En el marco de la primera Feria Internacional de Electromovilidad (Fidelmov) en Chile, el jefe de Airbus Urban Air Mobility para Latinoamérica, Darcy Olmos-Mancilla, fue ayer uno de los expositores más importante del evento que durará hasta mañana. El ejecutivo chileno reside en Francia, pero suele viajar por toda nuestra región. Plantea que el futuro del transporte en la ciudad es tomarse el aire para hacer frente a la congestión de las calles y así mejorar la calidad de vida de las personas.
El servicio de transporte aéreo dentro de las urbes, hoy es ofrecido por Airbus en Brasil y México. Por su parte, Europa y China ya mostraron su interés en este tema y Olmos-Mancilla ve un potencial en Chile para avanzar, donde el hito final es la circulación del auto volador o como lo califican otros, un dron gigante que transporta personas. Se trataría del Pop.Up Next, que tiene 100 kms de autonomía y funciona por medio de inteligencia artificial.
¿Qué mensaje quiere dejar en Fidelmov?
-No es lo que quiera dejar, es lo que más puedan aprovechar acá de una compañía como Airbus, que es parte de esta feria y ver cómo se puede comenzar un nuevo capítulo de la movilidad eléctrica no tripulada, utilizando la tercera dimensión, que es el aire.
Chile tiene características positivas a nivel regional por lo que está haciendo en electromovilidad, pero la idea es no quedarse dormido en los laureles y adelantarse en el trabajo de las nuevas tendencias en esta área que pueden impactar de forma positiva, no tan solo en la economía, sino que también en la calidad de vida de las personas.
Hablar de electromovilidad en el mundo aéreo parece un poco lejano cuando recién se está realizando la primera feria internacional de electromovilidad.
-El servicio de taxis aéreos ya existe en Latinoamérica. Fue creado en Sao Paulo y ahora está operando en México. Ya hemos transportado miles de personas y de esas, el 70% utilizó el aire para movilizarse por primera vez, ya es una realidad.
¿Cuál es el desafío entonces?
-Pensar en lo que podríamos hacer nosotros, como país innovador, para trabajar en la reglamentación, en la aceptación pública y fortalecer el trabajo de esta agenda con el Estado para generar condiciones para la creación de un ecosistema complementario, porque no pretendemos reemplazar al metro ni a los buses.
El servicio de transporte por aire al aeropuerto no apunta a un público muy masivo.
-Toda tecnología, como la televisión o los teléfonos celulares, en un comienzo han sido para un cierto sector de la población, pero la pregunta es: ¿cómo podemos democratizar esto de la forma más rápida posible? En ese sentido, yo creo que las iniciativas que estamos tomando en Sao Paulo o Ciudad de México demuestran que esto si puede ser democratizado. El desafío es acelerar lo que existe hoy, para poder, en el futuro, ofrecer un servicio más barato, creando un nuevo mercado.
¿Cómo se convence al Estado y al sector privado que la movilidad aérea es un tema en el que hay que trabajar?
-La discusión no es si esto es necesario o no, sino de cuándo y cómo se impulsa. Las grandes ciudades provocan una alta contaminación y es una problemática que podemos hacer frente por medio de la electromovilidad. Como dijo un presidente, nosotros somos la primera generación en sufrir en las consecuencias del cambio climático y somos la última en poder hacer algo para el futuro. Por otro lado, hay una parte no menor de personas que viven en las zonas periféricas de las grandes ciudades y esta es una forma de hacer accesible la ciudad para ellas. También el trabajo en esta área compensará los empleos que se perderán a futuro por la automatización y creemos que el recorrido por kilómetro de aire puede ser más barato que el por kilómetro de tierra.
Hablar de fomentar la movilidad aérea para traslados en la ciudad deja la idea de que las altas congestiones en la ciudad parecen inevitables...
-No, el transporte terrestre necesita innovar. Pero el futuro de la movilidad es poder ofrecer todas las opciones que sean posibles para ir de un lugar a otro. Nosotros somos una solución complementaria, en línea con el medio ambiente y seguro. Si nosotros podemos ayudar al sistema de movilidad a través del aire, bienvenido sea, pero eso no implica que la parte terrestre no pueda innovar o no pueda mejorar.
El comercio, por medio de drones, ya comienza a mirar el aire como un lugar atractivo para realizar sus tareas y, sumado al servicio que ustedes buscan fomentar, ¿cómo se prevé que la congestión que ocurre en las calles no se replique también en el aire?
-Tiene que ser un trabajo en conjunto, porque al final es el mismo espacio aéreo que va a usar el dron, el helicóptero y el avión. Por eso estamos trabajando para establecer cuáles son las rutas más seguras y óptimas por ciudad, para que tanto la movilidad terrestre y aérea pueda coexistir. Además, de garantizar la convivencia entre la tecnología tripulada y no la tripulada. Lo estamos trabajando con los reguladores.