La Organización Mundial de Comercio lleva un tiempo bajo la lupa de sus estados miembros, dada las dificultades que han encontrado para negociar la actualización de las reglas para la solución de conflictos. Ante la inconformidad por la toma de decisiones en base a normas ambiguas o incompletas, se acumulan los casos en el Órgano de Apelación, justo cuando la institución se enfrenta a un desafío de marca mayor: el proteccionismo de Donald Trump.

Tras su creación en 1995, en sus primeros años el mecanismo de solución de diferencias logró resolver innumerables casos y se consideraba "la joya" del sistema de comercio mundial. Sin embargo, su legitimidad va en descenso, mientras escala el promedio mensual de disputas activas, de 38,8 en 2017 frente a las 20,6 que se contaban a principios de la década.

Interpretaciones sobre la base de disposiciones obsoletas han conducido a que varios países denuncien que los fallos vinculantes del Órgano de Apelación "socavan la soberanía nacional de los miembros de la OMC", según el informe "Crisis de la solución de diferencias en la OMC: causas y curas", elaborado por el think tank estadounidense Peterson Institute. El documento consigna que en los últimos años EEUU "ha bloqueado los nombramientos de miembros del Órgano de Apelación para obligar a los integrantes de la OMC a negociar nuevas normas".

La posición de EEUU

No obstante, es justamente la primera economía mundial la que hoy pone los mayores obstáculos para dar con una solución a la crisis. "Las recientes medidas proteccionistas de EEUU complican la tarea de negociar reformas de las normas", indicó a Pulso, Jeff Schott, coautor del citado informe. "Nos acercamos, día a día, a un posible quiebre del proceso de solución de diferencias de la OMC", aseveró.

Donald Trump además desplegar una guerra comercial, con aranceles sobre las importaciones chinas, europeas y de sus socios del Nafta, ha dejado bien en claro lo que opina del organismo. "La OMC ha sido un desastre para este país. Ha sido grandioso para China y terrible para EEUU", dijo en mayo pasado.

Preocupación en Chile

Para Rodrigo Yáñez, director general de la Direcon, no hay duda de que "el cambio de enfoque sobre el multilateralismo de países importantes como EEUU, donde existe derechamente una desconfianza respecto del funcionamiento del sistema", es una de las dificultades a la que hoy se enfrentan la negociación, cuyo estancamiento tiene consecuencias relevantes para nuestro país.

"Hay varios aspectos paralizados en la discusión y que son muy importantes para los intereses futuros del Chile, porque nuestros TLC hacen referencia a reglas de la OMC", destaca Yáñez. "Necesitamos reglas claras, estables, una OMC fuerte y potente, porque hoy la Organización Mundial de Comercio es la Organización Mundial de la Frustración", agrega en un severo diagnóstico, compartido ampliamente en el mundo.

Además de la urgencia de reactivar el Órgano de Apelaciones, destaca que se requiere una modernización en áreas como la transparencia, revolución industrial 4.0, economía digital, pymes y el comercio electrónico, entre otros. En ese marco, plantea que para Chile es fundamental que se rescaten "décadas de trabajo e intentar salvar y reconstruir el sistema, antes de asesinarlo o destruirlo".