Cristián Larroulet: “Hay que hacer una alianza para el desarrollo, estamos en el momento justo”

Cristian Larroulet
09 Agosto 2023 Entrevista a Cristian Larroulet, economista, academico y ex ministro de estado. Foto: Andres Perez

El exministro y hoy académico de la FEN-UDD considera que puede haber un punto de inflexión para avanzar en los cambios estructurales que requiere el país, pero eso exige -a su juicio- que el gobierno deje de lado su “nube ideológica” y recoja en sus reformas el principal problema que tiene Chile hoy, que es volver a crecer. Asimismo, insta al Ejecutivo a enviar de una vez al Congreso las partes del pacto fiscal que han sido bien valoradas y dejar de insistir en la negociación prelegislativa.


Ministro de la Segpres en el primer periodo presidencial de Sebastián Piñera y luego jefe de asesores del Segundo Piso en su siguiente administración, Cristián Larroulet (70 años) mira hoy con expectación lo que está ocurriendo en el país.

Desde su actual actividad como profesor e investigador de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad del Desarrollo (UDD), donde realiza clases a alumnos de pregrado y posgrado, escribe documentos y ahonda en la historia económica y en las instituciones para el desarrollo, sigue de cerca la coyuntura. Y su mirada tiene tanto de urgente como de optimista: ya con la economía prácticamente estabilizada luego del gran salto de la inflación y con un proceso constitucional que cree llegará a buen puerto, ve que puede haber un punto de inflexión para que gobierno y oposición avancen en acuerdos que permitan destrabar el avance de las reformas. Pero para eso, plantea que la administración Boric debe salir de su “nube ideológica” y entender que el principal problema del país hoy es la necesidad de volver a crecer. “Chile está cansqado de no progresar”, advierte, y señala que es momento de pasar del pacto fiscal que impulsa el Ejecutivo, más bien a una “alianza para el desarrollo”.

Considera que la salida del ministro Giorgio Jackson puede ayudar a este diálogo, pero enfatiza que lo esencial es que el gobierno reoriente sus iniciativas.

El avance del pacto fiscal y de la reforma de pensiones parecía estar en un punto casi muerto hasta fines de esta semana, por la negativa de la oposición a sentarse con el gobierno. ¿Cambia eso ahora con la renuncia de Giorgio Jackson al gabinete?

-A ver, yo creo que estamos en un punto que ojalá sea de inflexión. Pero la razón profunda del problema con las reformas es otra, a mi juicio, y es que hay un convencimiento mayoritario, que no lo recoge el gobierno, de que lo central en Chile hoy es el tema del desarrollo y el tema del crecimiento. Si es que se recogiera eso, muchas de las propuestas que están en las reformas y que producen este momento de tensión, no tendrían lugar. Ahora, podemos estar en un momento de inflexión porque estamos completando un ajuste macro bastante exitoso. Eso, gracias a que tenemos una institucionalidad monetaria como el Banco Central, que ha hecho su pega, y a que hemos realizado un proceso de ajuste fiscal donde hay que reconocerle méritos al gobierno del presidente Piñera y al gobierno del Presidente Boric. El otro factor clave es que despejamos una amenaza terrible, el 4 de septiembre pasado, porque la locura del proyecto constitucional que se le propuso al país fue rechazada. Y ahora estamos en un proceso institucional que parece bien encaminado.

¿Por qué dice que el gobierno no recoge ese convencimiento mayoritario?

-La mayoría de los chilenos lo que quiere es más empleo, mejores salarios, progresar, tener más bienestar. Y el gobierno todavía no se da cuenta de eso. Un ejemplo: el ministro de Economía dijo que el tema del litio era un tema de control, y ahora el Presidente Boric insiste en no hacerlo concesible. Bueno, ahí tenemos una enorme oportunidad que no la estamos tomando, ¿y por qué?, porque el gobierno tiene una especie de nube ideológica, como la llamo yo, que lo aparta del realismo. Frente a esa tensión, lo que planteo es que hay que hacer una alianza para el desarrollo, porque estamos en el momento justo para eso. El gobierno tiene un rol fundamental en esa alianza, pero tiene que ser para el crecimiento, no para que la producción de litio esté controlada por el Estado.

Cristian Larroulet
09 Agosto 2023 Entrevista a Cristian Larroulet, economista, academico y ex ministro de estado. Foto: Andres Perez

Ok, pero para avanzar en esa propuesta u otra, es indispensable conversar. La centroderecha había puesto como condición la salida de Jackson. Eso ya ocurrió. ¿Se sentarán entonces?

