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Críticas al funcionamiento del Estado y fin a la “permisología”: la reflexión y propuestas de Roberto Angelini

"Las instituciones públicas parecen haber olvidado que apoyar y favorecer el desarrollo de nuevos proyectos que, por cierto, respeten la normativa, es algo que va en beneficio de todos", dijo el presidente de Empresas Copec, Roberto Angelini.

Roberto Angelini, presidente de Empresas Copec. Andres Perez

El presidente de Empresas Copec, Roberto Angelini, abordó la contingencia nacional en su reciente carta a los accionistas. Uno de los grupos empresariales y fortunas más grande del país calificó el 2024 como “un año desafiante”. El empresario atribuyó su evaluación a una “creciente inestabilidad en el plano internacional, así como también un persistente estancamiento de la actividad económica a nivel local, pero en el cual pudimos seguir desarrollando los planes estratégicos de cada uno de nuestros negocios”.

Chile registró un crecimiento económico magro, cerca del promedio de América Latina, una de las regiones de menor dinamismo en el mundo. Nos preocupa que, como sociedad, pareciera que hemos perdido las ganas de crecer más”, dijo Angelini al analizar el desempeño del país durante 2024.

De esta forma, el empresario pidió que el crecimiento sea un concepto central para el Estado. “Sin él estamos condenados a tener un país con menos oportunidades, más conflictos sociales y, sin duda, mayor frustración. Las bajas tasas de crecimiento afectan la creación de empleos, el nivel de las remuneraciones y el acceso a más y mejores bienes y servicios”, comentó.

“Crecer más, entonces, pasa a ser una obligación y una tarea de todos. Por ello, es necesario volver a dar relevancia a este tema y pensar políticas que impulsen el emprendimiento, las inversiones. El crecimiento no debiera ser una restricción, sino una convicción”, comentó.

Por otro lado, Angelini criticó el funcionamiento del Estado: “A pesar de su mayor presupuesto, nuestro Estado se ha ido debilitando, replegándose de sus tareas más básicas, como la seguridad; deteriorando el nivel de prestaciones esenciales, como salud y educación; abandonando la prudencia y disciplina fiscal, e intentando transferir, por la vía de exigencias discrecionales en los procesos de autorización, sus propias responsabilidades a los privados”.

“Las instituciones públicas parecen haber olvidado que apoyar y favorecer el desarrollo de nuevos proyectos que, por cierto, respeten la normativa, es algo que va en beneficio de todos”, agregó en sus reparos contra el funcionamiento del Estado.

Otra de las críticas fue la forma de hacer políticas públicas, a la fragmentación de partidos políticos y acusó “una la falta de una mirada de largo plazo en el debate”.

“Es mucho más difícil enfrentar nuevos problemas, como la inmigración descontrolada o la desinformación, si no lo hacemos todos juntos, definiendo objetivos comunes y mirando hacia adelante en la misma dirección. Para ello necesitamos que nuestra clase política demuestre voluntad y vocación de servicio y liderazgo, pero también que la institucionalidad del país establezca los sistemas e incentivos correctos”, comentó.

Ante este contexto, Angelini comentó que “la reforma al sistema político que tenemos pendiente es urgente, para restablecer el impulso a la convergencia de las políticas públicas y para levantar la mirada, terminando con la inmediatez y la lógica de suma cero”.

Por otro lado, el empresario también abordó el debate de la forma en que se tramitan los proyectos de inversión en Chile. “Puede ser tiempo, también, de intentar una simplificación con ‘base cero’ en varias materias, no refundacional, pero sí relevante en términos de eliminar papeleos, trámites y requerimientos innecesarios”.

“La llamada ‘permisología’ en Chile ya no da para más. Necesitamos movernos a un sistema más basado en la confianza y la responsabilidad, en que se ponderen adecuadamente los beneficios que traen los proyectos privados a la sociedad y a las personas, y no solamente sus costos”, dijo el empresario.

Angelini defendió su punto en base con que, según su mirada, “los proyectos privados apuntan a resolver alguna necesidad social, y el sistema actual parece olvidarlo, ya que impide avanzar hasta tener resuelto hasta el más mínimo detalle, por nimio que sea. Eso no está bien”.

“No nos oponemos a las exigencias, al contrario, pero pedimos que sean claras y estables, de simple tramitación y fiscalización. Un sistema menos discrecional, más estable y predecible, impugnable, por cierto, cuyas consecuencias no sean eternos retrasos o, simplemente, bloqueo de la inversión. En un año de elecciones, esperamos ver estos temas en el debate público”, agregó.

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