La invasión chilena fue el nombre que se le dio en Perú a una época en que empresas nacionales de diversos sectores entraron a ese mercado, con potentes inversiones. El retail, en particular las tiendas por departamentos y los supermercados, fueron una especie de punta de lanza, dada su fuerte presencia en las calles principales de las urbes peruanas y su insistente publicidad televisiva. Se trata de una verdadera época de oro para las inversiones chilenas, que repetirían esta arremetida en otros países, con Colombia o Brasil.
Pero todo hoy parece lejano. La semana pasada, Cencosud anunció el cierre de sus 11 locales Paris en Perú -que se sumó al término de las operaciones de Johnson en Chile- y que marcan el fin de una aventura que buscaba replicar el modelo de crecimiento que Paris logró desarrollar en Chile.
Pero ya antes dos empresas chilenas habían tomado decisiones similares: Ripley y La Polar, que escogieron a Colombia para expandir sus operaciones, pero que terminaron reculando. En el caso de La Polar, su fallida internacionalización se dio antes del escándalo financiero en que se vio involucrada.
Respecto a Ripley, la empresa ligada a la familia Calderón, ya había entrado con éxito a Perú en la década de los 90, país en que se convirtió en el segundo actor y donde hoy opera 29 tiendas, casi el triple que las que tenía Paris. Pero ese éxito no pudo ser replicado en Colombia, donde entró en 2012 y del que anunció su salida apenas tres años después, la que terminaría de materializarse en 2016, con el cierre de la totalidad de sus locales.
Precursora en esta internacionalización del modelo de tiendas por departamento chileno fue Falabella, que entró en Argentina, Perú y Colombia con su cadena de tiendas por departamento. Hasta 2019 era número uno del mercado en los tres países, con 64 locales en total.
Las razones del retiro
Paulina Vargas, analista de Bice Inversiones, separa lo ocurrido en Colombia con el caso de Paris en Perú. En el primero, señala que invertir en ese país asomaba con una opción muy atractiva, considerando las altas tasas de crecimiento que venía mostrando el país. Pero no a todas les fue bien.
“La diferencia es que Cencosud, Falabella y Forus entraron al país mediante fusiones y adquisiciones, o bien con partners estratégicos que conocieran el mercado colombiano. En cambio, Ripley y La Polar partieron desde cero y justo se dio que entre 2015-2017 la economía colombiana comenzó a desacelerar y se volvió más desafiante el escenario económico”, explica Vargas.
La analista agrega que otro punto que jugó en contra de los chilenos fue que Colombia es más proteccionista con sus operadores locales, “por lo que la competencia en el mercado se hizo muy difícil, sumado a que a las empresas chilenas sufrieron alzas de aranceles de sus productos importados”, sostiene.
“Creo que Colombia es un mercado particularmente difícil para el retail chileno, porque la industria textil local es muy fuerte y por lo tanto el gobierno, en mayor o menor medida, trata de proteger la industria local con mayores impuestos a la importación. Por lo tanto, es difícil competir con marcas locales a nivel de costos”, añade Carolina Ratto, managing director de Research en Credicorp Capital. En su opinión, el gusto colombiano también es distinto, a lo que se suman las diferencias climáticas entre distintas zonas del país, que impiden replicar en un 100% las colecciones de temporada.
Adiós Paris
Para los expertos, aunque la decisión de Paris de abandonar Perú venía meditándose desde hace tiempo, es inevitable pensar en que la crisis sanitaria tuvo algo que ver.
“Es razonable que los retailers chilenos, que apostaron fuertemente por replicar su modelo de negocio en Latinoamérica, cuando se ven enfrentados a un shock externo de la magnitud de la crisis sanitaria global, sumado a la transformación que ya se venía dando en forma previa en la industria, estén revisando acuciosamente sus posiciones competitivas en cada país y reenfocando su estrategia y sus recursos”, complementa José Miguel Sepúlveda, socio de TheHouse Advisory.
Y añade: “Lo que estamos viendo son estrategias de desinversión para proteger el negocio principal. Esto es, cuando tu negocio se ve amenazado por cambios en el entorno, la estrategia natural es ‘replegar fuerzas’ y concentrarte en aquellos mercados y formatos donde posees ventajas competitivas más sólidas, y puedes sostener una mejor posición de liderazgo que proteja tus resultados”.
Germán Guerrero, socio de MBI Inversiones, dice que es imposible aislar de este análisis el efecto del e-commerce en el mundo, que ha desafiado al retail tradicional.
Y añade un último elemento: las elevadas expectativas con que partieron estos procesos de internacionalización: “Han jugado en contra las sobre expectativas de creer que aplicar un modelo que funcionaba bien en Chile iba a ser fácil en otros países, pero eso no es así”.