De Gregorio golpea la mesa por tomas en Universidad de Chile: pide sumarios en contra de involucrados “y, si corresponde, expulsarlos o suspenderlos”
El economista y decano de la FEN realizó una dura crítica en contra del "Acampe pro Palestina", solicitando volver a la normalidad lo más pronto posible. "Somos rehenes de un grupo pequeño que de universidad no entiende, que infunde temor, y que nos está generando un daño institucional y reputacional muy importante", sentenció.
José de Gregorio, economista y decano de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, emitió una carta expresando descontento e indignación por el “Acampe Pro Palestina”, en búsqueda de que romper relaciones con universidades de Israel.
“La crisis en la Universidad, desde el 15 de mayo cuando se permitió el acampe, o como se quiera denominar, y la interrupción violenta de un grupo de alumnos de un acto académico, se ha prolongado de manera innecesaria y dañina para la universidad”, empezó el economista.
“El desprestigio que todo esto provoca a nuestra universidad es enorme. El intento de debilitar nuestra gobernabilidad, incluso con un equipo directivo de lujo, deteriora nuestra imagen. No lo podemos aceptar. Tal vez a ellos no les preocupa el daño que hacen a nuestra universidad, pero a nosotros sí”, manifestó.
La dura crítica a la movilización estudiantil que lleva más de un mes afectando las actividades de la universidad, rechaza una serie de aspectos que se han llevado a cabo desde un inicio: las marcas en las manos a los académicos, los ultimátums a la rectora Rosa Devés, y los carteles calificados como denigrantes.
De Gregorio aseguró que la institución cuenta con “una gobernanza participativa, como por ejemplo, el senado universitario, espacio en donde nuestros alumnos tienen representatividad a través de sus representantes. Sin embargo, la situación actual ha sido impulsada por movimientos de escasa legitimidad, apoyado y con participación de gente de fuera de la universidad, algo que es inaceptable”.
“Esas son personas que no están interesadas en la universidad sino la quieren usar y saben que pueden abusar, pues probablemente no haya sanción. En fin, todo lo que ocurre contradice la esencia de la universidad y deteriora el prestigio de nuestra casa de estudios”, agregó.
Según mencionó la rectora Devés la semana pasada sólo 8 de 18 facultades de la Universidad de Chile se encontraban funcionando con regularidad. En ese sentido, el economista hizo un llamado a dar un plazo breve para volver a la normalidad.
“En caso de continuar deberíamos sumariar a todos los estudiantes involucrados, determinar sus responsabilidades según la institucionalidad vigente, y si así corresponde, expulsarlos o suspenderlos. Tampoco se puede descartar acudir a la justicia civil. No se entiende que si un académico o funcionario comete un error involuntario debe ser sumariado, en cambio estudiantes en flagrante falta no lo sean. ¿Son acaso impunes? Que les da este privilegio?”, cuestionó el decano.
Según relató el ex presidente del Banco Central, ya ha planteado esta posibilidad antes, sin embargo, ha recibido una negativa ante la preocupación de generar más descontento entre los estudiantes que impulsan para movilización.
“Es decir, somos rehenes de un grupo pequeño que de universidad no entiende, que infunde temor, y que nos está generando un daño institucional y reputacional muy importante. La inmensa mayoría de nuestros estudiantes, funcionarios y académicos expresan y piensan que es necesario generar espacios de debate y diálogo, pero no de cancelación, porque contraviene al espíritu de una verdadera universidad”, sostuvo, enfatizando e que no se debe tolerar la “cultura del miedo”.
Y sumó: “Yo me pregunto. ¿Cuántas horas hemos gastado en un grupo minúsculo que nos ha hecho perder muchas tiempo con amenazas violentas, y cuyo objetivo no es universitario? ¿Hasta cuándo seguimos perdiendo el tiempo y reputación? Es hora de parar”.
El economista apuntó a que las discusiones en la universidad debiesen ser permitidas, tanto en asambleas como manifestaciones e incluso paralizaciones. Pero a su juicio estas no deberían interferir con las actividades de la institución.
“En la FEN, nuestro objetivo es tener a los mejores estudiantes, a los mejores académicos y el mejor ambiente al interior de nuestra facultad. Hasta ahora lo hemos logrado, independiente del color político u origen de nuestros estudiantes, ellos tienen una actitud de verdaderos universitarios, críticos, pero dialogantes, y estamos orgullosos de ellos (...) En nuestra facultad las clases no se suspenden. Los académicos de excelencia tienen la agenda copada de viajes, conferencias y otros compromisos en los períodos donde no hacen clases. En virtud de qué derecho esto debe estar supeditado a las decisiones de algunos estudiantes?”, criticó.
“Es hora de terminar con las pancartas y las tomas, que nunca se justifican. Tenemos que ser un lugar de debate, de reflexión, de pluralismo, pero nunca de cancelación, lo que algunas minorías de dudosa calidad académica quisieran imponernos por la fuerza”, concluyó el decano de la FEN.
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