de la agencia estatal Cochilco visto por Reuters.
La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) reconoció que aunque la producción pronosticada para 2033 de 6,58 millones de toneladas representa un alza del 17% frente al desempeño del mayor productor mundial de cobre en 2021, es “bastante menor” a las estimaciones anteriores.
“Esto responde a que muchos de los proyectos importantes en la próxima década, no han avanzado en sus ingenierías ni en la preparación de líneas bases medioambientales en estos años de pandemia”, señaló el reporte.
Pese a que en los dos informes previos el peak de producción se esperaba para 2028, el organismo ahora prevé que se logre en 2030 con 7,14 millones de toneladas, un volumen inferior a las estimaciones previas.
“No se observa que sea posible adelantar el peak productivo debido a que para la puesta en marcha de un proyecto se requiere realizar varios estudios y análisis, lo que toma un tiempo largo, atendiendo los altos montos involucrados”, precisó el jefe de estudios de Cochilco, Víctor Garay, en respuesta a Reuters sobre el informe.
La optimización de las iniciativas, la realización de análisis de impactos ambientales e ingenierías más exhaustivas serían factores que contribuyen al retraso, aseguró. A esto se suma el aumento en los costos de insumos debido a la inflación y problemas en la cadena de suministro entre 2021 y 2022.
El informe señaló también que incluso considerando las iniciativas que buscan mantener operativas faenas actuales (reposición) o las que buscan aumentar la capacidad de operaciones activas (expansión), no se logra revertir la caída productiva.
“Es necesario que se materialicen todas aquellas iniciativas nuevas de la cartera de inversiones nacional, las que aportarían un 17% más de producción hacia el 2033″, destacó el documento.
La ralentización podría impulsar los precios mundiales del metal, que se ha disparado desde 2020 y supera los US$9.000 por tonelada, mientras el vecino Perú -segundo mayor productor mundial de cobre- se ve afectado por protestas que golpean a algunas minas importantes.
La industria ha demandado que se garantice la certeza jurídica para sus inversiones en medio del agitado ambiente que ha provocado la intención de redactar una nueva Constitución en el país sudamericano.
Y la situación podría complicarse más. El presidente ejecutivo de Freeport dijo el miércoles que los proyectos de expansión en Chile se congelarían hasta que la situación política fuera más clara.
El reporte de Cochilco precisó que en el período 2022-2026 habría una caída frente al resultado de 2021 pero “debería cerrar el ciclo de pérdidas productivas asociadas a la pandemia” de COVID-19.
En tanto, entre 2032-2033 anotaría una caída productiva del 0,9% debido a que 36 operaciones anotarán bajas o cerrarán “sin expectativas de proyectos de reposición que les permitan su continuidad”.
Cochilco alertó además sobre un cambio en la matriz productiva ya que la mayoría de las iniciativas consideradas buscan una producción de concentrados por sobre el procesamiento hidrometalúrgico, que tiene una capacidad instalada de alrededor de 2,2 millones de toneladas de cobre fino.
“Las nuevas iniciativas inversionales están dirigidas a expandir o extender la vida operacional de faenas de minerales sulfurados o incluso crear nuevas operaciones mineras en la línea de concentrados”, comentó Garay.
La gran cantidad de iniciativas que buscan expandir o extender la vida operacional de faenas de minerales sulfurados o incluso crear nuevas operaciones mineras en la línea de concentrados, impactará positivamente en la producción de éstos, señaló el organismo.
“En definitiva, la producción de concentrados crecerá un 46,4% entre los años 2021 y 2033, pasando de 4,21 millones de toneladas a 6,17 millones de toneladas”, precisó.