”Ahora… ¡baja la música!”, le decía Nicolás Serrano a Antonio Grass, mientras subía el volumen de su propio equipo. Estaban en octavo básico y tenían su primer negocio: poner música para fiestas de casa con dos radios. Años más tarde, ya en la universidad, decidieron cambiar de rubro y “mientras nuestros amigos trabajaban en Falabella en el verano, nosotros hacíamos y vendíamos tortas de mazapán”, recuerda Nicolás. Ya titulados, el 2016 -y con el aprendizaje del emprendimiento en sus venas- armaron su actual startup: DataScope, dedicada a eliminar los papeleos de la operación en terreno de las empresas mediante la digitalización de la información en una app. En pocos años han logrado más de 35.000 usuarios de 150 países y un crecimiento de 55% solo desde enero de 2020 a la fecha. Y todo, con un equipo de 10 personas desde Chile.

“La reacción de la gente en las fiestas cuando poníamos una canción, es la misma que buscamos lograr con la experiencia de usar nuestra aplicación”, dice Nicolás.

Pero justo antes de que naciera DataScope, Antonio ya estaba trabajando en otra startup: Beetrack. Por su parte, Nicolás, andada por San Mateo (Silicon Valley) tomando un curso de emprendimiento. Al volver a Chile, llamó a su amigo quien renunció donde estaba, y postularon a Start-Up Chile. Lo ganaron y en febrero de 2016 dieron a luz DataScope.

“Al principio nuestro foco era la recolección de datos en los puntos de venta. Por ejemplo, un reponedor que iba a un supermercado y sacaba una foto para ver precios, stock, etc., lo cual se georreferenciaba, generando una estadística. En resumen, levantar información por una aplicación, en vez de estar haciéndolo con el WhatsApp”, explica el CEO de esta startup.

De a poco comenzó a llegar mucho tráfico a su página web, lo que se tradujo en descargas de la app. Pero un día los llamó alguien de una empresa de control de plagas. No era algo que tuvieran preparado, pero se dieron cuenta que a pesar de que los datos que necesitaban eran diferentes (consumo de veneno de los ratones, ubicación y activación de las trampas, entre otros), la lógica era la misma: dejar el WhatsApp y los papeles para pasarse a un sistema de estructuración de datos. Desde ese entonces, se abrió el abanico de industrias, posibilidades y, obviamente, funcionalidades. Crecían los usuarios en el mundo. “De hecho, desde el primer año tuvimos clientes de Brasil, EE.UU. y Bolivia”, afirma Nicolás y agrega: “Les da lo mismo si somos una empresa chilena. En realidad, ni siquiera lo saben. Lo importante es que le solucionamos un problema”.

En 2017 se fueron seis meses a Belo Horizonte, Brasil, gracias a un análogo de Start-Up Chile en ese país: Seed MG, donde aprovecharon de traducir su app al portugués. “Estábamos allá cuando nos pidieron ayuda para recolectar datos en terreno sobre las consecuencias medioambientales de la rotura de la presa Brumadinho, que había producido una gran catástrofe dos años antes. Y adaptamos la aplicación para recoger datos en la selva o en cualquier lugar remoto”, cuenta Nicolás.

Además, en Brasil conocieron a quien sería su tercer socio: Carlos Carvajal, y contrataron a cuatro personas (sí… hasta el momento seguían siendo solo Antonio y Nicolás). Dos años después se fueron a otra aceleradora, Parallel18, ubicada en Puerto Rico. “Aparte de aprender, también nos pidieron recoger datos de los daños del huracán María, entre otras cosas”, señala.

Y llegamos a 2020, el antes y después de muchas startups. “La verdad, para nosotros ha sido muy bueno… tuvimos suerte”, dice Nicolás con algo de pudor y bajando el volumen de su voz. “Si bien nos pusimos nerviosos al principio de la pandemia debido al cierre de varios puntos de venta, nos dimos cuenta que muchas empresas tienen que seguir funcionando, como las productoras de frutas en el campo o las de mantenimiento eléctrico. Incluso, teníamos muchos clientes de industrias esenciales, los que también nos ha ayudado mucho”.

Están contratando personal de ventas en Brasil y mirando su próximo gran blanco: México. Y aunque en estos países -más Chile y EE.UU.- se concentran la mayoría de sus clientes, también son relevantes Inglaterra, España, Australia y Polonia. En 35 naciones tienen clientes de pago. Son tan diversos como el uso del papel: inspecciones en terreno, instalación y mantención de equipos, controles de calidad y auditorías de puntos de ventas. Tienen una versión gratuita y otra por suscripción mensual por usuario, según tamaño de empresa. Proyectan facturar US$1 millón este año.

Con respecto a mezclar música o hacer tortas de mazapán (durante la cuarentena), Nicolás es claro: “Ya estamos medio alejados de ese rubro. Sigo con harto interés por la cocina y la buena música, pero ahora más como Hobbie”.