-En cuanto al exministro Jackson, el Presidente tomó su decisión y no me voy a meter en eso, porque es una atribución presidencial. Pero es completamente razonable la postura de la oposición de poner énfasis en el fondo de las políticas que se necesita adoptar. Así, por ejemplo, si en el paquete de tres elementos que planteó el ministro Marcel en el pacto fiscal se avanza en la modernización del Estado, estoy seguro que la oposición se va a sentar a la mesa. Además, los acuerdos políticos se hacen en el Parlamento. Y la oposición no se va a parar de la Sala si hay que votar algo.

Entonces, por favor, avancemos en aquellas cosas en que hay consenso. ¿Tenemos que hacer un Estado más moderno? Por supuesto que sí. El ministro Marcel acaba de proponer la instauración por ley de la Agencia de Calidad y Evaluación de las Políticas Públicas. Es un proyecto que viene de hace muchos años y que ya está bastante institucionalizado. Entonces, el problema es equivocar el tipo de instrumentos. O sea, si la mentalidad es el control, no va a haber acuerdos. Si en materia tributaria la idea de nuevo es subir impuestos, no va a haber ánimo. Porque el país lo que requiere hoy es otra cosa. Quiero ser majadero en esto: necesita crecer. No puede ser que completemos una década sin crecimiento económico. Eso tiene consecuencias sociales y políticas muy delicadas. Chile quiere crecer. La clave entonces es tener una agenda de políticas que realmente invite a llegar a acuerdos.

¿Y el gobierno no la ha tenido?

-No la ha tenido. Y cuando un día, en la mañana, anuncia una cosa que nos entusiasma a todos, en la tarde la cambia. Estoy hablando de la política del litio. La dicotomía es: ¿queremos que haya producción de litio para aprovechar esta oportunidad para el país, o no? Me angustia que Codelco tenga que ser dueño del 50,1% de cualquier inversión adicional en el litio, cuando tiene los problemas que tiene, y que el vicepresidente ejecutivo de Enami esté preocupado de con quién se va a aliar para el salar de Maricunga, cuando esa empresa está cuasiquebrada. Es perder el foco. De nuevo, que la ideología no nos nuble la realidad. Esa es la clave de todo. Estamos en un mundo donde tenemos una gran oportunidad, pero donde hay una competencia feroz. Y si la autoridad no se mueve, vamos a perder la oportunidad.

En el pacto fiscal, ¿cómo evalúa la propuesta?

-Tiene cosas buenas, como todo lo asociado a la calidad de las políticas públicas. Es un aporte. Pero tiene todavía cosas muy malas. Por ejemplo, siguen subiendo los impuestos al ahorro e inversión. Eliminó dos (impuesto al patrimonio y a las utilidades retenidas), lo que es valioso, pero insuficiente a la luz de lo que se requiere.

Y dos, tiene otro error grave que no ha sido mencionado: los créditos tributarios, que es una manera de rebajar impuestos, no me parece que sean para cuatro o cinco sectores fijados por el Estado, como viene en el proyecto. Eso es volver a una especie de política industrial. ¿Por qué a unos y a otros no? Es un error. Me gustan las reglas parejas.

¿Este proyecto puede mover la aguja en cuanto a dinamizar la economía? El ministro Marcel dijo que quería subir la tasa de inversión de 4 a 5 puntos, al 27% del PIB…

-Hay medidas que ayudan, como modernización del Estado, mejorar la permisología, pero no lo veo suficiente para elevar la inversión en esa magnitud. Le faltan muchas cosas. En economía hay dos factores claves: uno, las señales y las expectativas que eso genera. Y dos, adoptar un conjunto de medidas que vayan en una dirección coherente con aumentar la inversión, la productividad, el empleo.

En ese sentido, ¿qué agregaría usted?

-De partida, volquémonos al comercio internacional y aumentemos las exportaciones. Para eso, algunas ideas: el Presidente Boric va a China. No puede dejar de pasar por la India, el país de mayor población del mundo hoy, y que crece y va a crecer más que China. Tenemos la opción de avanzar a un acuerdo de asociación económica integral con ellos. El expresidente Frei fue embajador especial para Asia Pacífico, nombrémoslo ahora para la India. Será la otra China en los próximos 30 años.

Segundo, creo que nos equivocamos con eliminar el DL600 para las inversiones, en un período en que además hemos tenido mucha incertidumbre. Buscaría alguna fórmula de invariabilidad tributaria.

Tercero, en permisología, pucha que vendría bien un instructivo presidencial, como se ha usado a lo largo de la historia de Chile, en la dirección de cada uno de los servicios identificados como un problema de tensión en las inversiones, como el Consejo de Monumentos Nacionales, Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, Conaf, SAG y otros, de modo de acelerar el trabajo para que se aprueben los proyectos de inversión.

Y a propósito del tema corrupción, no quiero prejuzgar, pero ¿quién está poniendo atención en las empresas estatales? ¿Por qué no reactivamos ese proyecto antiguo, que viene desde la Concertación, y le ponemos un gobierno corporativo potente al resto de las empresas estatales?

