Uno de los anuncios que realizó el gobierno para terminar con las discriminaciones en el acceso por edad, género o preexistencias mediante la creación de un Plan de Salud Universal, fue uno de los que más repercusión tuvieron.
Lo anterior, porque es un hecho que una mujer entre 30 y 34 años paga, en promedio, 179% más que un hombre de su misma edad por un mismo plan de isapre, dados los factores de riesgo que aplican las aseguradoras a las cotizantes en edad fértil, según cálculos de queplan.cl (plataforma web que posee toda la información relevante del sistema).
Las cifras que maneja queplan.cl es información en base a todos los planes que están comercializados en el mercado, que son más de 1.700. "Estos los cruzamos por los datos por edad y por sexo de todos los cotizantes, para encontrar el plan más barato al que pueda acceder cada persona", explica Matías Stäger, cofundador de queplan.cl.
Como es tradición, la brecha entre hombre y mujer es muy fuerte entre los 30 y 40 años. Así, una mujer de 30-35 años va a encontrar su primer plan en isapre por $ 64.235, en cambio, un hombre lo encuentra por la mitad de precio, por $33.709.
Pero no todo es tan negativo para las mujeres, ya que con el paso de la edad los planes se vuelven un poco más amigables y los planes suben levemente de precio para los hombres. Específicamente, en los tramos etarios de 65-70, 70-75 y 75-80, los precios mínimos pactados son alrededor de $ 10.000 más caros para los hombres.
Actualmente, el universo de personas cotizantes en el país bordea los 9,7 millones. Según las últimas cifras de la Superintendencia de Salud, los cotizantes de Fonasa son 7.857.926, mientras que los de isapres, 1.941.601.
Pero a nivel de cobertura, ¿qué conviene más, el sector público o privado? "Nuestra premisa es que si con el 7% de salud se alcanza a pagar un plan de isapre, la mejor alternativa es contratar uno, ya que se tendrá mejor cobertura que Fonasa, y se accederán a mejores y mayores beneficios y oportunidades en la atención", asegura el co fundador de queplan.cl.
Eso sí, añade que si con el 7% no se alcanza a pagar un plan de isapre para el grupo familiar, la persona debe evaluar muy bien la conveniencia de contratar una isapre o irse a Fonasa. "Lo recomendable, en este caso, es analizar si el monto adicional que va a pagar se compensa con la mayor cobertura que tendría respecto de Fonasa. En este sentido, si va a pagar un valor adicional muy alto por un plan básico, probablemente no sea una buena alternativa en términos de costos y beneficios, y sea incluso mejor quedarse en Fonasa", comenta.
La Superintendencia de Salud declara tres categorías de planes los de libre elección, que son los que otorgan cobertura en el prestador quese elija; planes cerrados, con cobertura solo en aquellos prestadores señalados en el contrato de salud, y con prestador preferente, que son los que combinan las modalidades anteriores privilegiando coberturas en determinados prestadores.
Así, del universo de planes que ofrecen las isapres, el 75% son preferentes, el 25% de libre elección y el 3% cerrados. Sin embargo, a la hora de la elección se da vuelta la torta, ya que los más solicitados son los libre elección (71%), seguidos por los preferentes (24%), mientras que los cerrados logran una demanda del 5%, según queplan.cl.
"Actualmente, todas las isapres comercializan planes en modalidad preferente. No así la modalidad de planes libre elección, por ejemplo, Banmédica y Vidatres no los consideran. Ahora bien, respecto de planes cerrados, solo Consalud y Cruzblanca los están comercializando", dice Matías Stäger.