Es probable que la crisis ambiental de Quintero signifique un punto de inflexión para la actividad industrial, ya sea en la forma de mayores estándares y supervisión o incluso a través de medidas más radicales de suspensión o cancelación de operaciones.
Estas crisis masivas habitualmente implican que paguen justos por pecadores, ya que el estallido social, y en este caso, la ausencia de control por parte del Estado, hacen difícil discernir responsabilidades precisas.
Bajo este escenario, la Fundición de Ventanas, aún cuando no sea responsable de la actual crisis y haya mejorado su estándar de operación en los últimos años, no podrá obviar la crisis y es probable que su chimenea sea uno de los íconos de lo que se desea superar en esta zona.
Esta crisis coincide con un proceso de discusión sobre el futuro de las fundiciones de cobre que se ha producido apasionadamente en los últimos años en el ámbito minero del país. Y tal vez esta coyuntura ayude a que se tomen algunas decisiones que se han visto entrampadas hasta ahora por la falta de resolución que se ha observado.
Aunque la Fundición de Ventanas ha mejorado sus estándares y haya sido la primera en alcanzar los niveles de emisión que se comenzarán a implementar a partir del próximo año, su viabilidad futura enfrenta serios problemas. Para operar eficientemente, necesitaría crecer sustancialmente, lo que bajo el panorama que se cierne sobre Quintero parece imposible.
Más vale entonces aprovechar de sincerar esta realidad y conectarla con la discusión sobre el futuro de las fundiciones de cobre en Chile, apuntando a una solución más integral a nivel país, que logre una racionalización y modernización del parque de fundiciones de cobre en los lugares que corresponda y con las tecnologías y capacidades que corresponda.
El diagnóstico de la inviabilidad de la Fundición de Ventanas es conocido hace tiempo, pero no se ha podido avanzar en una solución pues existe un obstáculo derivado de la obligación del procesamiento de concentrados de cobre proveniente de Enami.
En este aspecto también cabe entender la coyuntura actual como una oportunidad. El mundo político tiene todos los elementos para comprender que la situación actual no es la mejor para el país. Forzar el procesamiento de concentrados de cobre de Enami en Ventanas no es sustentable económicamente.
Asimismo, Enami necesita la atención del país para encontrar el mejor marco para prestar sus servicios de apoyo a la pequeña y mediana minería. Está sobre la mesa la evaluación de una nueva Fundición de Cobre en Paipote mientras otros sectores plantean que su modelo podría basarse en una más extensiva red de plantas hasta nivel de concentrados de cobre.
Tal vez sea la hora para también reconocer que el país necesita atender a la pequeña minería de una mejor forma y modernizar su gestión de apoyo.
La crisis ambiental desatada en Quintero debe obligar a buscar soluciones permanentes en muchos aspectos y en el ámbito minero es quizás el momento de pensar con un mayor alcance para encontrar un mejor equilibrio en las fundiciones y en la gestión para la pequeña minería.