Pero su planteamiento no considera el origen de esta agenda, que es el objetivo del gobierno de recaudar más recursos, vía mayores impuestos y de manera progresiva, para financiar demandas sociales.

-Ya, pero lo que yo digo es que esa mirada tiene un costo, porque el gobierno, a su vez, no cuenta con mayoría en el Congreso. Y en política, lo que más importa es el realismo. Por tanto, si queremos avanzar, tenemos que llegar a acuerdos, pero que respondan a los problemas que el país tiene, y el principal problema hoy es que no hay progreso. Y eso es más empleo, no asistencialismo. De hecho, la importante baja que registró la pobreza en la última Casen, que en gran medida fue producto del buen diseño de política social que se viene aplicando hace más de treinta años y que consiste en focalizar en los más pobres los recursos de la ayuda estatal, sabemos que no se mantiene en el tiempo si no hay crecimiento económico.

Entonces, ¿ve inviable la parte del pacto fiscal que el Ejecutivo dejó para marzo, con alza de impuestos, e irreal el objetivo de recaudar en total US$8 mil millones?

-Primero que todo, hay estudios que demuestran que lo que involucra esto son US$5 mil millones de dólares. Pero más allá de eso, como se vislumbra en principio la propuesta del gobierno en esta parte -porque todavía no está el detalle-, no veo posibilidad de acuerdo. Sí hay piso para la rebaja que plantea para ciertos sectores, pero hagámosla general.

¿Y en evasión y elusión, donde el gobierno pretende recaudar más de la mitad de esos recursos?

-Ahí también puede haber acuerdo, pero en la medida que se respete un principio básico del Estado de derecho: que no puede ser que la fiscalización, y cuando un contribuyente se siente abusado, todo lo resuelva el SII. Siendo así, hay otra cosa que me preocupa, y es esta idea de sentar a la mesa a los partidos políticos. Hay partes del pacto fiscal que yo enviaría altiro al Congreso y dejaría de insistir en la negociación prelegislativa. Esa es mi recomendación de estrategia como exministro de Segpres: que el gobierno vaya de una vez al Parlamento con aquellos proyectos que ya han sido bien valorados.

¿Por qué Marcel no ha podido lograr acuerdos en esta materia, ni en pensiones?

-Porque también se nubló en parte por la ideología. No nos olvidemos que la reforma tributaria partió con un impuesto al patrimonio, que la experiencia mundial muestra que no funciona. No nos creamos Superman. La política no se hace de voluntad, de discursos. Se hace con realidad. Se hace con el sector privado.

¿Fue mucho el tejo pasado?

-No ayudaron las propuestas originales. En la tributaria se equivocó en la combinación de políticas micro que propuso al país. Y en pensiones, se creó un monopolio estatal tanto en la parte de las inversiones como de la administración de cuentas. Y, como la experiencia de la historia económica lo indica, esas son instituciones que después son capturadas.

¿Cuál es su evaluación de Marcel, entonces?

-Hay algo muy importante que logró hacer, que fue materializar el ajuste fiscal.

¿Y dónde está su al debe?

-El principal al debe de Marcel es que no priorizó el crecimiento. A lo mejor muchas cosas las hizo privadamente, pero en economía, casi la mitad son señales. Como alguien dijo, le ha faltado movilizar a los espíritus animales de los que hablaba Keynes. Y eso se hace con incentivos. Pero yo soy optimista: ahora hay propuestas que van en la dirección correcta, de distintos lados, y él lo que tiene que hacer es convencer a su sector y al Presidente de la República de ir por ese camino.

¿Y al Presidente Boric cómo lo ve?

-Creo que hay falta de experiencia, por un lado. Hay que pensar que el Presidente ha sido siempre un estudiante, y después un parlamentario. Y hay también una cosa de velo ideológico. Pero me parece que, durante el ejercicio presidencial, ha podido conocer experiencias y evidencias distintas, y ha tenido un aprendizaje. Por eso pongo mucho énfasis en el momento actual, que puede ser de inflexión: que vaya con propuestas adecuadas al crecimiento al Congreso. Y con las otras, mejor que ni vaya, porque las va a perder. La ciudadanía lo muestra claramente.

En pensiones, este viernes la ministra del Trabajo anunció indicaciones, donde del 6% extra de cotización un 2% irá a cuentas individuales y también habrá cambios en reorganización de la industria. ¿Es suficiente?

-Demasiado lento. Esperaba que el anuncio fuera 4%-2%, pero con 4% a cuentas individuales. De hecho, hay una propuesta del CEP en esa línea. Y falta ver cómo plantearán ahora la administración de inversiones y de cuentas. En las últimas semanas la oposición ha realizado propuestas muy valiosas, que el gobierno debe considerar.

