La crisis económica que ha provocado el Covid-19 tiene su principal impacto en el empleo. Y en la forma de trabajar, ya que varias empresas han adoptado la modalidad de teletrabajo
Pero ¿qué tan positivo ha sido este cambio en el mercado laboral? De acuerdo una encuesta realizada por Cadem, aplicada entre el jueves 10 y el lunes 14 de septiembre a 2.597 personas, el 31% está en teletrabajo. De ese total, el 44% son mujeres, mientras que un 23% son hombres. Entre las principales dificultades de las personas que realizan trabajo a distancia es el compatibilizar su trabajo con las tareas doméstica. De hecho, el 52% de las mujeres dice que esa es su principal problema frente al 41% de los hombres. Mientras que el tener que apoyar con las tareas a los hijos, al mismo tiempo que trabajar, muestra una relación más equitativa entre hombres y mujeres con 17% y 18%, respectivamente.
Otro de los puntos que aborda el sondeo de Cadem son las medidas para la reactivación económica que prepara el gobierno y que se espera sea anunciado a fines de esta semana.
Si bien todavía no se conoce el detalle, el monto del subsidio equivaldrá a entre el 40% y 50% del salario mínimo, es decir, un máximo de $161 mil si se considera los de $322 mil que se discute en el Congreso. Más allá del monto final que se adopte para el subsidio, se pretende entregar el máximo a la contratación de mujeres, puesto que han sido las más afectadas por la pandemia. En este caso sería el 50%. Este punto va en línea con la opinión de las mujeres, ya que el 73% de ellas espera que el subsidio al empleo sea mayor para mujeres, que han sido más afectadas por la crisis. Asimismo, el 82% dice que el Estado debe destinar fondos a un subsidio especial para el empleo en sectores donde trabajan más mujeres como comercio, alimentación, casa particular, turismo, educación.
La académica de la universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Repetto, afirma que “las mujeres requieren de un mayor apoyo para reemplazarse, tanto porque por ley es más costoso contratarla, como porque el plan de reactivación está sesgado hacia el empleo masculino, dado el importante rol que se le dará a las obras públicas. También porque el empleo femenino es mayor en los sectores que seguirán rezagados mientras no haya vacuna”.
Juan Bravo, economista de la UC, comenta que “el hecho de que los subsidios tengan como uno de sus grupos de foco a la mujer es correcto, debido a las mayores dificultades de inserción laboral de este segmento. Con todo, si bien esta herramienta es útil, hay que considerar que esas mayores dificultades de inserción laboral surgen en buena parte porque las leyes laborales hacen que sea más caro contratar mujeres, al no entregar los mismos derechos asociados a la paternidad a hombres y mujeres”.
Alejandra Sepúlveda, directora ejecutiva de ComunidadMujer subraya que “el subsidio para las mujeres debe ser más grande, o el mismo subsidio más uno al cuidado y de este modo reconocer la dificultad de las mujeres para trabajar y cuidar a otros ya sea niñas, niños o personas dependientes. Hoy estamos frente a una verdadera crisis de los cuidados y es urgente contribuir a resolverla”.
Labores del hogar
El sondeo también explora en los quehaceres del hogar. Entre los principales resultados se muestra que las mujeres dedican en promedio 8 horas al cuidado de niños o niñas, mientras que los hombres 4 horas. En tanto a las labores domésticas las mujeres pasan 3 horas promedio dedicadas a esas actividades frente a las 2 horas de los hombres.
“Que las mujeres estén dedicando 8 horas al cuidado de los hijos y los hombres solo 4, nos muestra cómo esta crisis ha dejado en evidencia lo mucho que nos falta por avanzar hacia una sociedad en que padres y madres seamos corresponsables del cuidado de los hijos”, afirma la gerenta general de Cadem, Karen Thal.
Para avanzar hacia una distribución más equilibrada en este tipo de tareas, Thal sostiene que “como los cambios culturales son difíciles, necesitan ser empujados por políticas públicas, por ello me parece que llegó el momento de poner urgencia al proyecto de ley que busca extender el derecho a sala cuna a todas las madres y padres que trabajan, y terminar con la idea de que son solo las mujeres las que deben cuidar a los hijos y que contratar mujeres es más caro que contratar hombres”.
Sepúlveda subraya que “lo que se debe hacer es fomentar la corresponsabilidad parental y social para hacerla más llevadera con responsabilidades compartidas: por un lado, el reparto equitativo de roles y deberes entre hombres y mujeres al interior del hogar, pero también un rol activo del Estado y los privados”.
Para Repetto, “los cambios hacia una corresponsabilidad, con mayor equidad en las labores domésticas se demoran en lograr. Por el lado de la política pública, ésta debiera dar mensajes más claros al respecto. Por ejemplo, la ley Sanna trata a padres y madres trabajadores de igual manera, pero no así el postnatal parental”.
En ese sentido, la economista añade que “en el corto plazo, en la etapa de recuperación de la pandemia, se requiere de un apoyo estatal decidido para que salas cuna, jardines infantiles y las instituciones que proveen cuidado no quiebren y puedan volver a atender apenas la situación sanitaria lo permita”.