El escenario de volatilidad externo ya estaba afectando el comercio exterior de Chile. Pero la situación negativa se acentuó el mes pasado influido por las manifestaciones sociales, paro de actividades y actos de violencia que azotan el país desde el 18 de octubre.
Así, uno de los primeros reflejos de aquello es que las exportaciones cayeron 20,67%, su mayor baja desde 2015 (hasta US$5.257 millones). De acuerdo con el Banco Central, en el detalle los envíos mineros retrocedieron 21,5%, totalizando US$2.837 millones. Esta es su mayor baja desde junio de 2016.
Las exportaciones agropecuarias y silvícolas cayeron 30,28%, equivalentes a US$201 millones, mientras que las industriales lo hicieron en 19,02%, llegando a US$2.219 millones.
Desde Itaú señalaron que "los datos de octubre se vieron afectados por los paros portuarios y de transportistas en medio de la coyuntura doméstica de Chile". Visión que es compartida por el economista de EuroAmerica, Felipe Alarcón, quien sostuvo que "las dos últimas semanas de octubre no hubo un funcionamiento normal de los puertos y la logística de transporte, que agudizó el mal comportamiento del comercio exterior".
Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo (LyD), aseveró que "en el caso de las exportaciones de salmón y truchas se observa el efecto de la interrupción del proceso productivo en Quellón. Asimismo, en el resto de las exportaciones se nota el retraso que generó el toque de queda, así como el menor ritmo con el que operaron los puertos".
Las importaciones, en tanto, no tuvieron un mejor comportamiento, ya que mostraron su mayor caída desde 2009 con un retroceso de -19,82% (hasta US$5.564 millones). En el desglose, las compras de consumo cayeron 22,32%, su mayor baja desde la crisis subprime, llegando a US$1.715 millones. A su vez, las importaciones de bienes de capital retrocedieron 20,56% (US$1.270 millones). Esta es su mayor caída desde 2006.
"Tanto para bienes de consumo, intermedios y de capital, siendo que el registro de septiembre era mucho menos negativo para los bienes de consumo, esta caída transversal tiene como factor común la violencia y su impacto sobre la cadena logística", acotó Flores.
Perspectivas
Hacia adelante, los economistas afirmaron que las perspectivas son mixtas. "Para las exportaciones las perspectivas podrían ser algo mejores si el escenario externo sigue mejorando. En cambio, para las importaciones el panorama no es muy auspicioso, particularmente para las importaciones de bienes de consumo y capital".
En Itaú subrayan que "si la actividad se debilita, las importaciones podrían mantenerse deprimidas, mientras que las exportaciones se van beneficiando de la mejora del entorno global".
Para Flores, "en la medida que el orden se restablezca, la cadena logística se normalizará, con un probable mayor impulso a los bienes de capital, debido a la gran cantidad de máquinas y equipos incendiados que deberá ser repuesta".