Para el gobierno es muy importante poder arreglar las pensiones actuales para segmentos postergados…

-Hay un punto ahí, pero ya hay propuestas, incluido el caso de las mujeres. Hagámoslo en base a la PGU, con los ajustes necesarios, y sigámoslo financiando con rentas generales de la nación. En la medida que el gobierno se flexibilice, ahí podemos estar ad portas de llegar a un acuerdo.

¿Considera que el país dejó atrás lo que se ha denominado el octubrismo?

-Yo creo que una parte del octubrismo es ideológica y otra parte tiene que ver con la frustración producto de que el país dejó de crecer. Y eso fue básicamente en el gobierno de Bachelet 2. Por lo tanto, que no crezcamos ahora es malo para la paz social. Por eso mi propuesta de una alianza para el desarrollo, y más aún, creo que hay que ponerle metas: si hoy nuestro crecimiento potencial es del orden del 2%, debiéramos apuntar a duplicarlo y llevarlo al 4%. Ese debiera ser el norte del gobierno y no el control del litio, porque Chile está cansado de no progresar. Mientras más amplio el acuerdo detrás de esa meta, mejor es.

¿Ve al gobierno tomando ese camino?

-El gobierno tiene una oportunidad hoy día, porque se están dando las condiciones. Pero si no la toma, habrá un cambio de gobierno que va a apostar por esa alianza en favor del desarrollo y por no caer en la trampa de los ingresos medios.

Cristian Larroulet
09 Agosto 2023 Entrevista a Cristian Larroulet, economista, academico y ex ministro de estado. Foto: Andres Perez

“Eliminar las contribuciones (…) y la norma que dice que el litio no puede ser concesible no corresponden a una Constitución”

¿Reconoce que de momento se ve cuesta arriba la aprobación de la nueva Constitución en diciembre?

-No, yo soy optimista y hay dos razones para ello. La primera es el rechazo profundo de la propuesta anterior, que parecía un programa de gobierno. Dos, me parece que el trabajo de la Comisión Experta fue bueno, que las instituciones económicas que tiene son las adecuadas y que ahora estamos en la última etapa, donde varias de las enmiendas que se presentaron son necesarias.

¿Cómo cuáles?

-Hay un concepto moderno en la literatura económica, que es la capacidad del Estado (state capacity), el que debe cumplir un rol fundamental para el desarrollo económico de los países, por ejemplo, en la protección de los derechos de propiedad y en poder proveer eficientemente aquellos bienes públicos que si no los provee él, no lo hace nadie, donde el más importante es el orden público. Entonces, tenemos normas que agregar en la Constitución que apunten a tener un Estado de mayor capacidad. Ejemplo, el tema de los funcionarios públicos. Hay distintas propuestas al respecto. De hecho, una de ellas tuvo una gran mayoría de firmas ciudadanas. El esfuerzo en esa línea me parece correcto.

Lo segundo clave es el sistema político. Nosotros cambiamos el sistema electoral y eso hizo que tengamos veinte partidos políticos. No hay país posible de manejarse con eso. Yo soy partidario de tener un sistema electoral mayoritario, más mayoritario. Las propuestas al respecto en la Comisión de Expertos y ahora en las enmiendas van en la dirección correcta. Tienen que ser aprobadas.

Pero también hay ciertas cosas que sobran, a mi juicio.

¿Qué sobra?

-La clave de esto, para ponerlo en términos gráficos, es no cometer el error de Brasil, que cuando estaba haciendo su nueva Constitución puso ahí la tasa de interés. Y, por lo tanto, esta propuesta que hay, de eliminar las contribuciones (del Partido Republicano) no corresponde que esté en la Constitución. Eso es parte de la discusión política.

Pero en el mismo sentido, no me parece bien, y tiene mucha relevancia por lo que está pasando hoy, el dejar en la futura Constitución la misma norma que existe en la actual sobre el litio. Hay que eliminar esa norma que dice que el litio no puede ser concesible. No corresponde auna Constitución, porque debiera ser materia de un debate legal.

Y si más allá de su optimismo, el nuevo texto no se aprueba y el tema queda abierto, ¿qué tan complejo es para la estabilidad del país y para la certidumbre que requieren las inversiones?

-Creo que sería mejor tener un nuevo texto constitucional como el que espero que se apruebe, de modo de cerrar esta discusión y darle un respaldo a esta idea de la alianza del crecimiento, del progreso, muy fuerte. La Constitución es la ley de las leyes, que apunta en la dirección del desarrollo. Y en el debate puntual de las cosas que nos faltan, sería un empuje gigantesco.

Dada esa importancia, ¿hasta dónde deben estar dispuestos a ceder el Partido Republicano y Chile Vamos para lograr su aprobación?

-Hasta la medida que sea una Constitución que respalde las instituciones que permiten el desarrollo.

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