Daniela Desormeaux por caída del cobre: “No creemos que el precio de hoy, bajo los US$4, permanezca en el tiempo”
Para la directora de estudios de Vantaz Group, el valor fundamental del metal rojo está entre los US$4,2 y US$4,5, y explica que difícilmente el cobre caería a US$3, pues para que ello ocurra debiera producirse un shock tan grande como lo fue el de la pandemia por Covid-19.
Si fue la guerra entre Rusia y Ucrania la que empujó el precio de las materias primas a niveles no vistos en años no hace mucho, hoy es el riesgo de una recesión en Estados Unidos lo que está haciendo descender algunos de esos precios. Entre ellos, el del cobre, que ya transa por debajo de los US$4 la libra. El viernes cerró en US$3,756, su menor nivel desde el 2 de diciembre de 2021. Así, la semana pasada el valor del metal rojo cayó 9,01%, sus peores cinco días desde la del 20 de marzo de 2020, cuando perdió 12,2%, y en el mercado la interrogante es si se trata de una tendencia que llegó para quedarse y cuánto más podría profundizarse.
Al respecto, Daniela Desormeaux, directora de estudios de Vantaz Group y una especialista en la materia, entrega una mirada optimista, señalando que las perspectivas para el metal rojo son positivas y que su precio de tendencia, por factores fundamentales, se encuentra por sobre los US$4. Sin embargo, matiza, estamos inmersos en un ciclo de volatilidad y estimar cuándo acabará no es algo fácil.
¿Qué explica la actual caída del valor del cobre bajo los US$4?
-Hay temas puntuales y de tendencia. El cobre venía repuntando fuerte tras la pandemia, y para ponerlo en contexto, en abril de 2020 alcanzó un mínimo, con un promedio de US$2,28, esto cuando se declaró la pandemia mundial y cayeron todos los commodities. Pero después, en el segundo semestre, empieza la recuperación que se consolida durante 2021 y terminamos ese año con un promedio de US$4,22. Así partimos 2022, con una racha alcista, pero desde principios de junio empezó a caer de los US$4,2. Acá hay un factor y creo que es el principal, que es el macroeconómico y que apunta al riesgo de que el mundo entre en recesión el segundo semestre de este año. Frente a eso, obviamente hay una mayor incertidumbre y menos demanda spot por materias primas. Ese factor está primando.
¿Es posible que el cobre siga descendiendo, acercándose a los US$3?
-Para llegar a ese precio tendríamos que ver un shock negativo muy fuerte como lo fue en abril de 2020. Tendríamos que tener una noticia muy negativa y muy profunda, pues esos US$3 sería una caída de casi 25%. Tendría que ocurrir algo como una nueva pandemia, o que China se cierre completamente por un período muy prolongado. Nada se puede descartar, pero tendría que ser un shock permanente.
¿Cuál debiera ser el precio del cobre medido por fundamentales?
-Hoy lo que vemos, dados los usos del cobre a mediano y largo plazo, es que hay una tendencia al alza, no creemos que el precio de hoy, bajo los US$4, permanezca en el tiempo. Podemos ver episodios como en abril de 2020, lo mismo que para el otro lado cuando rozó los US$5, pero no creemos que esos sean valores de largo plazo. Cochilco está proyectando un precio de US$4,4 para 2023, nosotros creemos que entre US$4,2 y US$4,5 es de fundamento. Por sobre o por debajo de ese rango son ciclos explicados por otros factores, como el tema especulativo.
Entonces, cuando rozó los US$5, ¿fue solo un tema de trading?
-En el cobre hay que descomponer la tendencia del ciclo y la volatilidad. En términos de tendencia, seguimos viendo un escenario favorable a pesar de que hoy el precio está bajo los US$4. Pero hay factores que impulsan esta tendencia de largo plazo y se producen estos ciclos: el cobre, a diferencia de otros commodities, tiene un uso real, pero también un uso como instrumento financiero. Por ejemplo, cuando hay mayor riesgo inflacionario el cobre, al igual que metales como el oro o la plata, se utiliza como activo de resguardo. Eso fue lo que lo impulsó cuando llegamos en mayo a valores muy elevados.
¿Cuánto durará este ciclo de volatilidad en los precios?
-Si tomamos un índice de precios de metales, durante la crisis subprime se demoraron casi dos años en recuperar los valores previos a esa crisis. Ahora la recuperación fue en menos de seis meses. Creo que hoy existe mucha más sensibilidad a las respuestas, estímulos y hechos que ocurren, quizás también por un mundo globalizado donde se conoce información al instante que puede producir que los ciclos sean más acelerados.
¿Por qué la huelga de Codelco, que duró poco más de un día, no ayudó siquiera a frenar la caída del precio?
-La única huelga que ha tenido impacto en el precio fue la de Escondida en 2017, porque fue gigantesca. El resto no. La operación de Codelco no se paralizó, y además hoy está pesando mucho más el entorno macro.
¿Qué explica más el precio de mediano y largo plazo que tienen en su perspectiva: poca oferta o mucha demanda?
-En economía, ciertos mercados se equilibran cuando la oferta es igual que la demanda, el problema es que en el mercado del cobre la demanda se va recuperando y tiene un crecimiento continuo, de 3% promedio por año, pero los cambios en oferta son discretos, va aumentando como una escalara. Entra un proyecto que agrega un determinado porcentaje de toneladas y luego la capacidad productiva queda estancada hasta que ingresa otro proyecto, y eso lleva a rezagos y brechas entre demanda y capacidad. Eso hoy está apretado, entre otras cosas porque el reciclaje tampoco es suficiente, cerca del 10% de la oferta de cobre total proviene de fuentes secundarias. En las perspectivas de mediano plazo, el mercado del cobre estará apretado.
¿A pesar del escenario actual la electromovilidad continuará siendo un factor clave en el precio del cobre?
-Es uno de los grandes fundamentos, porque un auto eléctrico tiene 4 o 5 veces más cobre que un auto convencional. A pesar del ruido de la pandemia y la recesión que viene, todos los planes a favor de la electromovilidad se mantienen e incluso se han acelerado: si había países que ponían restricciones en 2040, ahora lo adelantaron para 2030, porque el tema del cambio climático es urgente. Y, por otro lado, la transición energética con las energías renovables también impulsa al cobre, porque generar un gigawatt con renovables puede necesitar 5 o 6 veces más cobre que ese mismo giga generado con hidrocarburos. Las tecnologías de transición son más intensivas en uso de cobre, es un fundamento de demanda súper importante.
¿El conflicto en Ucrania podría acelerar esa transición y dar un impulso adicional al cobre?
-Acelerará el proceso, porque las centrales a gas natural son difíciles de reconvertir, y si no usas un gasoducto es difícil de transportar. En el caso del petróleo, hay más fuentes de transporte, pero a mediano plazo se debiese ver una transición más rápida hacia energías renovables para dejar la dependencia del gas natural que viene de Rusia. Desde el punto de vista de la demanda, es súper prominente para el precio del cobre, mientras que por el lado de la oferta no hay grandes proyectos.
¿Por qué una recesión en EE.UU. tendría tanto impacto en el precio del cobre, si el metal es mayoritariamente comprado por China?
-El 50% del consumo de cobre está en China, pero una recesión en EE.UU., la economía más grande del mundo, impacta a todos. China no está aislado, su comercio está muy ligado a EE.UU. Esto, sumado a otros temas como el manejo de la pandemia y a tensiones políticas en otros temas, tendría un impacto negativo en su crecimiento.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.